Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
Buena intensidad en nariz que se expresa con profundidad desde un primer momento con notas de fruta roja bien madura, trazas especiadas y balsámicas, tabaco de pipa, un cierto fondo mineral de grafito, toques terrosos, herbáceos y ahumados. Con una clara sensación de que todavía se guarda mucho.
En boca sorprende por su excelente viveza, casi se puede decir que es un vino en claro crecimiento y que tiene mucho recorrido por delante, con una magnífica acidez, un paso firme pero elegante y un final de enorme desarrollo dejando recuerdos frutales, minerales y especiados, con un punto tánico noble pero presente y una larga persistencia.
Un vino de enorme calidad y de claro corte borgoñón, más estilo quizá Pommard por su fuerza tánica pero con esa elegancia marca de la casa que hace de esta referencia una de las grandes, vino en clara progresión y que con el tiempo llegará muy lejos. Sin duda, entre los mejores Riojas de los complicados años 80.
De color rubí granatoso de capa media-alta, algo más extraído que añadas posteriores del mismo vino. Reflejos rojizos y ambarinos, brillante. Borde atejado.
Aromas de fuerte intensidad y de carácter muy clásico. Inicialmente despunta el cuero viejo, la fruta roja reducida, guindas, flores ajadas y un punto medicamentoso y de hierbas de monte de fondo, que recuerda al ungüento y herbolario. Poderoso, expresivo. Respira a bocanadas, abriéndose. Un tinto maduro y reposado que exhala como una chimenea. Se pule lentamente, esculpiéndose a sí mismo dejándonos un vino preclaro, lustroso, dotado de tanta fuerza como elegancia.
En boca discurre sin apenas esfuerzo. Fresco, liviano, lleno de fruta roja reducida, picante, y una acidez que acuchilla sin piedad. La Rioja más apreciada, la de los grandes vinos. Exige guarda y hacerse con unas cuantas cajas.
Excepcional Monte Real que comienza a dar signos de entrar en una nueva fase de plenitud. Los vinos de Riojanas de los últimos 20 años merecen la pena y todo indica lo mejor está aún por llegar. No son vinos fáciles en los primeros años y pueden llegar a parecer simplones o faltos de chica. Pero para nada!!! Requieren de mucho tiempo y paciencia pero recompensan la espera con sorpresones como éste. Entre los mejores vinos de los 80 vamos a encontrar un puñado de Albina y Monte Real. Qué suerte!!!
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/08/monte-real-1987-gran-reserva.html
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