Fue diferente aquella noche, aquella virtual.

Como en las ocasiones especiales, varios astros en forma de circunstancias favorables y desfavorables se alinearon para desplegar influencias positivas y negativas. Si el resultado de la conjunción era propicio la noche podía ser mágica, si no lo era...

Hacia las 20:15 horas muchos foreros habían abierto ya sus botellas -yo entre ellos- y por los comentarios de algunos de ellos supe que habían tenido mala suerte, su corcho no estaba bien. El mío estaba perfecto, de libro, de manual, con el tintado justo, con los aromas concentrados que auguraban una experiencia singular, como así fue.

Liberado de su envase el vino corre por la copa con un exultante color rojo cereza granatoso; no la cubre del todo dejando entrever su transparencia tras su brillo de granadina que al llegar al ribete se aclara hasta querer fundirse con el cristal en un tono rosáceo y extendiendo un manto transparente de densa lágrima. A los pocos minutos este rosáceo se teñiría de teja permitiendo atisbar su edad verdadera.

Esta rasgo se mantendría durante toda la cata porque tanto visualmente, como olfativa y gustativamente, sus nueve años de edad sólo eran perceptibles en flashes intermimetentes. La mayoría del tiempo se comportó como un joven de inmensa belleza y ahí es donde también se podía adivinar su edad porque ese regio porte no se da en la juventud, lo regala la sabiduría de los años, la erudición de la paciencia.

Cuando inmóvil, brotan las cerezas y las frambuesas, maduras pero no pasadas, frescas como fresca era la brisa que jugaba al escondite por las ramas de los pinos. El baile en círculos atraería notas muy difuminadas de aceituna negra, frágil y gentil.

Los dos planos jugarían en líneas paraleas armonizándose pero sin perder su personalidad ni su carácter: un primer plano frutal y balsámico que ni podía ni quería silenciar un fondo de cuero fino y elegantes ahumados, a cada minuto más intenso.

Pero dos planos no eran diversión suficiente para un vino que se disfrazaba de joven pero que se conducía con la complejidad que sólo la edad otorga, añadiendo a las notas rojas de la fruta y a las oscuras de los balsámicos, pinceladas blancas de piedra y de almizcle dulce.

La entrada en boca es engañosa: camina ligero pero a su paso extiende horizontalmente por lengua y paladar una deliciosa capa de fruta dejando tras de sí un posgusto de cierta potencia. Los planos aromáticos se reproducen y sin menoscabo de la carnosidad frutal, el cuero fino se enseñorea de la boca con donosura y señorío para dejar después en el recuerdo táctil una huella licorosa. Su cuerpo ejerce una poderosa fascinación por la armonía en el contraste de su levedad inicial y el músculo que desarrolla al caminar. El ahumado aromático sustituye a la punzada licorosa del postgusto con tanta elegancia que hace suspirar.

Y sigue y sigue girando el caleidoscopio, parándose en este momento en las especias que me habían sido esquivas hasta el momento. Siempre al final, siempre un poco escondido pero con ese guiño con el que ha jugado siempre con nosotros este vino se destapa la pimienta negra y el clavo, añadiendo picante y leves tostados dulces a una conclusión con la que ya no contaba.

Sus buenas o quizás malas artes te secuestran, te impiden participar, no quieres hablar, no quiere poner palabras, quieres sumergirte, nadar en su fondo, despegar del mundo, bucear en él.

Te das cuenta de que no eres la única, se habla poco, con palabras medidas, se siente el disfrute, casi se palpa. Te ha hechizado con una acidez que no te permite pensar, que únicamente te deja el suficiente espacio mental para saber que sólo quieres seguir bebiéndolo... Sueños despiertos, vigilia a oscuras, abstracción contemplativa, admiración pasiva, rendida ¡y tiene nueve años! ¿Sólo? Sí, sólo, porque si a estas alturas decide regalarme perlas negras de intenso regaliz me ha convencido de que su embaucadora juventud es sólo el reflejo de una belleza intemporal que se mantendrá durante años sin marchitarse mas sin detener su evolución. Espero, deseo y confío poder comprobarlo entonces.

