Un vino que evoluciona a buen ritmo en las copas y que sin prisas pero sin pausas va ofreciendo, va subiendo cada vez un peldaño más y otro, hasta llegar a un punto de la escalera que puede dar vértigo. La nariz, la magnífica nariz, es sublime es como todo el vino una mezcla de matices serios pero elegantes, sutiles pero firmes. Una suma de fruta negra equilibrada sin abrumar, notas térreas, con un tostado integradisimo y ligeramente cremoso que da fe de su presencia pero casi en una esquina de la sala, asoma la cabeza el chocolate negro de la mano de las notas de eucalipto y todo envuelto en intensidad y profundidad que poco a poco se viste de elegancia por doquier. En boca al primer envite parece que su tanino puede ser musculado pero es un espejismo, su tanino es más agradable que la primera impresión, es largo, largísimo no cuentes caudalías ya que podrias perder la cuenta, es de una estructura sólida en boca increible, e igual que en nariz se convierte poco a poco en elegante, sabroso y de nuevo como si quisiera llamar la atención en la sala lo justo la fruta madura, esas ciruelas se dejan ver acompañadas de la mano de la mineralidad que en nariz se mostraban como expresión de terruño.

Puro disfrute, un vino en mayúsculas que desgraciadamente o no, tiene un precio fuera de lo común.

Casi con devoción religiosa, un grupo de amigos nos reunimos para tomar este vino y una botella de El Pisón 2004.
Empiezo a pensar que la casa estaba embrujada.
Sus 520 € en bodega hacían prever una experiencia mística y de ninguna manera fue así.
En fin olvidemos del precio…
Picota intenso, capa alta.
En nariz moderado, poco intenso, tierra mojada, fruta madura y ligeramente pegamentoso. Poco expresivo.
En boca, correcto. Sin puntas, con buena acidez y taninos presentes pero integrados.Un buen vino pero sin ese toque de genialidad que le debe exigir a un vino de este precio…, perdón, si ya me había olvidado del precio.

Atención: muestra de barrica. Actualmente lleva 1 año en barrica.

Picota, capa alta, mucha concentraciónde de color. En su actual estado de crianza muestra sobre todo muchísima fruta roja concentrada, posteriormente aparece la mineralidad característica de este vino. La madera ni se nota, en este momento lleva 1 año en barrica por lo que le queda pendiente de 6 a 11 meses más.

En boca es amplio, larguísimo, envolvente, con un grandísimo esqueleto, fresco con un tanino finísimo, en el postgusto aparecen frutillos negros. Magnífico.