Fue el último vino , tras muchos. sabemos que la conservación de vinos con edad es fundamental y de éste sólo sabíamos que estuvo bien conservado los últimos tres. Hechas estas salvedades encontramos un vino cansado, agotado y viejuno, en el mal sentido, licoroso. Sin casi vida en boca, muy por debajo de cualquier otro previo. Se intuía cierto carácter Vega Sicilia, pero tan sólo levemente. Una pena

Rojo intenso, con ribete teja. Capa media, tirando a alta. Aunque al principio parece muy limpio, tiene algo de poso. Posee un buen brillo. Lágrima poco uniforme y discontinua. Corcho en perfecto estado de conservación.
Nariz impresionante. Tiene de todo, es compleja, evocadora y misteriosa, cambia. Ciruelas, moras, grosellas, maderas viejas, sangre, cueros y tierra. El olor es inconfundible.
En boca está tremendo: es floral, sabe a violetas y moras a comino y pimienta, a madera no muy tostada, a carne, a grafito, a ceniza, a miel, a tierra...
Final muy elegante a frutas rojas y licor.
Después de casi veinte años el color y la capa siguen siendo intensos, y perduran los sabores primarios, que están estupendamente conjuntados con otros que denotan su madurez.
La estructura es grandiosa, y la acidez sigue siendo altísima.
Esta noche hemos descorchado dos botellas y ambas estaban absolutamente igual de buenas. Eso da mucho que pensar acerca de la regularidad, buen hacer y capacidad de envejecimiento que tienen los vinos de la "Casa".
Cuando era pequeño, mi padre abría alguna botella de vez en cuando, y siempre me decía que, además de que Vega Sicilia era su vino favorito, se podía distinguir de otros porque, aparte de su genuino sabor, nunca sentaba mal, y no emborrachaba. Desconozco el rigor que tenía aquel pensamiento, pero cada vez que me bebo un Único o un Reserva Especial, (desde luego muchas menos veces de las que me gustaría) doy fe de que es verdad.

De color picota granatoso con destellos violáceos y ribete tena, con lágrima fina y elegante de capa media.
Sorprende muy gratamente la intensidad y complejidad de sus aromas, para dar y tomar, apreciando entre otros,notas de fruta en compota, eucaliptus, espécias como pimienta, clavo y canela, bolleria, lácticos, torrefacto, cuero y madera fina.
En boca...uffff..., no te cansas de beberlo, extraordinariamente estructurado, equilibrado, de elegante paso, licoroso, aristocrático y noble, gratificante.
Postgusto muy largo y con una fantástica persistencia.
Decantado con tres horas de antelación y sensillamente impresionante, donde la fantasía de los sueños se convierten en realidad para su disfrute.

Se decanta muy delicadamente y con filtro por el pósito que lleva. Se deja 1h.
VISUAL: Color cereza capa media con ribete teja.
OLFATIVA: Te sorprende la intensidad ya que es un vino de 18 años, nos da y nos dará multitud de aromas de los que podemos destacar sobre todo y el más persistente la olivada, olivas negras, cuero fino, cacao, chocolate negro, fruta roja (aún tiene fruta roja impresionante) y negra, fruta pasificada, especies como la canela, nuez moscada, chocolate, clavo, cacao amargo y multitud de aromas más que no podemos destacar ya que nos falta mucha más experiencia. Pero en resumen es como una sinfonía de Beethoven.
GUSTATIVA: Por si no teníamos suficiente, en boca es donde más completo lo encontramos. Larguísimo, amplísimo, taninos como la seda, excelente estructura y equilibrio, super elegante. Nos faltan calificativos.

Me sorprende sobremanera su color. Nunca hubiera dicho que este vino tenía 17 años.
Cereza tomada con brillos cardenalicios y ribete granatoso, al que cuesta encontrar tendencias atejadas. Lágrima fina y ligeramente tintada.
Embriagador en nariz, complejo. Si buscas, encuentras casi lo que busques: cerezas alicoradas, cuero, tostados, sotobosque, tabaco rubio, violetas, chimenea, corteza de pan al cortarla... Al final queda un aromilla como de pimienta negra y balsámicos.
En boca se reafirma. Pleno, sedoso, estructurado, cálido, con cierta acidez y astringencia todavía no muy atrás. Resabor de cerezas con chocolate.
Larga persistencia.
Por algo se ha convertido en un mito.

Picota granate con un cierto ribete teja,explosion de aromas muy complejos,excelente reduccion y matices.Especias,cueros,tabaco rubio,sotobosque,torrefacto,balsamicos,hierbas aromaticas.En boca es fabuloso,cuanto mas tiempo va pasando en copa su cambio es increible,tiene un gran equilibrio,taninos presentes pero muy bien integrados.Su retronasal es puro espectaculo,recordando todos los aromas de la nariz.Esta clase de vinos estan perfectamente preparados para dar mucha guerra en los proximos años,se nota mucho sobretodo la gran calidad de la materia prima.

Picota granatoso de capa media.
Nariz de buena intesidad, elegante, fina y sorprendentemente fresca, con presencia de aromas de pan tostado, mantequilla, hidrocarburos, praliné, flores ajadas y unos balsámicos muy frescos.
En boca presente tanicidad, buena acidez, largo, cálido, con cuerpo y potente. Final algo picante.

Ante todo ELEGANTE.
Me ha gustado esta segunda vez que lo pruebo. Cata a ciegas.

Granate opaco de capa alta, con aspecto de juventud. Nariz de intensidad media, con notas de heno seco, tostados, grafito, tinta china, violetas, fruta roja madura, fresa, fruta en licor, balsámicos, mentolados, caramelo de café con leche, caramelo de nata. Atractiva y compleja. Boca con gran amplitud y buena estructura. Bastante equilibrado y con buena persistencia.

Rubí granatoso. La nariz, de buena intensidad, aparece inicialmente algo reducida, con notas animales y algunos toques de cueros viejos y flores ajadas. Con la aireación gana en volumen y da paso a notas de tabaco inglés, toffees, fruta roja compotada y algunos frescos toques mentolados. En boca es excepcional, con notable ensamblaje, buena acidez y largo recorrido. Consistente y elegante a la par.

Color rojo cardinalício con ribete teja, brillante y lágrima elegante, lenta y tintada.
En nariz se muestra bastante frutal para lo que me esperaba, sin olvidar las notas de madera, balsámicos y cuero que inundan la copa. Aroma de guindas en aguardiente, tostados, tabaco, chiminea humeante de algarrobo, tofee y restos especiados de la mano de la pimienta negra y la nuez moscada. Retronasal de gran elegancia que combina la madera tostada con los balsámicos.
En boca es puro terciopelo, si bien se nota que requiere algo más de botella para estar en la cumbre de su evolución. Frutas para empezar y todos los torrefactos en el final largo y agradable.