Probablemente es de los vinos que jugaríamos a plasmar una cata repleta de grandes y gratas sensaciones porque produce placer, mucho placer, en esta ocasión para no imprimirle exceso de melancolía, simplemente voy a mostrar las notas que van apareciendo conforme vamos acabando cada botella.
El baile empieza vistiendo la nariz de Almendras y Aceitunas. La salinidad es fuerte y acusada y a los que vivimos cerca del mar, nos recordará a los aromas de una Red de pescadores recien llegados a las 5 de la mañana. Rica y grande Marisma.
Continuamos con aromas de otra serie, aromas de tronco mojado = manglar, algunos apuntan que les recuerda al camino de dantiago el chimichuri de matorral fresco cuando empiezan bien temprano el camino.
En boca es graso a la vez que punzante, placentero y sostenido. La perfección del fino amontillado XTreme existe y se llama dos palmas...
Bonito color dorado limpio y brillante
La nariz es intensa, notas tostadas, vainilla, ligeros punzantes, notas marinas, frutos secos, herbáceos y todo ello sobre fondo de su peculiar crianza, hermosa y compleja nariz sin fin.
En boca tiene buena entrada, fresco, sensación de acidez, estructurado y como se ha dicho con excelente equilibrio entre la frescura de un fino al uso e inicio de envejecimiento, seco, salino y con un final lleno de frutos secos que resulta muy largo.
Excelente fino, muy especial.
Antonio Flores, el enólogo de Gonzalez-Byass lo caracterizó como "Tío Pepe al límite". Aparece vestido de color amarillo dorado con destellos verdes. Respecto a los 2 vinos previos aparece algo menos intenso pero con notable profundidad, hay algo de frutos secos, algún apunte tostado, toques de aceitunas verdes y alguna sensación avellanada. En boca tiene buen ataque, resulta algo más magro que los vinos previos, con notable sensación de acidez, buenos amargos, muy seco y con cierta salinidad. Largo y con una bella definición.
Dorado limpio y brillante.
En nariz se muestra intenso y frondoso, los restos de una flor todavía presente se hacen patentes y destacan los toques de levaduras y los recuerdos fúngicos. Igualmente aparecen las trazas de frutos secos, especias como la vainilla, maderas nobles, aromas marinos, tonos herbáceos, en fin, una nariz para recrearse.
Y en boca muestra su clase, siendo un vino maravillosamente balanceado, de magistral equilibrio entre lo que es un fino joven y un fino que comienza a envejecer, resultando fresco y la vez complejo y dejando un largo final en el que destacan las notas de frutos amargos y los tonos salinos. Gran persistencia.
Dos palmas es un vino que trata de mostrar el perfecto equilibrio entre lo que es un fino joven y un fino viejo, donde encontramos la exuberancia de la flor y la complejidad de la crianza, un vino maravillosamente posicionado entre dos mundos. En torno a los 17 euros, fantástica RCP aunque hay muy pocas botellas.
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