Restaurante The Ginger Loft en Valencia
Restaurante The Ginger Loft
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
24 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.4
RCP CALIDAD-PRECIO
6.2
Opiniones de The Ginger Loft
OPINIONES
5

Estuvimos hace una semana en Ginger Loft y nos ha encantado..La comida es una fusión de cocina asiática con toques mediterráneos.Quería destacar los postres que son caseros y muy originales.Para beber nos sirvieron unos Margaritas buenísimos,es un lugar recomendable en el centro de Valencia.

Cena en este restaurante, que a pesar de encontrarse en el centro de la ciudad, conserva cierto carácter diferencial que le coloca algo ajeno a las hordas de turistas que pueblan las barras de pinchos. Para abrir boca, Santi, uno de los propietarios del local, nos comentó que el cóctel de la noche era el martini, ya fuera en curiosa combinación con wasabi o con frutos del bosque. El martini con wasabi (sólo apto para los que le guste el wasabi, claro), refrescante, con su punto picante. En definitiva, un cóctel distinto. Vale la pena acercarse a este sitio tan sólo por los combinados, en especial, los derivados del martini y vodka.
En cuanto a la cena en si, ensalada, también ligera y refrescante de mango; pollo satay, preparado para hacer unas sabrosas tortitas; y curry rojo, sabroso.
Atención por parte de los camareros puntual, sin tardanzas.

Pues ya van tres visitas más desde la última entrada y es que este restaurante tiene que algo que me gusta. El local no es nada del otro mundo, las sillas son algo incómodas, las mesas pequeñas... Sin embargo, la ambientación, el buen rollo del servicio, incluso del cocinero, te invita a repetir.
Tampoco la carta es muy larga, pero es atractiva y siempre ofrecen algunos platos "del día" que son muy interesantes. Es te domingo acudimos a una cena mexicana y volvimos a confirmar que las anteriores impresiones. Probamos distintas elaboraciones como el guacamole, las enchiladas, los tamales con pato... Todo muy rico y bastante auténtico mexicano. Además volvimos a probar el ceviche de estilo peruano tan rico y unas margaritas muy ricas (de fresa, mango y la clásica).
Esta vez no pedimos vino porque cenamos a base de margaritas, pero puntuaré a partir de lo vivido en las anteriores visitas.

Lo dicho, recomendable para una cena informal para los amantes de la cocina internacional, principalmente sudamericana, aunque esta vez fuera una noche temática mexicana.

Haciendo una búsqueda de restaurantes asiáticos en Valencia, me encontré con esta pequeña sorpresa, ubicada en las céntricas callejuelas que rodean la zona de la calle Moratín.
Local con cierto encanto, con unas mesas demasiado pequeñas y unas sillas relativamente cómodas en las que prima el ambiente distendido e informal. Notable colección de destilados sobre la barra y especial atención a los cócteles.
Nos encontramos con una cocina internacional con ciertos toques de oriente medio (nada japonés, chino, vietnamita o coreano). Cordero de estilo árabe, muy especiado, ceviche de lubina peruano y un guiño a la cocina mediterránea de la mano de una caponata siciliana muy rica.
Carta de vinos sencilla, de precios comedidos y con alguna cosa interesante. Optamos por un Fuenteseca 2009 que acompañó bastante bien todas las preparaciones. Copas correctas y bien servido el vino. Tomamos un caipirosca de uva muy rico para empezar y me quedé con las ganas de algún cóctel más, pero cómo íbamos en coche, lo dejamos para la próxima visita.

Interesante local al que pienso volver en breve.

Situado detrás de la Plaza del Ayto, en una perpendicular a c/San Vicente, se encuentra este local dividido en dos pisos. En la de abajo se sitúan la barra y algunas mesas, mientras que en la de arriba, algo falta de luz, hay otras mesas, que es donde nos sentamos.
Cocina de raíces orientales, con toques de fusión. En menú de mediodía probé un hummus casero de buen sabor, una correcta ensalada Michel, con aliño de jengibre (de ahí el nombre del local) y naranja y un buen curry tailandés rojo de pollo.
La atención es afable, pero no puedo hablar de los vinos, ya que no pedí carta ni tomamos.
Punto y aparte son sus muy interesantes cócteles, tanto para antes como para después de la comida, destacando una amplia selección de ginebras alejada de los parámetros habituales. Creo que los miércoles y jueves tarde tienen una actividad relacionada con las ginebras, a partir de las 8.

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