Color cereza rubi-anarajandado con borde atejado.

Aromas de buena intensidad y bastante variedad a frutos de varios tipos, finos tostados, minerales, flores, especias de varios tipos, ahumados, regaliz, toques licorosos y de tabaco, enorme la nariz en variedad, calidad y elegancia.

La boca ya es otra cosa, la entrada muy dura, dificil de beber y de entender, aunque había estado decantado durante dos horas, al final empieza a ser agradable y bebible, el paso con buen equilibrio y bastante expresivo, demasiado potente y casi impenetrable, se amaina un poco y se hace "soportable", final largo y con muy buena persistencia.

Una regular-mala experiencia.

Visual:

Color teja, ribete anaranjado.

Olfativa:

Uva pasa, marroquinería, especiado, toffe, canela. Al rato empezaba a asomar tímidamente la fruta madura.

Gustativa:

Complejo, bien estructurado, largo y una sublime elegancia.

- Un vino que para expresarse necesita todo el tiempo que no le pudimos dar. Requiere entregarte a él sin prisas, de forma pausada y disfrutar. Un vino de paz y de larga conversación. Una pena habernos despedido tan pronto ya que apenas estuvimos con él 30 míseros minutos una vez abierto. Imperdonable si, pero no disponíamos de más...

No lo puntúo porque dicha puntuación no correspondería a la calidad de tan gran vino.

Gracias a un buen amigo tuve la oportunidad de deleitarme con este magnífico vino que desprende arte y personalidad. Lo decantamos unas tres horas para su mayor disfrute, en general me gusta decantar los vinos y más si son mayores. Comparto plenamente la opinión anterior es todo armonía una sensaciones que solo se perciben cuando se toma un grandísimo vino como en este caso. Al abrirlo lo primero que apreciamos es un color a cereza intenso, puedo oler el terruño para posteriormente apreciar toda la fruta madura que lleva dentro. En boca se muestra muy ligeramente especiado, muy afrutado y con unas sensaciones que solo se pueden apreciar con obras de arte como esta. En boca es Imponente, elegante, seductor y expresivo muy goloso y con un final equilibrado y aterciopelado. Sin lugar a dudas toda una experiencia, un disfrute especial para un día único y irrepetible y no solo por el vino, bueno eso si espero repetir algún día si puedo. Gracias amigo mío.

Un fuerte abrazo

Poder tener el placer de degustar este Reserva Especial que combina tres de sus excelentes añadas, es como sumergirse en un mar de sensaciones donde todo se mueve aparentemente de forma lenta pero armoniosa y uniformada, totalmente acompasada, como la orquesta filarmónica de Viena dirigida por el maestro Lorin Maazel.
Barroquismo, elegancia, genialidad, y un buen saber hacer año tras año, han acumulado sus máximas exigencias y experiencias en este vino, donde todo es lo que parece…una verdadera joya enológica donde uno no puede más que hacer la reverencia ante el mismo, y decir… “CHAPEAU”.
A pesar de la mezcla de sus añadas, donde la más antigua está en los 20 años y la más joven en 13, pocos síntomas hacen presagiar a la vista, la edad de las mismas, salvo por la tipicidad de su ribete granate, apreciando el contenido del mismo, de buena capa, cubierto y con destellos brillantes relativamente jóvenes, si bien recomiendo su filtración por las pequeñas partículas provenientes de su larga crianza.
En nariz sencillamente espectacular, inicialmente a copa parada ya es capaz de evidenciar lo que posteriormente nos va a ofrecer, si bien aparecen inicialmente notas terciarias nada más abrir la botella y sin tiempo de aireación. Pasadas más de 6 horas abierto, el cambio resulta ostensible, con mucha complejidad, elegante y señorial, con gran concentración frutal, frutas rojas maduras como cassis y frambuesas, acompañadas de frutas negras en compota como ciruelas y moras, con notas de maderas de calidad aromatizadas, ahumados, chocolate negro, finos tostados, mina de lápiz, agradable sensación de caramelos mentolados, olivas negras, regaliz negra, lácteos, sensaciones torrefactas y recuerdos de incienso…..y mucho más.
Entrada en boca genial, seductora, armoniosa, sensual, delicada pero sin perder el rumbo de su potencial, con una excelente estructura, con fruta y madera bien conjuntadas, buena apreciación frutal, de paso elegante y aterciopelado, redondo y totalmente equilibrado, muy bien de acidez lo que le da vida por delante, sabroso y goloso, con un recorrido muy largo y un postgusto de finos tostados.
Por el número de catas colgadas, merecía ser un vino como este.
Sin duda un vinazo y un 10 para el corcho.

Indudablemente hablar de los vinos de Vega Sicilia, es hablar de los vinos de esta finca. Los clones, las variedades utilizadas, la particularidad de los suelos, el mimo y tratamiento en viña.
El color para un vino de esta longevidad es bastante intenso y persistente. Es por eso que creo en una selectiva viticultura. Lógicamente, entiendo que se hayan elegido partidas aptas para el mayor envejecimiento.
En nariz, algo marcada por la madera, y quizás madera más nueva que las habituales en sus hermanos; queriendo dotar con un dote de modernidad a un vino clásico y poderoso.
En boca es largo y profundo, la madera deja paso a notas de fruta muy bien trabajadas, frescor y estructura.
Un vino serio, contundente, y que está al margen de las modas.