Algo cerrado inicialmente, aromas balsamicos y también a tinta y goma, estos ultimos desaparecieron rapidamente. Sensación de ahumado. En boca frutas rojas y negras, flores azules, y presencia mineral y balsamica, como en nariz algo de sabor a tinta. Elegante, sin poder aseverarlo, quizás mejore y se equilibre con más tiempo. Lo veremos. Elegante y fino en sus formas, aun por perfilarse definitivamente para su mejor momento

Rojo cereza de capa media-alta, ribete granatoso, limpio y brillante.
Intensidad aromática media-alta. A primera impresión notas lácticas, mantequilla, yogur, según evoluciona aparecen los balsámicos (eucalipto, mentolados), los tostados están muy integrados, roble cremoso. ¿Y la fruta?, pues también aparece, es madura. Nariz fina y evolutiva.
En boca se muestra sabroso, carnoso, ojo, aquí si aparece más la fruta, aterciopelado, fino, con gran estructura, trago largo, muy rico.

Necesita una buena aireación y tomarlo con calma. Por supuesto que en botella evolucionará a mejor los próximos 10 años, pero ya se puede tomar.

Precio sobre los 85 €.

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
Buena intensidad en nariz, con unos ligeros toques de reducción iniciales. Con el aire aparecen tonos florales, frutos rojos y negros, finas especias y ahumados, trazas balsámicas y minerales, café en grano y tabaco de pipa. Con limpieza.
En boca se muestra serio y elegante, equilibrado, con buena acidez y un paso limpio y redondo, dejando en el final sensaciones frutales, ahumadas y minerales, con un tanino noble y bien integrado, quedando una buena persistencia. Todavía en pañales pero deja constancia de su clase.
Sin ser ni mucho menos la mejor añada de este vino lo cierto es que quien tiene retiene y muestra su calidad, clasicismo y elegancia. Estará listo antes que otros Valbuena y es de corte más etéreo y fino, un vino que siempre va a responder. Lo único malo el precio, sobre los 80 euros. El mito es el mito.