Los Champagnes "de vigneron", una realidad palpable

Históricamente, el gran vino de Champagne siempre ha sido elaborado por las casas calificadas como negociantes (NM), que compran la mayoría de la uva a viticultores de confianza y elaboran el vino bajo el credo y el estilo propio de cada casa. Las grandes cuvées de estas “maisons” fueron y siguen siendo los vinos más espectaculares de Champagne y objeto de deseo de todos los buenos aficionados. Sin embargo cada vez vemos más Champagne elaborado por los propios viticultores, un fenómeno conocido con las siglas RM de "Recoltant-Manipulant", vinos que suelen tener una producción más bien escasa y que nacen a través de un trabajo concienzudo en viña y de elaboraciones que tratan de respetar al máximo dicha labor, son vinos que tienen nombre y apellido, que están asociados a una persona o a una familia. Y por fortuna, son cada vez más los importadores y las tiendas que están apostando por estos productos que suelen ofrecer una calidad y una regularidad en la calidad realmente fantásticas, aun siempre teniendo en cuenta aspectos que dificultan esa regularidad como el hecho de proceder a menudo de viñas únicas, de añadas determinadas y de no disponer de una base de vinos de reserva que siempre pueden arreglar un mal año. Estos Champagnes "de vigneron" son indudablemente los vinos que más veces bebemos porque encontramos en ellos todo lo que le pedimos a un vino, que no es otra cosa que frescura, transparencia, personalidad, equilibrio y versatilidad en la mesa. Son los vinos con los que más identificados nos sentimos.

Y uno de esos inquietos importadores que están apostando por estos vinos es Manel Plá, quien a través de su empresa "Terroir Champenoise" comercializa en España vinos de productores tan finos como David Léclapart, Franck Pascal, Benoit Tarlant, Diebolt-Vallois, Georges Laval, Paul Bara, Paul Dethuné o Aubry. Hace unos días, Manel se paso por Madrid y nos brindó una cata en las instalaciones de la UEC con algunas de estas botellas bajo el brazo, de productores que trabajan bajo los auspicios de la biodinámica. Lo cierto es que la cata fue una sesión de auténtico disfrute ya que éramos pocos participantes, había una buena cantidad de vino y los profundos conocimientos de Manel no solo acerca de sus productores sino de Champagne en general, completaron una tarde de burbujas de esas que repetiríamos un par de veces todas las semanas. Vamos a repasar los productores y los vinos de la cata, productores y vinos que nos recomendamos a nosotros mismos y a todo buen aficionado al vino de calidad.

Fleury Fleur de L’Europe

Fleury es una casa histórica situada en  la zona meridional de Champagne llamada Côtes de Bar. La familia Fleury fueron prácticamente los pioneros en toda la región en los conceptos de los que hoy estamos hablando, los Champagnes de vigneron y la viticultura biodinámica, cuya práctica siguen desde 1989. En la actualidad es Jean-Sebastien Fleury quien está al frente del cuidado y la vinificación de las 13 has de la bodega.

La Cuvée Fleur de L’Europe es casi un varietal de pinot noir con una pequeña pizca de Chardonnay y destaca por su enorme originalidad, con la nariz más “bio” de los vinos de la cata y unos toques más maduros de frutos secos y herbáceos, con un paso por boca vinoso y mineral, dejando la huella de su peso y mostrando mucho equilibrio. Quizá el vino más personal y más complicado de la sesión, pero ante todo un Champagne que muestra la idea, la filosofía de una familia que ha dado su vida al cuidado del viñedo y a la elaboración de Champagnes artesanales.

Franck Pascal Cuvée Sagesse

Franck Pascal Cuvée Harmonie 2005

Viticultor establecido desde 1994, sigue desde 2002 las prácticas biodinámicas en la viña. Su viñedo se reparte en parcelas de cinco municipios de la margen derecha del Valle de La Marne con un total de 4 has y su estilo es muy personal, con vinos marcados por la fragancia aromática y el carácter maduro de la pinot meunier. Elabora sus cuvées con distintos grados  de dosages.

La cuvée Sagesse sale de  un experimento de mezclar vino para reserva y vino base destinado a ser un millesimé. En la mezcla intervienen un 50% de vino base reserva del 2006, un 40% de vino de 2006 y un 10% de vino reserva del 2005, con un 57% de pinot meunier, un 38% de pinot noir y el resto de chardonnay, demostrando que el concepto de champagne de terruño puede ser compatible con el arte del ensamblaje. Es un vino francamente convincente, estructurado, maduro y fresco a la vez, fragante, equilibrado y tremendamente disfrutable. Toda una sorpresa esta cuvée y más por su ajustado precio. Un vino altamente recomendable.

La cuvée Harmonie es un blanc de noirs de uvas de pinot meunier procedentes de viñas muy viejas y de la añada 2005. Lo cierto es que este vino se nos queda corto en comparación con el anterior, ya que si bien en nariz muestra la fragancia y la complejidad que siempre suelen tener los vinos de esta variedad, en boca se nos queda algo corto, entra bien y resulta poderoso, pero desaparece un  tanto rápido y queda un poco en el olvido. Es un Champagne de muy buena calidad, pero lejano al anterior y encima resulta algo más caro. En cualquier caso, un productor interesante y a seguir.

