Para el vino de esta colección José María Ruiz escogió una de sus mejores parcelas la Cuesta de las Liebres dentro de la finca de Pago de Carraovejas, del que sale uno de sus mejores y más finos vinos. Color rojo muy oscuro con mucha lágrima. En nariz aromas a fruta roja, vainilla y madera muy integrada. En boca es fresco, estructurado, carnoso, muy bueno y complejo. Notas frutales y una muy buena integración de madera. Muy persistente. Un gran vino.