LVMH: bolsos, maletas, Cognac y … ¡Champagne!
LVMH son las siglas del mayor grupo del mundo relacionado con el lujo y la buena vida. Son numerosas la marcas de prestigio que aglutina, que responden a todo tipo de productos selectos. Y desde luego que el vino es una de las más importantes razones de ser del grupo, en especial el champagne, donde casas míticas como Krug, Ruinart, Moët & Chandon o Veuve Cliquot destacan entre su portfolio. Bien entrado el mes de noviembre, en la Enoteca Barolo nos propusieron una de las mejores catas del año, ya que 8 de los más prestigiosos champagnes elaborados por estas cuatro casas formaban un menú prácticamente irrepetible, menú que además fue orquestado por Xavier Monclús, lo cual obviamente tenía un atractivo extra. Xavier es el encargado de la formación en vinos y espirituosos del grupo a nivel europeo y quien le conoce ya sabe de lo que hablo, ya que se trata de un auténtico “showman” capaz de arrancarte una sonrisa incluso en tu día más aciago. Pero en esta cata quienes hablaban eran los vinos, se trató de una cata de puro disfrute, donde las notas eran lo de menos, lo de más era beber y deleitarse con ocho de los mejores vinos del mundo en las copas. Repasemos y revivamos.
Maison Ruinart
Dom Ruinart Blanc de Blancs 1996
Fundada en 1729, la maison Ruinart es la más antigua de Champagne con permiso de Gosset, cuya fundación es anterior pero no se dedicaba en exclusiva al los espumosos. Sus gamas básicas y medias no terminan por convencernos del todo, pero sus cuvées superiores que son un homenaje a Dom Thierry Ruinart, un monje benedictino que en siglo XVII sentó muchas de las bases del conocimiento del champagne tal y como lo entendemos ahora, son sin duda dos de los vinos míticos de la zona. Fueron su hermano Nicolas y el hijo de este, Nicolas Ruinart, quienes fundan la maison. La cuvée Dom Ruinart se crea en 1959.
Las dos botellas que disfrutamos corresponden al blanc de blancs y al rosé, ambos de la magnífica añada 1996, una de las mejores del siglo XX, incluso considerada por algunos como la mejor. El blanc de blancs está elaborado obviamente con chardonnay procedente de grand crus de la Côte des blancs y de la Montagne de Reims. Es la tercera vez que nos encontramos cara a cara con esta delicia y lo cierto es que no hace más que ir mejorando, es un vino que muestra grandeza desde el primer momento hasta el último. Sus señas de identidad son la clase y la elegancia, ambas sumadas y añadidas sobre un esqueleto ácido y una estructura lineal que sencillamente te embaucan. Vino serio, profundo, muestra de lo que es y debe ser un blanc de blancs como la copa de un pino. Una verdadera delicia que esperamos seguir probando en futuras ocasiones, porque tiene toda la pinta de llegar mucho más lejos que nuestra paciencia.
Y si el blanc de blancs es una pequeña joya, para que hablar del rosé. Aquí tenemos un 16% de Pinot noir añadida al chardonnay, una parte vinificada en tinto. Este es un champagne misterioso, complejo, tremendamente vínico, con toques incluso oxidativos que nos pueden recordar a un Porto o un Jerez. Tiene una presencia brutal, es largo y redondo, de paso fino y delicado pero dejando siempre su impronta final, comienza en boca como un vino blanco y termina como un gran tinto borgoñón, parece un exótico Vosne-Romanée por su bouquet especiado. Dom Ruinart Rosé es una joya mundial de esas que hay que probar una vez en la vida para saber hasta dónde puede llegar la frontera que divide un gran vino Borgoñón y un fresco y profundo Champagne. Este 1996 no llega de momento a la perfección del 1990, probablemente el mejor Rosé que hayamos probado, pero tiene toda la pinta de alcanzar esa complejidad con solo unos añitos más de guarda. Un vino antológico y de verdadero disfrute que completa un dúo de verdadera altura, como son estos dos Dom Ruinart de la gran “millesime” de 1996.
Moët & Chandon
La cuvée prestige más famosa del mundo es un homenaje el abate de Hautvillers, el monje benedictino que dice la tradición, descubrió el sistema de la doble fermentación con el que se elabora actualmente el champagne, que luego sería mejorado por Madame Cliquot. Su primera añada data de 1921 y fue puesta a la venta en 1936. Desde entonces han sido 36 cuvées hasta la última de 2002. La versión rosé se produce desde 1959 hasta la última del 2000. La composición suele ser de chardonnay y pinot noir casi a la mitad, con una parte de pinot vinificada en tinto en al caso del rosé.