George Laval Cumiéres Premier Cru

Familia de viticultores de larga tradición en la zona, que desde 1971 trabaja el viñedo bajo principios biológicos, aunque no practican la biodinámica. A partir de 1996 Vincent Laval está a cargo de las elaboraciones siempre bajo esa filosofía del mínimo intervencionismo. Trabajan con apenas 1,5 has de viñedo de pinot noir y meunier y 1 ha de chardonnay, con viñas de entre 30 y 70 años de edad. Vinifican cepas y parcelas por separado y siempre utilizan madera en sus elaboraciones, dando lugar a Champagnes de marcada personalidad, considerados entre los vinos más borgoñones de la Champaña.            

Cumiéres es una cuvée elaborada con un 50% de chardonnay y un 25% de cada uva tinta con un ensamblaje de un 95% de la añada 2006 y un 5% de la 2005. El vino base se cría en barricas de grano pequeño y tostado bajo. No está ni filtrado ni clarificado y la fermentación arranca con el uso de levaduras indígenas. Se elaboran unas 5000 botellas de esta cuvée, que procede de viñedos premier cru de la ladera derecha del Valle de la Marne. Al principio nos muestra un excesivo protagonismo de la madera y los ahumados, pero con el tiempo en copa se va abriendo y acaba con una aromática compleja, donde los matices de la uva se unen con los de la crianza. En el paso por boca resulta vínico y estructurado, potente, largo, muy poderoso, es un vino que hemos considerado como un Meursault con burbujas, que casi está emparentado en su estilo con los vinos más grasos de la Côte de Beune pero sin perder su idiosincrasia, por tanto hablamos de un vino ideal en la mesa. Este es un productor de gran calidad, con una serie de cuvées de mínima producción que se encuentran entre los Champagnes de vigneron más profundos que existen.

David Léclapart L'Amateur 2006

David Léclapart L'Apotre 2004

Hablar de Léclapart es hablar de un productor finísimo tanto en la viticultura como en la elaboración. Situado en la pequeña localidad de Trépail, David es hijo y nieto de viticultores y es un verdadero estudioso de la viña. Trabaja con 3 has de viñedo catalogadas como Premier Cru, casi todas de Chardonnay. En la bodega es igual de respetuoso que con la viña y elabora sus vinos con malolácticas sistemáticas y sin adiciones de licor de expedición. Sus vinos están sellados por dos principales premisas que no son otras que precisión y finura. Hace ya unos años que pudimos conocer sus vinos a través de nuestro prescriptor vinícola preferido (Andrés Conde – La Cigaleña), que nos puso en la mesa una botella de L'Apotre 2001 y solamente viendo cómo se las apañaba en una añada realmente mala en Champagne ya supimos que ahí había un pedazo de elaborador. Desde entonces son ya varias las veces que hemos catado sus vinos y siempre mantienen un nivel muy elevado, siempre teniendo en cuenta que son vinos de muy baja producción y de muy marcada personalidad.

L'Amateur 2006 es su vino base, elaborado con Chardonnay de 6 parcelas distintas y está fermentado en depósitos de acero de 20 hl. La crianza en rimas dura entre 20-22 meses. Este vino es siempre un fiel reflejo de ese "espíritu Léclapart", aunque bien es cierto que la añada marca un poco más de la cuenta, es una añada madura y floja en la zona y se deja notar en el vino, máxime cuando hace poco catamos un 2004 muy superior. Este es un Champagne excelente y que nos parece siempre un seguro, aunque la añada 06 no llegue a las cotas de otras anteriores.

L'Apotre 2004 es su vino superior y se elabora con uvas de Chardonnay de una sola parcela plantada en 1946. Se vinifica en madera con una crianza en roble viejo de unos 12 meses y una crianza posterior en rimas de unos 40 meses. Desde que probamos ese 2001 en Santander lo tenemos como una de nuestras debilidades, y si a eso le añadimos que procede de una añada bastante buena en Champagne pues tenemos lo que tenemos: un pedazo de vino de los que da gusto beber y disfrutar, una perfecta conjunción de frescura, estilo, terruño y profundidad, un vino joven y primario todavía pero con una clase que sencillamente enamora al instante. No es un vino barato pero justifica todos los euros que cuesta, desde el primero hasta el último. Maravilloso.

Así pues David Lèclapart, Franck Pascal, Georges Laval y Fleury, junto con los anteriormente citados Tarlant, Paul Bara, Paul Dethuné, Diebolt-Vallois, Aubry, y otros como Jacques Selosse, Egly-Ouriet, André Clouet, Vouette et Sorbée, Claude Cazals, Henri Giraud, Lilbert & Fils, Jacques Lassaigne, Francis Boulard, Larmandier-Bernier, Pierre Peters, Pierre Gimonnet, De Sousa, Gatinois, Gimonnet-Gonet, Pierre Moncuit, Penet-Chardonnet, Bereche & Fils, Jean Lallement, Christophe Mignon, Marie-Noelle Ledru, Jose Michel, Ullyse Collin, Pascal Doquet, Jean Graviers, Jerome Prevost, Cedric Bouchard, Marc Hebrart, Camille Saves,  Vilmart y algún otro que seguro se nos olvida, forman un grupo de viticultores que trabajan la viña con amor y respeto y elaboran sus propios Champagnes con absoluta fidelidad  por todo aquello que les da su viña, son los Champagnes de vigneron, los vinos que más veces bebemos a lo largo del año, los vinos con los que más identificados nos sentimos. Si en este mundo no existiera el Champagne nada tendría sentido. Beban Champagne y disfruten de la vida, que solo tenemos una y hay que aprovecharla.

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) La ilustración del viñedo de Champagne es de www.frenchparadox.co.cr