Abierto 30' antes, sin decantar. Muy buen corcho, mínimamente tintado.

Visual: Rojo cereza, ribete rosáceo. Capa alta. NO denota su edad. Lágrima fina, que apenas tinta la copa. Brillante y limpísimo, sin presencia de precipitados.

Olfativa: Profunda, muy prioratina, con los matices resinosos tan propios de muchos vinos del priorato, pero mostrados de modo suave, casi imperceptible y que desaparecen de la copa con el tiempo. Fruta roja (cereza, grosellas, fresas) abundante. Nariz muy viva, plena que abarca desde un elegante especiado (pimienta blanca) hasta múltiples notas de bosque (terrosos, hongos, humedad). Notas florales, café, anís... todo ello ensamblado en trama en donde la potencia propia de los vinos del priorato deja paso a un vino reposado, elegante... maravilloso.

Gustativa: Buena entrada en boca, amable, en donde se observa la primacía de la fruta roja, con un trasfondo licoroso. Magnífico especiado (clavo, pimienta, trazas de anís). Gran mineralidad, notas de grafito. Magnífico paso por boca, de enorme amplitud, bien marcado, modulado en todo momento. Tanino redondos. Se aprecian los mentolados, las notas vegetales y de café que le dotan de un punto amargo, para dejar un final en el que el vino torna a las notas dulces de brioche y crema pastelera. Completísimo.

Muy buena persistencia.

Gran vino que reabre, de nuevo, dos grandes interrogantes acerca de este tipo de vinos "especiales" y de los prioratos en general. La primera, relativa a la buena capacidad de envejecimiento de los mismos, de la cual cada día estoy más convencido. Y la segunda, la relativa a su precio ¿vale lo que cuesta? Sigo convencido de que no, aunque, afortunadamente, el degustado se quedó en 140 e., precio que se toma como referencia para la RCP.

Resulta increíble los registros bucales actuales de este gran Ermita. Entre 5 posibles , era uno de ellos.Nos sorprendió su boca, voluminosa, redonda, potente, envolvente, alucinante, y pensamos , si es este Ermita 98 , hay que llamar a su enólogo y felicitarle por el prodigio. La sensación frutal, escarchada, evolucionada y asentada resulto casi perfecta y difícil de igualar. Su nariz era también excelente, pero quizás se vio superada por la complejidad del anterior que fue Dofi 98. 24 horas después vuelvo a catar lo poco que quedo y vuelve a impresionarme, esta vez sin competencia descubro unos aromas tostados finos y penetrantes que ayer no capte , pero que enriquecen el vino. Un vino casi perfecto 16 años después y que me recuerda , de otra manera, al impacto de la añada del 99,hace ya muchos años. Seguramente la perfección y mantenimiento de este 98 ahora , supera al impacto del 99, al poco de salir a la venta.

Color rojo oscuro, ribete granatoso tirando a algo atejado, capa alta, fina lágrima lenta bien tintada. Aromas de fruta madura con predominio de frutillos del bosque bien maduros y en compota (grosellas, moras y arándanos), notables tostados que inundan un conjunto bien equilibrado, intenso, suaves notas terciarias muy elegantes (cueros y pieles curtidas), toques de tabaco de pipa, suaves recuerdos de café arábica y chocolate negro, notable mineralidad de licorella húmeda de fondo acompañado con unos toques de sotobosque bien profundos. Notable y elegante entrada en boca, recorrido bien equilibridado, tostados de la barrica bien pulidos, taninos sedosos, elegante, muy buena acidez, intenso, fruta muy madura, muy buena estructura, extraordinaria textura y notable persistencia. Final bien largo, postgusto de fruta madura y retronasal muy intenso de ahumados y mineralidad.

Perfil muy clásico del Priorat que sorprende su notable calidad y las excelentes sensaciones que transmite.