Comenzamos con el Dom Perignon 2000, cuya composición varietal es de 55%-45% de chardonnay y pinot noir. Al ser una añada más bien cálida lo notamos algo más accesible y maduro que otras añadas, pero siempre con ese equilibrio de registros que siempre es santo y seña de este champagne, con las sensaciones frutales y minerales, con su acidez muy bien integrada y con esa cremosidad en el paso y la burbuja perfectamente integrada. Lo cierto es que un champagne que no emociona, está algo por debajo del 99 y 98, y bastante por debajo del 96, pero tampoco podemos decir que sea flojo, es un gran vino cuyo precio y fama están algo por encima de lo que ofrece, al menos en estos momentos.
Otra cosa, claro, es el Rosé. Su precio es más de dos veces superior, pero es que su calidad también lo es. Esa parte de pinot vinificada en tinto obra su milagro y aparecen unas sensaciones florales y de frutas rojas que te cierran los ojos y obligan a que pongas tus cinco sentidos en la copa, pasando unos minutos antes de probarlo. El paso por boca es mágico, distinto, se abre, es amplio, rico, pleno, puro terciopelo líquido, pura seda, pura sensualidad. Dom Perignon Rosé es algo único desde que nace, un vino capaz de erizar el vello de cualquier persona que lo pruebe, aunque no sea bebedor de champagne. Que quieren que les diga: a nosotros es un vino que nos ha robado el corazón desde que probamos el 96, todavía mejor que éste, aunque desde luego esta añada no le va a la zaga. Dom Perignon Rosé es … la felicidad, la pura felicidad en 75 cl. de vino. ¡O mejor en mágnum!
Veuve Cliquot Ponsardin
Fundada en 1772, VCP es una de las más prestigiosas casas de Champagne. Madame Cliquot, viuda del fundador de la casa Philippe Cliquot-Muron, es quien perfecciona el “methode champenoise” del que Dom Perignon sentó sus primeras bases, con inventos como el pupitre para facilitar las labores del degüelle.
La cuvée La Grande Dame fue creada en honor a la viuda en 1962, para celebrar 10 años después el bicentenario de la casa y se basa en la mezcla de uvas de chardonnay y pinot noir de algunos de los más prestigiosos viñedos Grand Cru tanto de la Côte des Blancs, como del Valle de la Marne, Ambonnay y Vezernay. El estilo de esta cuvée es más oxidativo, más complejo, más profundo. El 98 es un vino elegante, con clase, redondo, que se bebe con alegría y destaca por su elegancia y estructura. Es la segunda vez que lo catamos y su evolución está siendo lenta y segura, bajo los auspicios de este estilo tan peculiar que posee, con una nariz realmente compleja y profunda.
El Rosé, tal y como ocurre en los casos anteriores, se destaca sobremanera. Aquí hay un pequeño porcentaje (15%) de pinot noir de Bouzy vinificada en tinto. La nariz de este champagne nos deja sencillamente impresionados. Es la nariz más compleja, cambiante, misteriosa, profunda e inquietante que hemos percibido en un champagne. Nos sentimos hipnotizados por este elixir de los Dioses que se introduce en nuestras fosas nasales y crea un estado de placer y euforia en nuestro cerebro, alimentado convenientemente cuando lo llevamos a la boca y nos muestra esa fuerza brutal perfectamente orquestada e integrada en un vino único, quizá el mejor champagne rosado que hemos probado junto con el Dom Ruinart Rosé del 90. La Grande Dame Rosé 1998 es un vino imprescindible, uno de los mejores vinos del mundo. Escaso y muy caro, no nos engañemos, pero es uno de esos pocos vinos que cruza la delgada línea entre la clase y la emoción. Grandioso.
Krug
Krug es a Champagne lo mismo que DRC a Borgoña, Lafite a Burdeos, Valdespino a Jerez o Quinta do Noval a Oporto, vamos, lo máximo, la referencia, la apoteosis. Fundada en 1843 por Johan-Joseph Krug, inmigrante alemán de Mainz, ha sido durante toda su historia la casa que ha marcado los grandes hitos de la zona. Sus 500.000 botellas anuales son objeto de deseo en todo el mundo, algo que igualmente ha supuesto una ligera baja en el nivel de sus vinos más “básicos”, de los cuales han ido aumentando producciones.
