De color ambar con destellos cobrizos.

La nariz es de buena intensidad y complejidad. Marcadas notas de frutos secos, especialmente nueces, azucar quemado, licor de naranja, tabaco de pipa, yodados y maderas viejas. Para recrearse sin fin.

En boca es untuoso, su magnífica estructura y acidez equilibran el dulzor y sus alcoholes, que se integran en un conjunto lleno de matices que recrea lo vivido en nariz. Una delicia que perdura en boca durante mucho tiempo.

  Como dicen en Lustau, esta es la cara menos conocida de Jerez, dulce con la variedad palomino.

  Alrededor de 5000 botellas de este delicioso vino, nada empalagoso, caramelo de azúcar tostado, frutos secos y cereales, aromas de dátiles y de tabaco negro.

 En boca tiene cuerpo, la acidez es el esqueleto de este vino, equilibra con el dulce, lo hace poco cansino. Es sabroso y de paso amable, vuelven a salir las sensaciones de la nariz, con un final que combina el amargo con el dulce.

  Una gran apuesta.

A la vista es un vino limpio, de color ambar oscuro.

En nariz destacan aromas intensos a turrón, a mazapanes y a naranja. Almendras amargas, toques yodados y de pólvora. 

En boca es un vino dulce, meloso, que gana amplitud en boca con un paso extremadamente largo, persistente y muy agradable. Correspondencia total con la descripción aromática descrita con anterioridad. Equilibrado.

Color ambar, brillante y limpio.

En nariz es complejo, aromas a nueces, orejones y notas a caramelo, a naranja caramelizada, a tabaco y un punto yodado.

En boca tiene una entrada ligera, pero gana amplitud al paso, buena acidez, amplio, untuoso, equilibrado, su alto grado alcohólico está perfectamente integrado con una acidez y suavidad que proporciona una experiencia muy agradable, y un final muy largo y persistente.