Más info en: http://www.elvi.net/2012/06/14/l-ermita-1998/

Rojo cereza en copa, nadie diría su edad. Parece mucho más joven.
En nariz es profundo; con el paso del tiempo muta, de frutas rojas o negras maduras a cuero, humo y, en menor medida, café.
Se fija, en las papilas, realzando, todo aquello, con lo que lo marides.
Es potente y a la vez homogéneo; no tiene aristas; educado, muy educado.
una golosina.

en elegancia, en redondez, en sedosidad, en potencia , en equilibrio. Enorme vino porque te emociona y te trasporta. Se hace el dueño sin violencia , pero con firmeza, se apodera de las papilas y de la nariz con sutileza, con magia . Es un vino equilibrado y magico.

Catado junto con un Mogador del 97, buscando comprobar si la evolución de estos vinos en el tiempo es la que se supone.
Bonito color picota que no muestra aún tonos atejados y no da pistas sobre su edad, limpio y brillante, de capa alta.
En nariz, evoluciona desde unos primeros aromas de reducción a cueros, pedernal, incluso pelo mojado a unos muy intensos aromas a fruta negra, trufa, especiados y chocolate negro.
En boca, aún potente en la entrada, carnoso, con taninos sedosos, larguísimo, aún con nervio y garra.
Una maravilla de vino, con vida por delante.
Lo del precio es otro tema.

Sigue manteniendo su buen nivel creo que un tiempo abierto le hubiera sentado de cine pero esperar su evolución en la copa estuvo bien.

De capa alta aguantando los avatares del viaje como un campeón, nos ofreció de entrada unos aromas de desván marcados, para seguir con un comportamiento aromático fino, de hierbas de monte bajo, notas de tabaco y balsámicos ligeros mentoles y regaliz.

Su entrada marcada, con cuerpo, ligeramente astringente, pero con un equilibrio sobrio y redondo dejando entrever su buena pauta para futuras catas, con una evocación balsámica y un largo recorrido.

Catado a ciegas con un Finca Dofi 98,esta vez salio ganadora de largo.Precioso color cubierto.Nariz espectacular,complejidad,elegancia,minerales,balsamicos.La boca con gran acidez,gran estructura,elegancia y larguisimo en retronasal.Un gran vino,..pero carisimo.

Cereza picota capa alta con destellos tejosos
Nariz inicialmente cerrada con aromas de reducción, cueros y pelo mojado en copa parada sorprendente su evolución con fruta negra madura, especiado, tostados, chocolate y tabaco, menta, regaliz, y toques de umbría, y trufa
Boca con una entrada de ensueño nos lleva hasta el infinito, con su aroma de fruta y especiado, su mas que digna acidez y unos taninos mansos, nobles y agradables, nos deja un pensamiento imperecedero en el recuerdo

No pensaba abrir esta botella pero ya sabemos, uno es muy débil. Lo mejor que ha conseguido Álvaro Palacios con este vino es la precisión en la constancia, dice las cosas despacio, sutilmente y con mucha armonía. Es uno de los Grandes de España, no me cabe la menor duda y en este caso además con una mineralidad fina, pero totalmente virgen e intensa, de esas que se unen al hueso de albaricoque de por vida. Como no podía ser menos, tiene todo el espectro aromático de monte bajo prioratino, con garrigas, jaras, tomillos y enebros. Pero principalmente es una nariz genuina y única como su “ Personalitat “, donde las maderas ni se perciben, evaporadas por esos mentoles y balsamicos de eucalipto. En boca tiene esa acidez típica de la fruta fresca con hueso, carnosa y con diferentes puntos de maduración que inflexionan en cremosidad tanica y carnosidad frutal. Es largo en su recorrido, con notas de pizarra por vía retronasal y un posgusto con nervio y en donde la acidez se encuentra más valiente ( pulpa cercana al hueso ). En fin, seguramente estará mejor mañana, si a pesar de la debilidad de uno, consige sobrevivir la última gota en botella, que sinceramente lo dudo.