Krug Grande Cuvée es su vino de acceso y se puede decir que es un comienzo donde el resto de las grades casas terminan. Se trata de una compleja mezcla de vinos de uvas procedentes de entre 20 y 30 viñedos, muchos de ellos Grand Cru y con vinos de reserva de entre 6 y 10 añadas diferentes. Además el vino permanece un mínimo de 6 años en rimas antes del degüelle. El estilo de la cuvée es el estilo de la casa, de corte oxidativo y vinoso, potente y estructurado, un champagne con un paso por boca poderoso y denso, complejo y muy largo. Un vino que pide comidas contundentes pues puede con cualquier alimento que se le cruce. Un vino que además agradece la guarda tras degüelle, pues mejora significativamente. Un vino que siempre es símbolo en todo el mundo de calidad y nobleza, una marca universal del lujo y la distinción. Un vino que nunca les decepcionará. Eso es Krug Grande Cuvée.
Krug Rosé es básicamente un Grande Cuvée al que se le añade un porcentaje de uvas de pinot noir maceradas en sus propias pieles, lo cual le otorga siempre un aura especial. Se trata de un rosé más fino y elegante que sus hermanos de cata, de corte muy sutil, aunque algo más sencillo de comprender. Es uno de esos vinos que por su finura y nobleza, por su profundidad floral y frutal, enamoran al instante al afortunado catador que enseguida percibe que se encuentra ante un vino de esos de verdadero disfrute, de verdadera clase, de verdadero nivel. Le definimos como el Musigny con burbujas, debido básicamente a la finura y elegancia que esa pinot es capaz de entregar a esta deliciosa cuvée. Un vino seductor para seducir, siempre con el problema de su alto precio, claro, no todas las cosas son perfectas.
Bien, pues como vemos, lo cierto es que volver a reunir a semejante elenco de portentosos champagnes será realmente complicado, incluso para el propio Xavier, que nos comentó que era la primera vez que los juntaba todos en una misma sesión. Disfrutamos de la cata como en las mejores ocasiones, repitiendo incluso algún vino, hablando, riendo y dejando que las copas expresaran la categoría del dorado o rosado elixir que portaban. Si lugar a ninguna duda, una de las mejores catas no solo del año, sino de las mejores que hemos disfrutado nunca. Para unos adictos al Champagne como somos nosotros, esta cata ha sido todo un hito, todo un lujo. Una tarde de esas que siempre portaremos en nuestro particular baúl de los recuerdos vinícolas. Si no existiera el champagne, este mundo, créanme, tendría mucho menos atractivo del que tiene. Y lo mejor es que afortunadamente se pueden encontrar muy buenos champagnes en precios mucho más accesibles que los que hemos citado hoy, que desgraciadamente solo catamos de pascuas a ramos. La semana que viene hablaremos de algunos de ellos. Hasta entonces descorchen, beban, disfruten.
Un saludo,
Eugenio Sáenz de Miera Arnau
(EuSaenz)
(*) Las ilustraciones de Dom Perignon y Madame Cliquot son de en.wikipedia.org
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en respuesta a Vvidlan Ver mensaje de Vvidlan Y encima salió a un precio muy bueno, teniendo en cuenta que los 8 vinos cuestan en tienda unos 1500 pavos. Oye, no te veo desde lo de Ygay, cómo lo llevas? La semana pasada estuvimos catando los Barolos de Massolino y están fantásticos, pura esencia de Serralunga, el básico es un chollo por 30 euros, un vinazo.
Saludos,
Eugenio. -
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en respuesta a Francescf Ver mensaje de Francescf Bueno, tampoco vas mal con esos Tarlant, a mí me parecen muy buenos. El Vigne d' Antan es una joyita que parte de la única viña prefiloxérica de Chardonnay que queda en Francia. Y a ti que te gustan los Blanc de Blancs te va a encantar, ya lo verás.
Has preguntado por maridajes en el foro, esos champagnes admiten lo que quieras, al Vigne d'or (Blanc de Noris) le puede ir perfecta un ave, una carne blanca, foie, setas o cerdo ibérico, incluso un contundente guiso casero, al Vigne d' Antan (Blanc de Blancs), pescado y marisco.
Saludos y felices fiestas,
Eugenio. -
en respuesta a EuSaenz Ver mensaje de EuSaenz Muchas gracias por la información. La Vigne d'Antan sí lo he probado. Como bien dices, tengo predilección por los blanc de blancs, y éste en concreto me encantó. La Vigne d'Or es una recomendación de HerrDirektor. Por lo que sé, es de pinot meunier. Nunca he probado un champagne monovarietal de esta uva :-)
¿Nos veremos en la cata de Roederer en Valencia? ;-)
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en respuesta a Francescf Ver mensaje de Francescf Los buenos champagnes de Pinot Meunier son sorprendentes, como el que citas o La Closerie les Beguines, que para mí es la cima con esta uva aunque hay más cosas (Bedel, Mignon) que no están nada mal. En cuanto a lo de Roederer no, por desgracia no puede ser todo, ahora estoy ahorrando para ir en abril al Celler de Can Roca…
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