Juan Carlos Lopez de la Calle puede estar orgulloso de sus vinos.Vaya Pagos Viejos.Esta vez,con esta añada,he disfrutado como pocas veces.Color cubierto.Nariz espectacular,una maravilla,elegancia,complejidad,cambiante,multifacetica.La boca con excelente estructura,muy elegante,mucha fruta,muy largo.Sorprende lo accesible que esta esta botella.Vinazo.

El vino crece, sigue siendo algo menos expresivo que el 2004 pero ya con casi cinco años sigue mejorando, ganando complejidad; este vino está más allá de macedónias dulzonas y ebanisteria de autor. Merece mejores adjetivos. Sideral.

Merecido reconocimiento a la excelente labor que realiza ésta bodega en practicamente todos los caldos que elabora y que a pesar de mantener una línea homogénea de máximo nivel, parece que añada tras añada se superan a si mismo.
Color rojo picota muy cubierto con ribete violáceo, brillante y capa alta con lágrima fina y elegante.
Aromas de muy buena intensidad y elegantes, complejos, con variedad de frutos rojos y negros en sazón, notas de chocolate con leche, mentolado, espécias aromáticas, pasteleria y un fondo mineral.
En boca presenta buen ataque, con cuerpo, envolvente, elegante, con caracter, fresco y frutal, buena estructura aunque mantiene alguna arista pendiente de pulir y que algo más de tiempo en botella le vendrá muy bien y terminara por redondearse, con un final muy largo y persistente.

Va mejorando con el tiempo a pesar de la necesidad de abvrirlo con tiempo. Agradable, fresco, elegante, refrescante y muy integrado. Muy rico, bonito color, con unos aromas soberbios y buena entrada en boca, apareciendo unos taninos que todavía se han de domar.

Rojo picota, ribetes cardenalicios, capa alta.
Nariz intensa, tremendamente primaria, con mucha flor y mucha fruta roja, muy bien definida y profunda, pero que enmascara un tanto sus demás virtudes. Nos muestra igualmente toques balsámicos, de jara, algo de café en grano y un mínimo recuerdo mineral de grafito. Muy exuberante, casi parece un MC.
En boca está rico, pleno de fruta, con una acidez refrescante y perfectamente integrada. De paso firme, con peso, con estructura, resulta largo y profundo en el final que nos deja un agradable recuerdo floral, frutal y mineral. Tanino presente, pero fino y perfectamente definido. Un gran vino pendiente de eclosionar.
Aquí advertimos una materia prima de primera y una calidad de vinificación soberbia, aunque de momento pendiente de desarrollo. Por tanto, el afortunado poseedor de alguna botella bien hará en guardarla un buen tiempo. Un 95 así nos lo atestiguó. Estos vinos envejecen muy bien. Unos 45 euros, más que correcta RCP.

El Pagos Viejos es uno de esos que nunca falla, uno de los que me llevaría a una isla desierta, uno que nació moderno y se ha modernizado contínuamente en sus ya 15 añadas en el mercado. Un trabajo impecable, límpio, sin fisuras, que refleja perfectamente el calor de la añada. No es vino fácil o, más bien dicho, comercial, pues muestra una conjunción de factores bastante compleja que se aleja de la simplicidad de la "fruta madura" y las "maderas finas". Hay algo más, quizás sea el valor añadido que aporta la experiencia, el trabajo continuado y concienzudo en un mismo pago o puede que la mayoría de edad de las vides. No se, el caso es que el resultado gusta año tras año. Quizás el 2004 fue algo mejor pero, en realidad, las diferencias son detalles muy pequeños. En general el vino es grande, muy expresivo de aromas, con excelente integridad. Sabroso, corpulento y largo. Ignoro la posible longevidad del vino, sobretodo en la trilogía del calor (03,04,05). En todo caso, el vino está preparado para beberse ya.

Hay que dejar abrirlo, es muy joven. Pero le cuesta abrirse menos que el 2004. Muy rico, bonito color, con unos aromas y una fuerza en la boca que predice lo que va a dar en el futuro. Anis y especias. Elegante en boca. Delicioso y con bonito final y retronasal de flores secas. Hay que darle tiempo pero es un buen vino.

Rojo picota oscuro.

Aromas a fruta roja y negra. Algo de olor como a raspón o pepita, algo vegetal. Lácteos. Casi un maceración carbónica.

En boca se nota que el vino aun es un bebé. Se adivina muy buena materia pero ahora se nota la madera (que no es agresiva) y unos taninos demasiado firmes. Le quedan años por delante para llegar a ser lo que parece. Un buen vino con potencial de gran vino.