De color cereza granatoso de capa media-alta, muy extraído, tapado. Reflejos rojizos y cobrizos, refulgente, límpido, sin un solo precipitado. Borde amplio, atejado, con mucho contraste respecto al exterior del menisco.
Aromas de poca intensidad, sencillo, sin gran profundidad. Inicialmente presenta un amplio abanico de notas maderosas que van desde lácteos y cremosos a tostados, maderos viejos o carbón vegetal. Todo lo demás queda oculta por la crianza. Ni bueno ni malo.
En boca destaca por su enorme estructura. Aún tánico, duro, musculoso. Va vestido con doble coraza, con mucho peso, enfajado en madera hasta los dientes, en actitud agresiva, dando mandobles a ciegas con una acidez cortante fuera de control. Los taninos están presentes, rugosos, por limar. El conjunto no está del todo ligado, y seguramente no llegue nunca a estarlo aunque quién puede saberlo... Tostado, oscuro, con algo parecido a fruta negra y regaliz puro; muy amargoso.
Cuesta creer que hayan pasado ya más de tres lustros de esta cosecha y que se resista a educarse en botella. Dista mucho de ser un vino placentero pero asombra por su concentración y carácter indómito. Sería el complemento perfecto para refrescar viejas reservas en bodega en vistas a volver a reencorchar y seguir envejeciendo sin prisas. Hace 10 años se pagaba hasta 50 euros por esta etiqueta entorchada en oro. Un retrato de ese tiempo, del "España va bien" y del final de Bodegas Domecq en Rioja. Los excesos se pagan. Aquí un ejemplo.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/03/marques-de-arienzo-1998-reserva-especial.html
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.