Por fin ha llegado el momento. Es una de esas botellas que tienes guardada y no ves el día para poder catarla. Pues es hoy. Botella con un buen nivel de líquido (por encima del cuello) la cual abrimos con nuestro abridor de lamas. El tapón estaba perfectamente sellado al vidrio pero salió en perfectas condiciones, íntegro, húmedo y tintado en su totalidad. Dejamos airearse la botella por 5 horas antes de realizar su cata a 18°C:

VISUAL: Presenta un increíble color rojo picota de capa alta con una ligera turbidez. El ribete amplio en tono rubí un tanto atejado. Qué pasada de color para un vino de 52 años! (96).

OLFATIVA: A copa parada demuestra que pertenece a esa mágica añada del 64, alta intensidad y concentrada fruta en compota por doquier. Al agitar se abre generosamente y nos muestra un extenso catálogo de viejunos y deliciosos aromas: desván, hojarasca húmeda, especiados de clavo, fenogreco y canela, herbáceos de laurel, regaliz y ajedrea, fúngicos de trufa negra y por supuesto recuerdos terciarios. Ahumados de la madera, incienso, notas de tabaco de pipa, cuero, café y chocolate negro. Prodigiosa complejidad en nariz, de intensidad media-alta y ojo que lleva cinco horas abierto! (94).

GUSTATIVA: En boca es muy amable, cremoso, de gran amplitud y con una acidez controlada. Los taninos bastante dulcificados se van haciendo hueco en nuestro paladar sorbo a sorbo. Un paso por boca sedoso y elegante sin perder la compostura. Se muestra consistente y a la vez muy redondo. Estructura inmutable y recia, con una madera muy integrada en armonía perfecta con la fruta. En retronasal encontramos de nuevo recuerdos de fruta madura que acompañan sutiles notas de duelas envinadas, tabaco y cacao. Que vinazo amigos!, poderío y señorío!. Su persistencia de las que impresionan, algo más de cuatro minutos... eterno y esférico. Qué botella tan bien conservada. Estoy con Helios en que tiene cuerda para rato. Para recordar y para felicitar a bodegas Riojanas por estas obras de arte que mágicamente llegan en perfecto estado hasta nuestros días tras un viaje de más de 50 años... impagable!! (95).

La RCP fantástica pues conseguimos la botella por 30 euritos.

Maridamos esta joya con un pollo de corral que preparamos con una trabajada salsa de mostaza, parmesano, tomate de árbol y cacao puro ecuatoriano rayado (100% cacao). Una combinación maravillosa, notas frutales ensamblándose con los aromas del tomate de árbol y ese puntito de cacao que revoloteaba entre el vino y la salsa...uhmmm...qué delicia!! Otra botella que recordaré muchos años, viejuno maravilloso que me emociona y me transporta a otra dimensión. Salud-os!!

Estupendo corcho de Bodegas Riojanas para este Albina de 1964: entero, inflado, apenas manchado por el vino. Seguramente se trate de una botella vuelta a encorchar después de un par de décadas de guarda en la bodega. La botella fue vendida en Logroño en 1989.

De color rubí rojizo de capa media-alta, extraído, reflejos ambarinos y rojizos. Borde atejado con marcada diferencia respecto al menisco.

Potente y con mucha personalidad, en una línea que recuerda más a Monte Real más que a los habituales Viña Albina de la época. Mucha intensidad inicial, completamente abierto. Ofrece notas de crianza clásica, cuero, hoja de habano, clavo y un fondo avainillado que va perdiendo intensidad al ir respirando. Evoluciona lentamente, mudando hojas hasta mostrar una mayor austeridad. Redio, firme, tostado, con un fondo de hojas secas.

En boca tiene nervio y fuerza, vital, lleno, con un mandoble de acidez inicial que eleva el conjunto. Inconfundible, con mucha chicha, del estilo de 1964: sobrado de energía. Ese núcleo de frescor y vigor no puede ocultar un conjunto integrado y elegante propio de la marca. Largo, especiado. Una apuesta segura que todavía va a mantener el tipo durante bastantes años si le damos buena guarda.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/08/vina-albina-1964-reserva.html