Cava de tirada especial para el cambio de milenio; fue un regalo; la etiqueta no ofrece mucha información. Presentación sobria y elegante. Decantado. Color amarillo dorado. Denso. Burbuja finísima, escasa, espectacular. Nariz de intensidad media y finura excepcional. Variedades clásicas y probablemente un discreto aporte de Chardonnay.

Notas de miel, flores secas, manzana asada, discretos tostados y algo de pastelería van apareciendo, por capas y a medida que se oxigena. No aparecen aromas reductivos ni aromas de larga crianza... Complejo y fino.
Te remueve por dentro y te hace pensar. Muy diferente. No es afrancesado pero dista mucho también de los cavas clásicos de larga crianza. No deja indiferente, al contrario, inquieta.

En boca es finísimo, nada pesado, muy largo y con una expresión de los matices captados en nariz algo atenuada, modulada a la baja (en intensidad) pero enriquecida por nuevas sensaciones no detectadas en fase aromática. Gran complejidad en todas sus fases, así como un equilibrio y elegancia exraordinarios. La última copa ,la mejor(como siempre ocurre cuando se degusta lo que yo considero un gran vino).

Un cava para la emoción, el placer intenso y la degustación pausada. Es para tomar sólo, sin comida, para reflexionar sobre él, para centrarse en él, sin distracciones y con alguien con un mínimo de sensibilidad para intentar comprenderlo. Me ha encantado y me ha dejado una sensación de misterio y duda que acrecientan su atractivo.

Una gran experiencia que creo no podré repetir.