Gracias Herederos de Marqués de Riscal por este sublime obsequio, su significado vale más que diez, cien, mil palabras. Reconciliación, respeto, admiración, agradecimiento.

Verema: trece años, cinco para mí. Verema: enhorabuena... gracias por existir y permitirnos crear magia entre todos.

Cata de Puck

Color rojo picota brillante de intensidad media alta y ribete entre granate y teja. Muy buen color ve intensidad para tratarse de un 2004.
En nariz es un deleite, no le cuesta nada comenzar a mostrar sus atributos y se muestra cambiante y complejo. Con una buena intensidad encontramos recuerdos a fruta negra madura, licor de cerezas, sotobosque, suaves notas de cuero, ebanistería, suaves balsámicos, terrosidad, piedra blanca, especiados, pimienta, vainilla y canela.
Boca de entrada sabrosa y elegante. Paso equilibrado, redondo y fresco. Tanino domado que no renuncia a ofrecernos una fina carnosidad. Retronasal frutal, especiada, mineral, con un recuerdo a cuero. Final muy bueno, fresco, sabroso, largo. Me ha encantado su finura, elegancia, complejidad, estructura...tremendo

Bonita botella en un estuche muy chulo.

Visual: rojo picota, brillante, capa alta y lágrima densa.

Olfativa: complejo, alta intensidad, fruta negra madura, tabacos y café.

Gustativa: entrada potente, carnoso. Muy buena acidez, fresco; vuelven a salir la fruta negra, ciruelas, tostados y ahumados.

Rioja de excelente calidad.

Por desgracia no me llegó el vino a tiempo para la virtual pero esto no quita ni un pelo de merito del trabajo de verema. A destacar la amabilidad de los responsables de la cata del vino de marqués de riscal. Un 10, ningun problema.

La botella llegó en un precioso estuche y con una botella elegante, sobria y con un toque de modernidad sin estridencias. Muy buen vestido para la botella y estupendo corcho.

V: Rojo sangre capa media-alta brillante y muy limpio. Denso en copa con una lágrima abundante y algo coloreada. Reflejos más azulados de lo que me pensaba, se ve una clara evolución que deja lugar a muchos más años en botella. Para las variedades que usan creo que me lo esperaba más apagado de tono. Realmente sorprendente y elegante en la copa.

O: A copa parada es de intensidad media-alta, poco a poco va abriendo un gran abanico de aromas. Cambiante y profundo. Muchas especias como canela y comino, monte bajo con recuerdos a regaliz. Algo terroso y un cuero o caja de puros muy sutil y elegante. Frutos rojos en compota y bases a eucalipto que atenuan su impacto. Muy largo en nariz, de esos vinos que con 1h te dan mucho.

G: Ataque medio, muy untuoso y amargo al final. Redondo con retronasal algo dulzona como de canela. La acidez es una delicia y el vino aguanta en boca un largo viaje. Los taninos ya pulidos pero que auguran una larga vida a este vino. Es un vino que requiere mucho tiempo para su disfrute ya que ofrece una infinidad de matices.

La verdad es que tengo muchas ganas de conseguir una botella y deciros en 20 años que tal esta este vino.

Color rojo picota, capa media-alta.Ribete levemente atejado. Lágrima fina.
Aroma complejo y elegante de buena intensidad. Se disfruta mucho con la evolución en la copa. Fruta bien presente en conjunción con aromas especiados, notas de sotobosque, balsámicos, tabaco, café torrefacto...
En boca no defrauda en absoluto. Armonía y delicadeza, potencia justa y persistencia. Un vino de gran finura, y al que parece quedarme mucha vida por delante.
Un gran vino para una ocasión especial.

