Rubí yodado con ribete atejado. Capa baja.

Muy buena intensidad. Balsámicos, toffee, café, licor de cassís, caja de puros, fruta negra en licor, sotobosque, flores azules, notas mentoladas y a cuero.

Buen ataque. Ligero, sedoso, elegante, muy estructurado, muy buena acidez. Muy buena amplitud. Post-gusto largo a caja de puros y fruta negra en licor.

Una lástima no haber tenido algo más de tiempo para disfrutarlo.

Catado en Alimentaria... gratis ;-P

Nos entrega un rico aroma especiado, sensaciones de ebanistería, cera, betún de Judea, marroquinería, hay un grato fondo tostado, de café licoroso, balsámico. Al tiempo se van o ceden espacio las notas oxidativas y muestran un vino con mucha vida, con una fruta en compota, licorosa, con personalidad, hay aromas a hoja de tabaco, te traslada a su tiempo y a su estilo. Si cabe poner un pero, es probable que este más evolucionado de lo que toque. Al tiempo el vino es adorable en la nariz, la fruta en licor y el café te embelesan.

En la boca entra redondo, es agradable, con un punto glicérico y una frescura que echaba de menos en nariz, la acidez sorprende, se siente la fruta, hay un grato alcohol, muy ligero, tanino sedoso, dulce de regaliz, llama la atención lo vivo que esta.

Catado en el Encuentro Verema.

Color picota con menisco atejado, capa media-baja, con lágrima fina y algo tintada.
En nariz hay iniciales notas oxidativas iniciales que rápidamente se disipan y se convierte en una mezcla de aromas de frutas rojas y negras maduras, presencia de especias (vainilla, pimienta negra), leves balsámicos. Necesita tiempo para disfrutarlo y verlo evolucionar.ç
En boca es dulce, goloso, con buen cuerpo, destaca sobre todo fruta negra compotada, hay acidez más de la esperada y queda acidez para mantenerse más tiempo, taninos con nobleza, bien estructurado, amable y equilibrado. Buena persistencia final.
Un vino que nació de viña nueva (3 años) y para llenar de botellas las mesas del restaurante propio (Jose Maria en Segovia) y que se convirtió en uno de los grandes. Poder disfrutar de los pocos momentos (botellas) que quedan es algo excepcional, como la propia calidad del vino que se mantiene sobresaliente. De hecho en la cata de Verema con todos sus hermanos grandes, fué el que más gustó y que será dificil repetir, de ahí la puntuación excepcional e imposible poner precio a una botella.