Para celebrar el cumpleaños de mi esposa abrimos este vino de su mismo año, 1.971, lo cual le hacía mucha ilusión (y eso que ella no bebe). Es una añada calificada como mala, al igual que 1.972, antaño la gente en la Rioja tenía el valor de calificar como mala una cosecha, sí señor, ¡¡con dos co*****!! ):. Lo tuvimos en posición vertical tres días antes, lo abrimos con el abridor de lamas aunque el tapón se nos partió en dos pero sin problemas pudimos sacar ambas partes en perfecto estado. Corcho compacto, de longitud media, tintado un 90-95% de su longitud. Lo servimos en la copa y esperamos una horita y cuarto mientras se oxigenaba antes de proceder con su valoración a 17°C.

VISUAL: Presenta signos de su edad, rojo cereza de capa media, con un amplio ribete en tonos teja y con el borde externo anaranjado. Brillante y luminoso, con una lágrima escasa gruesa, lenta y transparente (88).

OLFATIVA: A copa parada encontramos notas de fruta pasificada y escarchada, orejones, uvas pasas y compota de fresas. Al agitar nos vienen aromas viejunos intensos, a pelo animal, crin de caballo, fúngicos de trufa negra, bosque umbrío, hojarasca seca, hierba húmeda, con un puntito sanguíneo y con matices de cuero viejo, caja de puros y chocolate negro. Muy complejo y muy riojano, asomando un toquecito de rosas marchitas y guindas en licor acompañado por apuntes de duelas envinadas, transmitiendo sensaciones licorosas y amaderadas de gran calidad. De intensidad media alta (92).

GUSTATIVA: Guaauuu!!, todavía mantiene una acidez altísima, tremenda pegada. Parece un vino mucho más joven, muy licoroso, amplio, voluptuoso y opulento. De carnosidad media y con mucho empaque, sorprendente ataque, sensacional en el paso por boca, frutoso, con guindas en licor marcadas y con notas de compota de frambuesa, mientras que en retronasal apreciamos fragancias viejunas de polvorilla y flor marchita. Post-gusto con la duela envinada protagonista, con presencia de fruta y de uva pasificada una vez más y con ese tanino ave fénix de libro, paso por boca aterciopelado y con la astringencia "in crescendo" sorbo tras sorbo. De fondo la madera omnipresente, roble y duela envinada, vinoso, con recuerdos de frutos secos (nueces) y con esos sutiles especiados riojanísimos de vainilla y canela. Sensacional vino, nos ha sorprendido la verdad, con 52 años a sus espaldas pero manteniendo un gran nivel (93). Las grandes bodegas se ven en estas malas añadas, así de claro: Añada mala + Gran Bodega = VINAZO

La RCP fue excelente. En plena pandemia, Navidades 2020, lo conseguimos por 20 euros.

MARIDAJE: Lo abrimos con un aperitivo de embutidos varios previo a un suculento arroz meloso de langosta. Sensacional con los embutidos, pero estratosférico el maridaje con el arrocito. Los sabores salinos, yodados y especiados de nuestro meloso armonizaron a las mil maravillas con la licorosidad y los matices amaderados de nuestro increíble viejunito. De hecho, todo el personal, unánimemente, alucinó con la botella. Gran velada, soberbio arrocito, fabuloso viejuno e inmejorable compañía. ¡¡Perfecto!!

VIDEOCATA:  https://youtu.be/CDzSHcV1yqE

Salud-os!!

Rubí marronáceo de capa baja y ribete teja. El corcho se rompe, por lo que se filtra y decanta para evitar que queden restos del tapón.

Nariz dominada enteramente por aromas a aceituna negra, que se ve acompañada de toques herbáceos, cuero, tabaco y notas balsámicas.

En boca tiene cuerpo medio, es amable, redondo, con buena acidez y taninos pulidos, mostrando mediana persistencia.

Siendo un vino que procede de una de las peores añadas de la historia de Rioja, según el Consejo Regulador, resulta meritorio que después de 42 años se mantenga todavía en un estado relativamente digno.