Vista: Rojo picota con ribete burdeos algo evolucionado. Muy glicérico.
Nariz: Fragante, golosa, compleja y llena de fruta negra madura (moras, ciruelas). Cueros y recuerdos de una madera de calidad.
Boca: De gran calidad, equilibrada y con carácter, lleno de fuerza, con cuerpo y golosidad. Taninos amables, pero presentes y buena acidez. Final largo, frutal y con recuerdos minerales.
Un vino para recomendar, que, en mi opinión, vale lo que cuesta (alrededor de 19 euros) y que pone de manifiesto la calidad que pueden alcanzar las buenas elaboraciones de la Monastrell, en buena compañía.
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