Botella muy atractiva, elegante… ¿vintage? Es un vino limpio, claro, brillante, color piel de cebolla, casi trucha asalmonada. Poca lágrima a baja (como es lógico). Nariz de intensidad media-baja con notas de fruta roja, pera, cítricos y flores. Parece que huele a primavera. En boca lo veo un poco plano, falto de acidez. Tiene cierta untuosidad y al final perduran los amargos, que resaltan en exceso para mi gusto.

Visual: Botella con diseño llamativo, atractiva. El vino presenta un color rosa pálido (piel de cebolla) con un ribete "atruchado". Limpio y brillante.

Olfativa: Fruta de hueso (albaricoque, melocotón), regaliz rojo, cítricos y notas florales. A medida que coge temperatura, van apareciendo notas a bollería, recordando a los cavas con crianza.

Gustativa: En boca se muestra cremoso, dulce y con un final ligeramente picante. Equilibrio entre dulzor y acidez. Buen posgusto.

Me ha gustado, es de los que invitan a indagar más en esos grandes abandonados que son en muchas ocasiones los rosados. Un vino que con unos pinchitos de pollo y con un poco de jamón ibérico cumplió bastante bien.

Hay que destacar el diseño moderno y elegante de la botella y de la etiqueta.
Color cobrizo claro, limpio y brillante.
En nariz presenta una intensidad media, recuerdos al cava, destacando los aromas cítricos y a fruta roja.
En boca tiene una entrada suave, buena acidez, es sabroso y fresco con un punto final amargo. Vuelven a aparecer las notas cítricas y a fruta roja.
A pesar de ser un vino rosado, sorprende su persistencia.
Un buen rosado sobre los 10€.

Botella de forma sutilmente curva, bastante femenina, de cuello alargado y muy moderna en su presentación y etiquetado con líneas blancas verticales en relieve y jugando con las transparencias.

Cierre "nomacorc" ideal para esta tipología de vinos jóvenes. Sale perfectamente e internamente huele a frutos rojos muy levemente.

Sacamos botella de nevera a unos 4-5ºC: vamos a dejar que gane algo de temperatura y luego mantener con jarra térmica.

Visual: bonito color rosa-rojizo asalmonado pálido casi piel de cebolla seca, limpio, brillante y con buena y abundante lágrima que, cuando está muy frío marca la línea glicérica en horizontal y sólo si lo dejamos de 10-20 segundos es cuando vemos que va cayendo la lágrima.

Nariz: de buena intensidad a frutos rojos frescos (fresas, frambuesas) y algo ácidos, también hay fruta blanca fresca de hueso (albaricoque/melocotón), sandía, flores blancas, toques lácteos, balsámicos, herbáceos de monte (tomillo) y algo de eneldo, recuerdos a anís y tiza. Buena complejidad para su tipología.

Boca: entrada suave y fresca, muy fresca, buena acidez, notable densidad (destacable para un rosado), bien estructurado dentro de su ligereza, un buen punto de cremosidad y untuosidad que acaricia la boca de forma aterciopelada y le da amplitud. Paso por boca muy agradable y frutal. Muy equilibrado pero con ligeras notas punzantes-ácidas y con ligero tanino que le otorgan, a la vez, frescor y estructura. Final largo para ser un vino rosado joven: tiene un buen punto vegetal-mineral que acompaña a la acidez de la fruta roja (y también algo de blanca) pero, sobre todo, unos toques amargosos muy ricos junto a balsámicos en retronasal que lo redondean muy bien y que invitan a seguir bebiendo.

Rosado bastante serio, con enjundia, estructura, acidez y "mucha chicha" pero que, a la vez, es muy fácil de beber, fresco y cremoso. Es un vino muy peligroso con sed, con calor, en próximas noches de verano, en buena compañía y con platos de consistencia ligera-media (pizzas, pastas, pescados, arroces no muy contundentes, algunos quesos suaves, jamón ibérico, mariscos, etc).

