Rojo rubí. sorprende la poca evolución en el color
en nariz, hongos, trufa, ebanistería, madera. Después, mucha trufa y aromas a cognac. Más tarde, regaliz..
en boca, marcada acidez, buen peso en boca, muy vivo.
Tomado en el encuentro verema del 2007. Mejor que el 64.
Es el vino que más me ha impresionado en mi vida, tomado en un fin de semana que probé algún 100 puntos parker, pero que me emocionaron menos que éste.

Color ocre oscuro, evolucionado con matices caoba claros. Notas maduradas donde predomina la pasa, las notas de trufa y regaliz, recuerdos rancios y apuntes balsámicos. Recuerdo de cueros, acetona y madera vieja. En boca presenta una gran acidez aún, poco recuerdo frutal y aun presenta notas tánicas.

De aspecto limpio y brillante, presenta capa media / baja, dominan los pigmentos amarillos confiriéndole un bonito color teja.
En nariz (debe airearse para eliminar olores a acetonas), permanecen aromas "golosos" (compotas), maderas tostadas, café, trufa negra, hojarascas, notas minerales, se suceden recuerdos a pólvora, brea...
En boca, buen pase, aún conserva sutiles taninos y acidez matizada; conserva algo de frescura. Al tiempo aparece sabores a brea.

Vino que merece cumplida veneración y homenaje, pues estamos hablando de 62 años de edad, nos evoca mucha historia y aún podría contar más.

Rubí brillante de capa media con destellos atejados. Nariz expresiva e intensa con notable complejidad y marcado bouquet. Junto a los tonos especiados, recuerdos a tierra mojada, trufa y monte bajo, champiñones, cierta mineralidad y regaliz. En boca se presenta ligero aunque con excelente estructura, con suave amargosidad, sedoso, con excelente acidez, levemente cálido, largo y armonioso. Todavía con vida por delante. Aunque es ir contra corriente me gustó algo más que el 64.