Botella de 50 cl.

Visual

Amarillo dorado, intenso, con tonos levemente oscuros tendente muy levemente al ambarino, limpio, brillante y de muy buena y abundante lágrima de lenta caída.

Estupenda visual. (8,9)

Nariz

De muy buena intensidad que, con la aireación, aumenta y da notas a fruta blanca madura de hueso, cítricos maduros, leves amielados, curcumina, un punto de vainilla, herbáceos, hinojo, natillas (punto cremoso), monte bajo, setas y notas fúngicas, un punto de madera usada, flores blancas y amarillas levemente marchitas. Olfativa que recuerda comedidamente a algunos Tondonias blancos. Estupenda y de gran nivel. (9,3)

Boca

Excelente entrada en boca frutal y muy levemente dulce (muy poco, esperas más), la fruta es cítrica y blanca de hueso madura, mentolado-balsámicos, punto amargoso, canela en rama, recuerdos sutilmente avainillados, ralladura de limón maduro, buena acidez, cremoso y graso, buen volumen y densidad pero con equilibrio y elegancia en todo el paso por boca.

El final es elegante, largo pero, a la vez, algo cortante y secante, de fenomenal retrogusto levemente dulce y retronasal entre fruta levemente dulce, amielados sutiles y flores algo marchitas.

Gran boca también, con registros muy variados entre la fruta madura algo ácida-dulzona, las flores marchitas, las setas, flores marchitas, punto cremoso y maderas usadas. (9,45)

Fantástico vino blanco semidulce. Probablemente, de lo mejor de esta bodega sin género de dudas ahora mismo (si es que se puede conseguir una botella de esta añada, algo ya que puede ser complicado).

Puede vivir lo que le dé la gana si se conserva bien: entre su acidez, estructura y su punto de azúcar residual, puede vivir varias décadas más.

Su PVP rondaba, en su momento, los 10€. Excelentísima RCP para lo que ofrece.

Excelente corcho natural de RX de 50 mm. Parece que haya sido acabado de embotellar: sin deformar, sin envinar un solo milímetro. Ojalá el resto de embotellajes actuales y del botellero histórico estuvieran a esta misma altura!!! Veamos: de color amarillo dorado, intenso, limpido, sin precipitados. Marcada sensación de grosor, glicerico, con finas lágrimas, permanentes. Reflejo brillantes, entre cetrino y dorado, refulgente.

No ha experimentado el más mínimo cambio desde hace un año. Sigue en sus trece, con esa primera sensacion huraña y ligeramente amaderada, sin concesiones a la galería, necesitado de respirar, de tomar aire y venirse para arriba. Hay unos ligeros apuntes cítricos, caramelo Pifarré miel-limon, flor de almendra, y un fondo a cúrcuma y serrín que se funde con la madera vieja. El cremoso, la vainilla, la fruta de hueso, el hinojo, todos siguen ahí, discretamente, en segundo término, sin acabar ni siquiera de asomar, insinuando su presencia. Una nariz nada al uso que especula más que afirma.

En boca lo borda!!! Dominan el balsámico, el amargoso, y las notas acídulas excelentemente integradas en el dulzor general del vino. Un semidulce clásico de libro, riojano hasta la médula, entregado, infusionado en tés de roca y hinojo, salmuera de limón, canela. Se agarra al paladar, con suavidad, interminable. Probado junto al mismo vino del 2008 lo ha ridiculizado. Estamos ante uno de esos pocos vinos que con seguridad beberán nuestros nietos. El mejor vino de Bodegas Riojanas del siglo XXI.

Más informacion del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/01/vina-albina-semidulce-2001-blanco.html

De color oro viejo, anaranjado, con reflejos cobrizos y una densidad media, sin espesar. Nariz muy compleja, notas de acetona, cierta podredumbre con una naranja enmohecida, pasas sultanas, madera bañada, almendra verde, centro de flor seca, servilleta vieja de hilo, trufa... Menos dulce en boca, presencia de frutos secos, untuosidad adecuada, buenísima acidez y ligera amargura, virtudes que invitan a una nueva copa, justo dulzor amielado que aparece en postgusto.
Bebido con calma, casi copa a copa, estirando esta maravilla. De esta manera muchas notas se esconden mientras otras salen.

De color dorado intenso, limpio, sin precipitados a diferencia de otras botellas. Reflejos cobrizos, brillante. Sensación de grosor, fuerte lagrimeo.

Necesitado de aireación; ya no de horas, incluso días. Se muestra lejano de cualquier blanco actual. Al abrir predominan una leve sensación maderosa de vino sin pulir: yute, tablón, barniz, granos de mostaza, almendras amargas y un fondo de carácter cítrico a piel de pomelo o salmuera de limón. Vuelto a recuperar una semana después se muestra menos afecto a la barrica y para nada se ha venido abajo. Saca una reducción curiosa como de infusión, tallos de manzanilla, a la que suma un toque anisado, hinojo, caramelos de miel y menta, amielados, ceras, vainilla, pieles secas de mandarina. Se sale de la imagen que tenemos de un blanco actual, incluso de un vino dulce o abocado.

En boca es camaleónico: menos dulce de lo que indica la etiqueta, menos grueso de lo esperado, más joven de lo que da a pensar por su edad. Sápido, ligeramente amargoso, combinando el dulce y el ácido a idas y venidas. No podemos compararlo con nada de lo que se elabora en la actualidad por que es el último de lo suyo. Vino de los de antes, de esos semidulces que tanto se bebían en España y que han ido desapareciendo uno tras otro. Por 10 euros es un auténtico chollazo, y más si pensamos que se puede ir bebiendo un poquito hoy y otro mañana.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/01/vina-albina-semidulce-2001-blanco.html

Precioso color dorado cobrizo, limpio y brillante.

Compleja nariz de mediana intensidad, con aromas a flores marchitas, leves toquecitos de maderas, notas fúngicas (Boletus), piel de mandarina, cera, mieles y algún asomo de barniz.

En boca es ligero, fresco, con dulzor comedido, contrarestado por una buena acidez, con alguna puntita de agradable amargosidad y algo de mineralidad. Persistencia media.

Combinó perfectamente con un queso Gamonedo asturiano y con un Stilton inglés.

Desgraciadamente mi experiencia con los blancos dulces y semidulces de Rioja es escasa... así que diré que difícilmente lo habría ubicado en Rioja. Quizás en Sauternes... pero tampoco. Presenta un color amarillo brillante. La nariz resulta bastante intensa, con una notable reducción, hay notas de duelas viejas envinadas, toques oxidativos que traen recuerdos a fruta amarilla pasa y algo de corteza de limón. Con profundidad. En boca tiene un dulzor comedido, amargoso, con buena acidez y bastante longitud. Tiene una trama ligera. Desde luego personalidad no le falta....

Traido de Haro. Formato de 50cl. Bonito color amarillo pajizo dorado brillante. Nariz compleja y de muy alta intensidad. Flores, fruta en almibar. Barniz, cera y tostados. Esplendida y compleja boca. Perfecta armonía entre acidez, "sequedad", dulzor y madera. Muy persistente. Oro hecho líquido. Una gozada de vino.