Hoy estamos frente a este Viña Albina crianza, añada 1.971. Confieso que compré dos botellas de este vino por ser el año de nacimiento de mi esposa, para celebrar sus cinco décadas, y además otra para regalar a mi buen amigo Juan Carlos que también nació el mismo año. Los datos de la elaboración son "extrapolados" de los del Viña Albina RVA 1.975 obtenidos en el blog de "vinosclásicos" (reduciendo los meses en cada fase), me permitiréis la licencia...

Tuvimos la botella en posición vertical por espacio de cuatro días, con un nivel de líquido un tanto bajo (unos 3 cms por debajo del corcho) pero con las etiquetas muy bien conservadas. Al abrirlo con el abridor estándar de tijeras se nos partió el corcho que estaba tintado en un 50% de su longitud. Dejamos la botella abierta por espacio de dos horas antes de proceder con su valoración a 17°C.

VISUAL: Su color es rojo cereza, de capa media-alta, con reflejos ocre y de ribete amplio en tonalidades teja y anaranjadas. Brillante, limpio y con una lágrima escasa, gruesa, lenta y transparente (92).

OLFATIVA: Los primeros aromas que encontramos son acompotados, a culís de fresa, mermelada de frambuesa y algo de fruta escarchada. Agitamos y aparecen notas tostadas de su larga crianza así como unos frescos herbáceos de montebajo mediterráneo, un toquecito ahumado y todo acompañado por los típicos especiados riojanos de vainilla y pimienta negra. Al rato surge la pátina terciaria y viejuna con claros apuntes fúngicos (níscalos), de arcilla húmeda, flor marchita, cuero curtido, caja de puros y chocolate negro. Tremenda complejidad y de intensidad media-alta, con los tostaditos de la madera presentes de principio a fin, una maravilla! (93).

GUSTATIVA: Madre mía, qué pegada la de este vino. Altísima acidez, corpulento, carnoso, con los taninos bastante dulces, muy redondito ya pero intenso. Paso por boca sedoso, amable y muy amplio, con aromas retronasales de flor marchita y con algún especiado de canela y vainilla. En el post-gusto nos embelesa. La verdad es que no esperábamos tanto de esta desconocida añada (al menos para mí). Resulta abrumador, con esa fruta acompotada omnipresente que nos recuerda a la mermelada de ciruelas, a los higos secos, a las uvas pasas y con un puntito de guindas en licor maravilloso. Además corpulento y sabroso, con la madera maravillosamente integrada. Final con elegantísimas notas de roble y ligeramente licoroso... nos encanta. En una cata a ciegas nadie lo situaría en los años 70, más bien lo haríamos en el siglo XXI, qué bárbaro, qué 50 años tan bien llevados! (95).

La RCP la considero excelente pues conseguimos estas botellitas por 18 euros cada una, un regalo vamos.

MARIDAJE: Lo abrimos con un solomillo de cerdo en salsa de guayaba con pimientos y alcachofas. Sensacional armonía entre los sabores acompotados del vinito y los apuntes cárnicos y frutosos del plato, una delicia. Y nos lo terminamos, como no podía ser de otra manera, en la fiesta de cumpleaños de mi esposa con unos buenos amigos, 50 años esplendorosos, ella y el vino ):

VIDEOCATA:  https://www.youtube.com/watch?v=-p0W-ynQwec&t=3s

Salud-os!!