El Rocallís 2003
El Rocallís 2003
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Blanco
Graduación (vol):
13,00%
Varietales:
Incroccio Manzoni
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 20 a 29,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
8.4
/
92
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
5,7
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Opiniones de El Rocallís
OPINIONES
7

Mantiene un espectacular color. Corcho a punto de deshacerse. Vino espeso, glicérico, oleoso. Tras varios años la presencia de la madera y el tostado es mas suave y deja paso a un presente amargor, flores y frutas escarchadas, naranja y melocoton, algo meloso. Aguanta los diez años pero parece iniciar un buen declive

Amarillo pajizo intenso, limpido y brillante.

Aromáticamente intenso, frutas blancas maduras, naranja escarchada, piña, todo sobre un fondo mineral. Complejo.

En boca resulta sabroso, potente, untoso, con una acidez todavía consitente. Largo y persistente.

Distinto, singular en panorma español, de vinos blancos "uniformados"

A veces hablamos de nuestros blancos en voz baja, sobre todo cuando estamos fuera, si bien con los tintos, nuestra voz se tercia mucho más grave y fuerte. Soy de los que piensan que vivimos en un país donde la elaboración de blancos se está tomando en serio no hace mucho tiempo, es decir a parte de producir exquisitos vinos jóvenes, hacerlo de cara a la evolución en botella. Un vino adelantado a su tiempo, un vino que nos promete una exquisita evolución, aunque la variedad sea la extraña Incroccio Manzoni, una delicia...

El trabajo que Can Ràfols dels Caus está realizando es encomiable, vinos como este Rocallís nos presenta una elaboración con toques de crianza (4 meses en barricas de roble francés y 42 meses en botella) y una limitadísima producción de tan solo 3978 botellas.

Un vino con fuerza en su visual, con tonos amarillos con ligeros rasgos de evolución por su tonalidad. Su abanico olfativo anima a desarrollar y ejercitar la mente para desgranar su complejidad, donde aparecen dos componentes básicos la fruta madura -ciruela amarilla, pera de agua, piña- y los cítricos -limoncello-, muy bien acompañados por notas balsámicas de menta y ligeros atisbos vegetales de heno y matorral, culminando este paseo por los sentidos con un toque de terruño mediterráneo. En boca se comporta más comedido aunque glorioso, excelente densidad y frescura, lo cual lo convierte en un vino con cuerpo y alejado de sensaciones pesadas, rica acidez y con un largo y excelente final donde se aunan todas las percepciones recogidas en nariz.

Con una cromacidad amarillo alimonado, presenta tanta limpidez como brillantez.
A copa parada destaca por su amplia intensidad aromática, la cual, cargada de complejidad, nos aborda desde la mitad del camino que describe el brazo en el acercamiento de la copa de la mesa al rostro.
Una vez llega a la nariz, destellos ahumados cubiertos de reminiscencias de pólvora, frutas exóticas cargadas de madurez,minerales y más minerales, francos recuerdos de helado de vainilla con ralladura de nuez moscada, curiosos vegetales, almendras amargas, tostados, manzanilla, toda una magia de aromas, un castillo nocturno de sorpresas volátiles donde la carga frutal torna a coger protagonismo con la presencia de las peras frescas y la piel de la banana. Hidrocarburos, evoluciones membrillosas y acetaldehídos.
El vino habla si le dejas respirar.
En boca es sabroso, de elegante personalidad, untuoso, serio, oleico, de buen peso y una retronasal en la que resaltan los terciarios; de entrada discreta, paso notable, cálido, intenso y de final agradablemente amargoso poseedor de una larga caudalía que es de agradecer, una larga caudalía que se le agradece, una muy larga caudalía que en este caso, marida con la amistad y la felicidad.

Impactante color amarillo limón muy brillante. Lágrima marcada y densa, apariencia grasa. En nariz predominan las flores, jazmín, geranios y también aromas de leve putrefacción del Riesling, además de frutas tropicales. En boca es amplio, fluido y muy largo, leves matices minerales en boca y también a las flores comentadas y a melocotón. Lo caté primero a temperatura más alta apreciando sabores más marcados y definidos que desaparecían que cuando lo bajamos un poco, por ejemplo el sabor a goma. Interesante variedad de cruce de uvas. Nos sorprendió gratamente. Caro en el restaurante, casi doble que en el proveedor.

Maravilloso color dorado-limón, limpio, brillante, atractivo. En nariz aún mostrándo complejidad ( cítricos, fruta de la pasión, maracuyá), se encuentra demasiado marcado, a mi entender, por maderas propias de su fermentación. No ceden con el paso del tiempo, al contrario, se agudizan. Boca fluida, larga, algo glicérico, graso, agradable y elegante

Catado casi a temperatura ambiente, tras 1 hora en decantador.
De color amarillo limón intenso, ribete dorado pálido. Limpio y brillante. Denso en la copa, con lágrima abundante y de caída lenta.
La primera impresión en nariz es agradable, con buena intensidad y persistencia. Denota bastante calidez, fruto de la añada, y un aire mineral bastante propio de los vinos del Massís del Garraf. Aparecen algo de cítrico y fruta blanca, junto con algunos anisados (hinojo tal vez). De fondo aparece todavía una ligera nota de conserva (reducción) y algo de tostado.
En boca entra suave, con un paso bastante glicérico y una acidez justita. Tan exótico y mineral en boca como lo es en nariz. Postgusto largo y muy agradable.
Una rareza en el Penedès que ha conocido mejores añadas, pero aun así realmente interesante.

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