Que una cata de este Gran Reserva Marqués de Riscal 2004.

Rojo picota muy oscuro, brillante, capa media-alta. Ribete que se va volviendo atejado.

En nariz es muy complejo. Notas balsámicas de entrada y fruta madura. Al mover la copa surgen un mundo de matices. Fruta negra madura, pimienta negra, clavo, regalíz, canela, aromas torrefactos.

En boca es potente, graso, muy complejo y bien estructurado. Tánico, aterciopelado. Taninos redondos. Final sedoso y muy muy largo.

Un excelente vino para disfrutar ya o para dejar pasar los años y volver a él de nuevo.

Capa media alta. Rojo picota con ribete rubí tendiendo a teja.
Fruta roja licorosa, guindas en licor, balsámico y especiado.
Entrada con acidez, algo cálido. LLena la boca, se marcan algo los taninos. Mucha vida por delante.
En boca,se repite la licorosidad y los balsámicos.
Es persistente.

El color es cereza bastante oscuro, casi picota, con ribete rubí un pelin atejado.

En nariz es de mediana-alta intensidad y destacan los frutos negros muy maduros, minerales, especias de varios tipos, mentolados y toques de cuero.Siguiendo con la paleta aromática, también se encuentran frutos silvestres maduros, ahumados, tabaco y toques de finos y buenos tostados (chocolate). Resulta una nariz muy compleja y con bastantes toques de elegancia.

Una maravilla en la entrada de boca, es sabroso y expresivo, redondo, equilibrado, paso de boca con muchas pinceladas de elegancia, complejidad y vivacidad, los taninos ya maduros, la acidez bastante bien, sin ser gran cosa, el retronasal tiene muchas de las sensaciones de la excelente nariz y el final es largo y sobre todo, tiene un gran persistencia dominada por las especias. La estructura es muy buena. Tiene casi todas las bases, para estar en plena forma otros 12-18 años como minimo.

Un VINAZO, muy superior al 2001 y que dará muchas alegrías durante la primera mitad de este siglo. Tiene margen de mejora sin ninguna duda.

El corcho una maravilla, solo le falta un poco de longitud, un 8, la RCP la considero bunea/muy buena, ya que creo que cuesta sobre los 50 €.

Rojo picota ribete granate, uso un aireador tipo Venturi. Capa media con lágrima gruesa y muy transparente.
Nariz de frutos del bosque, confituras, lácteos y algún recuerdo curiosamente floral (violeta).
En boca es estupendo con un importante grado de amargor , aunque la entrada es aterciopelada , lateralmente se aprecian taninos bien pulidos con astringencia muy medida. En el retro gusto aparecen aromas balsámicos y suave presencia de madera. Dominan los sabores a regaliz y fruta roja de hueso muy madura pero con posgusto largo, amargo, especiado, interesante.

No aprecio apenas notas de vainilla o cacao que si encuentro, por ejemplo en el Finca Torrea o en el Crianza. Aquí hay más lácteos, más amargos, más seriedad. Acidez correcta.

Mi mujer sin embargo aprecia más notas a madera y sotobosque quizá a antiguo pero agradable. Ella percibe aroma a café nada frutales,

Como me pasó con el color, me encantan el sabor y la nariz pero me parece más joven, con menos evolución que otros riojas de este tenor.

A la luz de otros comentarios, en principio mas autorizados, me encanta el vino pero me alegro de tener otras dos botellas para guardarlas una laaaaaarga temporada. Una la compré, además, "in situ" en las bodegas.

Un vino que me ha sorprendido gratamente.
Siento pasión por los vinos de corte clásico de Rioja, pero este aporta algún matiz distinto. Un vino en el cual la protagonista resulta ser la fruta, pero están presentes todas las connotaciones del clasicismo riojano.
Se descubren nuevos matices aromáticos a cada minuto que pasa. La suavidad, astrigencia y redondez en boca son dignos de elogio.