PVP ligeramente inferior a 10€ (9 y pico). Muy buena para lo que ofrece.

Estilo de botella y etiqueta muy original.
Color rosa coral tirando hacia piel de cebolla.
A primera vista no es un color muy común para los rosados a los que estamos acostumbrados.
En copa limpido y cristalino.

En nariz intenso aroma a fruta fresca con un toque de dulzor. En movimiento potencia aromas a frutas como la frambuesa. Deja un ligero aroma a lácteos.

En boca entra con frescura y con una acidez moderada. Es ácido pero muy sutil, muy refrescante. Juega entre esa acidez, pequeños toques duces equilibrados con una ligera amargor que lo hace muy atractivo. Menos frutos que en nariz pero se mantienen esos aromas a lácteos.

Un vino diferente, con personalidad y que no cae en el saco roto de los rosados.

Botella elegante, color naranja suave, nariz silvestre a manzana fuji y fresones. Boca bien equilibrada y contundente. Fresa y pan de pueblo. Rico vino. Vivo. Gracias a la bodega y verema por esta nueva virtual. Buen trabajo de los Arzuaga. Brindamos por el baur....

Una buena presentación tiene este vino, tanto en diseño de botella, como de etiquetado.

En la fase visual es de color piel cebolla, limpio y brillante, con una débil lagrima.

En la nariz se muestra con poca expresión y tras un rato de lucha, sale algo de fruta y poco más.

En la boca tiene cuerpo, con sensación vinosa, glicérico, y fruta en buen nivel, pero con la acidez justa.

Ya sé que es uno de los tipos de rosados de moda, pero no es uno de mis rosados.

Tal como es mi costumbre y norma, no puntúo las catas virtuales.

Gracias a la Bodega y a Verema.

Color piel de cebolla con destellos caldera.
La nariz es de buena intensidad, notas de fresa ácida, albaricoque, mango, un toque cítrico, flores blancas y verdores herbáceos. Nariz fresca y adictiva.
En boca entra con menos fuerza de la esperada, acidez muy justa, frutal, paso marcado por las notas amargosas que sostienen el vino, sencillo y con un final de media longitud.
Buena presentación, buena nariz pero en boca le falta acidez y frescura.

Vino color rosa pálido, limpio, brillante y lágrima fina
En nariz con intensidad media, notas de fruta roja fresca, moras y frambuesas, con fondo floral, vivo, expresivo y perfumado.
El paso por boca, suave, amable, sencillo, se nota un poquito el alcohol, fruta roja con algo de cuerpo, fresa y regaliz, sabroso, buena acidez y equilibrado. Está bueno.
Retronasal, afrutada.
Postgusto, medio y bueno.

Excelente presentación: cápsula de las buenas, poco usual en un rosado. Corcho tecnológico, suficiente para este. Botella original. No me gustaría para un tinto, ni tampoco para un blanco, pero para un rosado se puede jugar con diseños atrevidos… Etiqueta original, jugando con la transparencia para dejar al color del vino todo el protagonismo.
Bonito color rosa palo, muy pálido, casi transparente.

Nariz que en el primer golpe recuerda más a un blanco, por las notas florales y frutales (albaricoque), con un ligero recuerdo a balsámicos. Después pasan a tomar las riendas la fruta roja (cereza, fresa,…), los anisados y la hierba fresca. Buena mineralidad en una nariz atractiva y sutil, que no tiene la explosividad de algunos rosados, pero cuya paleta aromática va más allá de las simples "chuches".

En boca tiene un tacto graso, glicérico, muy untuoso y con volumen. Acidez justa y un final con un punto levemente amargoso que no molesta y le da cierta fuerza y marca la distancia con ese carácter de blanco que tiene en nariz. Tiene un cierto deje anisado en el final y quizá le falta un poco de punch, pero se bebe con facilidad y está muy rico.

Me alegra ver que cada vez vamos siendo más conscientes de que existen los rosados...