En inicio es una bestia negra, con un fondo algo sucio, recuerda a la lata de berberechos y la de espárragos. Al movimiento y poco a poco, va cediendo espacio, surge un aroma marino, recuerda al codium junto con flores amarillas marchitas, cera , heno, miel blanca, notas de ebanistería, manzana y hierbas medicinales.
En boca rasga, se va abriendo camino con una acidez tan rica y sabrosa, como jugosa. Punto secante que hace al vino enorme y elegante, crece a cada momento, aumenta, te lleva de un lado a otro, crees, recuerda pero no. Saboreas una piña madura, tiene garra y sabe apretar lo justo, lo necesario para resbalar por el paladar y desear más...
Color amarillo con matiz dorado y aspecto ligero
Nariz de intensidad media alta, aromas a pedernal, algo ahumado, mineralidad, yodo y caramelo de miel y limón.
En boca es ligero, equilibrado, buena evolución, quizás algo discreta, pero se trata de un vino muy interesante, dificil de catalogar. Tiene buena acidez refrescante.
Un vino extraño, muy curioso, austero y profundo con recuerdos minerales y de madera vieja. Como siempre en estos vinos, Carlos de Vinacoteca me lo aconsejó y como siempre dando en el clavo. Color amarillo brillante. En nariz aromas a fruta escarchada, flores y especias. En boca, es curioso, equilibrado, sabroso, jugoso y redondo.
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