Es un vino que nada más verlo en copa sorprende por su cuerpo glicérico, es un vino de aspecto untuoso con un color de oro viejo destelleante y limpio. Es una vino de aromas dulces, recordamos que tiene notable presencia glicérica y eso produce sensación dulce tanto en nariz como luego en boca, muy agradable. Junto con los aromas dulces emerje una complejidad de esencias de frutos secos, también sorprede las esencias a hojas de tabaco pero un tambaco  natural parecido al usado para las pipas. En boca es un vino untuoso, agradable con mucho cuerpo y dulce pero ese dulce de la glicerina. Esa redondez del vino llena toda la boca pero a su vez no deja de ser un vino seco aunque no lo parezca. Es un vino que hay que probarlo para experimentar y decurbirlo.

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Ámbar medio, brillante y glicérico.

Buen Oloroso abocado con sabores de tabaco rubio, avellana, canela, infusiones, Garrapiñadas. Intenso, se apacigua con el paso de 1mes de su apertura.

Seco, con acidez baja, mucho cuerpo, alcohol alto. Vino equilibrado, pero con vida, largo en boca, deja recuerdos intensos y pronunciados de fruta escarchadas.

NOTA 93/100

Botella de 500 ml abierta hace ya casi 3 semanas.

Etiquetado típico de este vino, muy moderno y de cápsula de fácil apertura.

Cierre de plástico externo con Lustau como insignia e interior en aglomerado de corcho. Huele bien.

Mantenido estas 3 semanas a baja temperatura en nevera.

Servido en copa amplia tipo balón a unos 5-6ºC pero dejado atemperar 15 minutos para que llegue a los 12-14ºC que estos vinos necesitan para dar lo máximo.

Visual

Ámbar muy oscuro más en el registro de los cobrizos y marrones muy oscuros, limpio, brillante, de fina y abundante lágrima de lenta caída.

Muy buena visual y presentación. (9,5)

Nariz

De intensidad alta y muy profunda, con notas abundantes de barnices y lacas, acrílico, aldehídos, etanal, balsámicos, herbáceos, maderas viejas jerezanas, un buen punto de ranciedad, piel de cítricos (mandarina, pomelo y naranja) muy maduros, abundantes notas de frutos secos tostados, toques de algarroba y miel, botánicos de destilados y recuerdos de brandy.

Gran complejidad la de este oloroso. Si hace 3 semanas era muy bueno, hace 1-2 semanas era excelente y ahora, sencillamente, se ha crecido y es espectacular. Una locura de vino. (9,55)

Boca

Ataque de gran volumen y complejidad, muy seco, potentísimo y de gran contundencia, muy untuoso, graso y cremoso (en grado top), muy envolvente y expansivo, de gran sapidez a frutos secos tostados, herbáceos y piel de naranja, mandarina y pomelo muy maduros.

Es un vino de un paso por boca, a pesar de su potencia y sapidez, fácil de beber pues tiene mucha frescura y buena acidez para la zona y tipología de vino del que hablamos. Tiene un enorme cuerpo y excelente estructura.

El final es enorme y eterno, con la licorosidad (20% de volumen alcohólico) bien integrada, los recuerdos herbáceos, de frutos secos, de cítricos maduros y las notas de lacas, barnices, amielados y viejas maderas en un postgusto y retronasal, sencillamente, espectaculares.

Gran boca la de este vino. Es poderoso y grueso, tiene 20º de alcohol pero está muy bien integrado y hecho. Es delicioso, muy agradable y está a un nivel muy alto. (9,7)

Como decía, si era excelente hace unas semanas, ahora ha subido varios peldaños de nivel. Una prueba más de que estos vinos, si se abren, están mejor en las siguientes semanas que recién abiertos.

Para acompañar platos contundentes de carne como el rabo de toro, cocido madrileño, embutidos, quesos muy curados, postres de chocolate negro y, cómo no, solo, sin nada que acompañar, como copa de sobremesa y/o reflexión.

Su PVP ronda los 21-23€ aunque, en mi caso, pude pillarlo a 18,95€. En cualquier caso, excelente RCP para lo que ofrece (pues este vino sí, es prácticamente eterno).

Color oro viejo y aspecto glicérico y untuoso. Tiene una nariz sugerente, potente y compleja con notas de siropes y confituras de frutas negras, frutos secos y dátiles. En boca es muy untuoso, amplio, seco y muy complejo. 

Una verdadera delicia.