El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es uno de los principales alimentos de la dieta mediterránea y un imprescindible en la mayoría de hogares. Un alimento que destaca no solo por sus numerosos beneficios para la salud, sino también por su magnífico sabor y su color brillante entre verdoso y dorado que le ha valido el sobrenombre de “oro líquido”.
Comúnmente los aoves vienen filtrados, de ahí su tonalidad verdosa y su aspecto límpido y brillante, pero el proceso de filtrado no es obligatorio en la elaboración de aceites de oliva por lo que en el mercado podemos encontrar también aoves sin filtrar.
Los aoves sin filtrar -también conocidos como aceites en rama- presentan un color más oscuro y turbio y un sabor ligeramente más intenso y picante, debido a las partículas, los posos y la humedad que acompañan al aceite. Su aspecto y el desconocimiento general que existe entorno a los aceites de oliva provocan que en numerosas ocasiones los consumidores identifiquen un aove sin filtrar como un aceite que “está malo”, adulterado o que es de peor calidad que un virgen o un aceite de oliva.
Esta creencia es infundada pues los aceites sin filtrar aunque presenten un aspecto “menos apetecible” por su color oscuro y turbio y un sabor más intenso y picante, su calidad en comparación con la del mismo aceite pero filtrado es la misma.
¿Qué es el filtrado en un AOVE?
El filtrado es el último paso en la elaboración de cualquier aove y el previo al embotellado. No obstante, la fase del filtrado no es obligatoria por lo que los elaboradores de aceites de oliva pueden saltarse este paso sin que la calidad del aceite de oliva se vea modificada.
La filtración del aceite de oliva se lleva a cabo mediante su paso a través de lonas de algún material textil, fibras, celulosa, etc. y su misión es eliminar las pequeñas partículas y la humedad que han quedado en el aceite tras el centrifugado.
El resultado de la filtración es un aceite límpido, brillante y transparente con un color más claro, que mantiene intactas sus características durante un mayor tiempo y que visualmente atrae más al consumidor.
El AOVE sin filtrar, sin embargo, se embotella con los posos y la humedad que han quedado en el aceite tras el centrifugado, por lo que éste se oxidará antes. Se recomienda a quienes prefieren consumir el aceite sin filtrar que lo tomen lo más fresco posible y que no tarden más de 12 meses en consumirlo tras su envasado.
Por tanto, concluimos que el mismo aove filtrado y sin filtrar se diferencia en su aspecto, en su sabor y en el tiempo en el que se oxidan, pero su calidad, en un principio, es la misma.
AOVE | Filtrado | Sin filtrar |
Aspecto | Limpio y transparente | Turbio y denso |
Sabor | Más suave | Más fuerte e intenso |
Oxidación | Lenta | Rápida |
¿Entonces que lleva al consumidor a elegir uno u otro aceite? ¿Hay diferencias en el precio? ¿Vosotros que pensáis? ¿Cuál elegís normalmente?