Encuentros Culinarios en torno al Arte y la Gastronomía
El pasado 24 de abril fui invitado, casi casi de rebote, pero al fin y al cabo invitado, a la presentación de los Encuentros Culinarios en torno al Arte y la Gastronomía, que tuvieron lugar en el IVAM, y por ende, en la cocina de La Sucursal.
Cuando leí la iniciativa, me pareció bastante interesante el tema, sobre todo por el elenco de cocineros y restaurantes que iban a participar en dicho evento, entre ellos buenos amigos pero, ante todo, algunos de los profesionales que han puesto a estas tierras en el mapa de la gastronomía nacional y tanto nos han hecho disfrutar.
Empezaré por el final, porque sin duda fue lo más esperado, y ahorramos al lector un preludio que transfiguramos en desenlace. Las tapas de la cocina valenciana. Un nuevo concepto de cóctel. Y así, a modo de cóctel, en formato de tapa gourmet, o como quiera llamársele, es como nos presentaron estos cocineros de la comunidad sus apuestas culinarias. Y así volví a probar esos buñuelos de bacalao de Raúl Aleixandre del restauante 534, la mojama especiada de Bernd Knöller del restaurante Riff, los langostinos rebozados con salsa de chipotle de Jorge Bretón del restaurante La Sucursal, ese steak tartar que Ricardo Gadea ofrece en Askua y que tanto me gusta, la merecidamente famosa ensaladilla de Vicente Patiño del restaurante La Embajada o el ceviche de la mano de Michael Gray y Santiago Nose de The Ginger Loft. Pero además pude descubrir las creaciones de Carlo D'Anna de La Trattoria da Carlo, que apostó por un pizza y un pastel de espagueti, así como el atún y alcachofa de Jordi Morera del restaurante Carosel, Isabel, Enrique, Juanjo y Miguel Seguí de Canyar y el dim sum de Manolo Alonso de Casa Manolo de Daimús.
El mejor momento de la noche fue ver a todos esos cocineros compartiendo un mismo espacio y trabajando codo con codo, y la cara de Jorge Bretón, compartiendo su sala de juegos y juguetes varios con el resto de cocineros que invadieron, literalmente, su cocina.
Sin lugar a dudas, una muestra muy bien representada de la gastronomía valenciana, si bien no están todos, cuyo proyecto no queda sólo en esto, sino que se realizarán diferentes eventos, durante los meses de abril y julio, contando además con la participación de Miquel Barrera de Cal Paradís, Quique Dacosta, Ricard Camarena o Evarist Miralles de El Bollit.
La parte artística se ofrecerá en el espacio del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) en dos grandes proyectos, Arte y Gastronomía. La cocina de la pintura y El bodegón recuperado. Hiperrealidad y abstracción en la fotografía de Francesc Guillamet que, como dice el Evangelio, por sus obras le conoceréis, es el fotógrafo de la biblia gastronómica, es decir, el fotógrafo de El Bulli.
La rueda de prensa inaugural tuvo lugar en el salón de actos de el IVAM y contó con la presencia de la Directora del Museo, Consuelo Císcar, la Consellera de Educación, Formación y Ocupación, Mª José Catalá, los comisarios de las exposiciones, Juan Lagardera y Fernando Castro, Santos Ruiz y Jorge Paradela, director de operaciones comerciales de Heineken España, patrocinador de dicho evento.
La experiencia, tanto artístitica como gastronómica, bien merece la pena, así que habrá que hacer hueco en la agenda y difrutar de estos grandes placeres, el arte y la gastronomía, o tal vez sólo uno: el arte.
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Yo también asistí al evento y me pareció interesante que, de algún modo, se busquen fórmulas para aunar esfuerzos entre los cocineros de nuestra comunidad que pueden ser referentes y dar imagen de marca a la actual "cocina valenciana". No sé muy bien el criterio de selección de los cocineros que aparecen en estos Encuentros ni quien los ha elegido pero, obviamente, se podría haber incorporado a alguno/a más a esa foto, si bien entiendo que en este tipo de acciones siempre va tener que haber un límite en el número de representantes porque, en caso contrario, el propio evento podría ser dificilmente manejable.
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en respuesta a Hambrebuena Ver mensaje de Hambrebuena El evento estuvo muy bien y, ante todo, se respiró un buen ambiente. A penas unas cincuenta personas y un montón de profesionales de la hostelería que siempre se alegra uno de ver. Buena gente, ante todo.
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