Difícilemnte volveremos a catarlo, fue un privilegio. Un vino formidable, pero a mi entender ya en declive. Expresa seriedad, sobriedad y cierto cansancio desde mi punto de vista. Pero el cansancio no impide el disfrute. Flores blancas, toques leves de caoba integrados, expresividad frutal compleja de media intensidad, toques leves de oxidación, levemente amontillado. Boca redonda, envolvente, perfectamente pulido, sin aristas, recorrido elegante, frutalidad. Un privilegio , sí

Amarillo dorado intenso, limpio, brillante y con lagrima lenta y ancha.
Nariz muy potente, mineral con fondo salino que no lo abandona. Hay frutas blancas y algun toque de mantequilla. Impera y domina la salinidad
paso por boca con acidez magnifica, cuerpo medio y sabor intenso con fondo citrico.
Postgusto muy largo

Su aspecto es glorioso, brillante, oro luminoso con reflejos oro viejo y notas verdosas que le confieren un gran atractivo. En nariz la añada se resiste a ofrecernos la intensidad de su añada 1998 y su carácter difiere de las notas ahumadas y minerales de esa añada. El 2000 nos aporta mayor pureza en frutas tropicales -mango y guayaba- con importantes aportes cítricos de limoncello y menta que le aportan gran longitud en boca, gracias a su frescura y buena acidez, nos muestra un excelente volumen y recorrido.

Catado junto a la añada 98 del mismo vino.
Amarillo vivo y brillante con algún destello verde.
Tiene un perfil similar al 98, nariz de media intensidad, con cierta mineralidad, una expresión frutal algo más fresca y un toque de cereal tostado.
En boca resulta más amplio que el 98, con cierta tanicidad, ligeramente untuoso, fresco y amargoso. Tiene buena acidez, aparece ciertos recuerdos a fruta tropical y un toque de piel de limón confitada.
Gana en expresividad al 98, sobre todo por su frescor y la abundante fruta.

En cata junto con añada 1998.
Sin decantar
Visual: elegante amarillo dorado y muy luminoso, con insinuaciones verdosas.Muy sugerente.
Nariz: elevada intensidad y complejidad. Aspectos florales, minerales y por supuesto la fruta (manzana asada) que ya en nariz aparece más madura que la de 1998.
Boca: acidez marcada pero integrada con dulzor. Excelente amplitud. Más equilibrado y envolvente que 1998. Para disfrutar.

Catado en formato mágnum.
Amarillo dorado limpio y brillante con reflejos verdosos.
Nariz de media intensidad, de gran limpieza y expresión varietal. Notas frescas, florales, de fruta blanca madura, toques muy minerales y cítricos, incluso de pan de especias. Agitando aparecen también algunas notas oleosas. Muy agradable y tremendamente varietal. Madera bien integrada y trabajada.
En boca se encuentra bien equilibrado y redondo, manteniendo una buena y fresca acidez. El paso es graso y glicérico, pero nada pesado y la madera está ya perfectamente pulida. Final largo y persistente dejando notas de fruta madura amarga y cítrica. Vino pleno, en perfecta madurez para su consumo.
Un gran vino, de los mejores blancos nacionales, probablemente el mejor elaborado con chardonnay, y que a los 7 años está en perfecta madurez. Su problema, el precio. Nos metemos en los 40 euros y en esa franja hay muy buenos rivales por ahí fuera.

Amarillo,dorado
cafe,madera tostado plus,hinojo
dulzon,maderas,vainillas.

Como ya hice con su vendimia tardía, aquí también iré directamente al grano: es el blanco seco más grande de España, con permiso del Remelluri riojano y el selección de añada de Señorans. Y lo es por su profundidad y frescura, por su elegancia y su sutil complejidad. Su nariz encandila con sus notas de manzana asada y de pera muy madura y de piel de naranja y de menbrillo y miel de acacia que se entremezclan suavemente con el brioche, la mantequilla tibia y las flores blancas. En boca es profundo,envolvente, largo y persistente, otra vez cargado de fruta y bollería, y floral, con una acidez diabólicamente equilibrada, que le dota de frescura y le tiene bien cogido por los hombros para que siga hacia delante un puñado de años más. Sólo le falta llegar más lejos en la expresión de su terruño para llegar más lejos. Pero, ¿es posible, hoy por hoy, un vino blanco seco español con terroir?

Amarillo pajizo de baja intensidad, de lágrima media.
En nariz se muestra muy tropical, con aromas a plátano, mango y piña. Muy complejo y "embaucador". La madera está integradísima y para nada emmascara la fruta. Con más temperatura ahora aparecen notas de pan tostado y de pastelería fina.
En boca se muestra pleno, con recuerdos a pan tostado. No presenta aristas y tiene un postgusto persistente y aterciopelado.
Está en un momento óptimo de consumo y aún diría que con capacidad de guarda para 4-5 años más.
Sin duda y año tras año, EMMO, el mejor chardonnay en barrica español. Dado que no hay baremo de comparación, su precio (36 eur en el 2002) me parece aceptable.

Tomado en restaurante, sin decantar. Amarillo limón. Intenso aroma a piña, plátano, algo ahumado y con recuerdos de miel o membrillo. Nariz muy sugerente y delicada. En boca es seco, untuoso y con buen cuerpo. Fino, elegante, muy sabroso, con una gran expresión frutal y la madera justa. Maduro, complejo y profundo. Equilibrado y con gran acidez. Final frutal, algo cítrico y con recuerdos ahumados. Buena persistencia. Extraordinario.