Canto al buen clasicismo de Rioja. Este vino sigue vivo, redondo y curiosamente fresco y ligero. Color rojo rubí rojizo, con borde anaranjado. En nariz aromas austeros a frutas rojas, especias, ahumados, notas minerales, notas de cuero y de animales y un fodo de tostados. En boca es sorprendente, un vino amplio, vibrante, vivo, con una gran acidez, fruta confitada, notas tostadas, maderas viejas y un final muy largo. Enorme. Es un joya de gran calidad.

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
Buena intensidad en nariz que se muestra abierta y muy limpia desde un primer momento, dando la sensación de ser un vino en plenitud. Notas de frutas rojas con un punto licoroso, un tenue fondo especiado, ahumados, especias, tabaco de pipa, incipientes recuerdos minerales, apenas desarrollando terciarios de curtidos y notas animales, todo muy en armonía y con franqueza.
En boca confirma registros y es un vino redondo y muy disfrutable, con una excelente acidez y un paso muy bien balanceado con estructura y ligereza, dejando en el final un grato recuerdo de frutas maduras, especias y ese punto mineral tan característico, con un tanino pulido pero presente, denotando su plenitud. Persistente.
Monte Real es una de las referencias más sólidas que conocemos en el mundo del vino, es casi imposible encontrarte con una botella mala de aquellos años, vinos de enorme regularidad y excelente calidad, incluso algunos grandiosos como 55 o 64. Este 81 es desde luego una joyita muy recomendable. Puro disfrute.

De color rubí rojizo de capa media-alta, oscuro, tapado. Levemente granulado, con un poco de precipitado en la base de la botella. Reflejos rojizos y ambarinos, sin mucho brillo. Sensación intensa de gsor. Borde anaranjado, amplio.

Con muchas cosas en común con el Monte Real de 1978. Destaca por su fuerte intensidad inicial y ese carácter animal a cuadra, almizclado, crin, fondo húmedo, maromas, fibras vegetales (mimbre), arreos viejos, cuero. Poderoso y austero al mismo tiempo. Combina la potencia olfactiva con un carácter cicatero, remiso a la espectacularidad y que para muchos de nosotros tiene casi todo que ver con el carácter que Riojanas imprimía a sus vinos, apegados a esas tempranillos de Cenicero: puro terruño!! Un Monte Real de manual, reconocible en cada detalle hasta la exageración, rácano en elegancia pero purísimo en su esencia. Como en la mayoría de ocasiones precisa tiempo para que se abra. Va sacando un "tufillo" a peladuras de naranja, a fruta sobremadura, reducida, y ese fondo tostado, apenas envinado, con más cuero si cabe, y un deje final a laurel y escobajos.

En boca asoma sobrado de vigor, macizo, firme, beneficiándose de una entrada impetusosa que se transforma en resplandor. Amplio, vibrante, vivo, con una acidez escandalosa y una cantidad fantástica de fruta confitada, sahumada por maderas viejas y un rastro imperceptible de vainilla ahí en el fondo. Sápido, generoso, con finos amargosos y un final prolongado. Tremendo!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/01/monte-real-1981-gran-reserva.html