Botella borgoñona de barriga que cae recta ligeramente hacia dentro.

Etiquetado moderno típico de este vino con la información justa sobre el mismo que exige la Ley.

Cápsula de gran calidad y buen grosor. 

Corcho de grandísima calidad, muy largo (4,9 cm como mínimo) y de muy buena anchura apenas bañado en vino picota-granate por el interior hasta 1-2 mm. Huele genial.

Sacado de nevera a 14ºC y servido en copas amplias Lehmann Jamesse Grand Rouge.

Abierto entre 20 y 120 minutos antes de disfrutarlo (de principio a fin).

Visual

Picota de capa alta, ribete granate-transparente con levísimos destellos aún azulados, limpio (salvo algo de muy leve poso al final), brillante y de fina, preciosa y abundantísima lágrima de lenta caída.

La presentación, el corcho y la visual son excelentes sin paliativos. (9,9)

Nariz

De grandísima intensidad con fruta negra madura (moras), flores azules, especias dulces, balsámico-mentolados poderosos, abundante mineralidad (mina de lápiz, grafito), ahumados, tabaco rubio, clavo, cantueso, pimienta negra y roja, regaliz, vainilla, coco, hierbas de monte bajo, endrinas, resina de pino, eneldo muy abundante, tostados finos de maderas de muchísima calidad, chocolate, cacao, suaves torrefactos, ... con mucho tiempo abierto se va algo a hongos y setas.

Un aluvión de descriptores sin cesar desde su apertura. Intenso, complejo, definido y de gran clase en todos los aspectos. (9,45)

Boca

Ataque frutalmente maduro pero fresco y de gran acidez, bastante seco, sabroso, de volumen medio plus, densidad notable, gran cuerpo y magnífica estructura.

El paso por boca es muy elegante, equilibrado, levemente carnoso, se mastican los taninos, unos taninos poderosos pero, a la vez, dulces y pulidos, sabrosos y de gran calidad. Vinazo muy bien integrado.

El final es larguísimo, sabroso, con fruta negra madura levemente amargosa, especiados, mentolados, eneldo, cantueso, con mina de lápiz y un punto resinoso de cacao, ahumados, tabaco y finas maderas en un postgusto excelente y una retronasal espectacular.

Boca de auténtico vinazo sin paliativos. Ahora mismo, a un nivel estratosférico con casi 10 años. (9,65)

Su PVP, en su día, era de unos 75€ (50-55€ en distribución) y, para dicho precio, la RCP la considero buena pues responde a las expectativas. En mi caso, tuve suerte de poder comprarlo por 57€ (lo que considero un gran precio para lo que es este vino 10 años después).

Está en momento óptimo a sus 10 años, aunque aún se nota muy joven y con hechuras para aguantar en muy buenas condiciones al menos 10 años más (y quizás, estirando, 15). 

Color rojo cereza picota oscuro de capa media-alta, con ribete violáceo, brillante.
Nariz intensa, aromas de fruta roja y fruta negra madura, rodeados por notas de cacao, tostados, regaliz, dejando un final de corte balsámico potente.
En boca es sabroso, fresco, fruta roja en licor, carnoso, con cuerpo, taninos maduros, final donde predominan los tostados y regaliz con gran presencia balsámica de larga persistencia.

No tome buena nota de este vino, me dio si la sensación de mejor vino que Valdeginés, mas potencia en la fruta y más cacaos pero reconozco que no le preste la atención correcta

Nos dejó algo fríos en el contexto de otros grandes, quizás por su media intensidad. En nariz es más tímido frutalmente hablando, más tostados , más crianza , un bouquet más complejo , pero ma´s rústico. En boca pulido, más fino que Valdeginés , pero a mi entender algo falto de potencia y contundencia

Color rojo picota, menisco rubí, capa media-alta, brillante, buena lágrima.
En nariz hay buena intensidad de fruta negra madura, especias, notas florales (violeta), leves balsámicos y una destacable mineralidad. Tarda en abrirse y necesita tiempo pero luego te recompensa.
En boca, lo mejor, tiene buen cuerpo, notable fruta madura, muy bien de acidez, buenos taninos mduros, es amplio, complejo, redondo, equilibrado y estructurado, elegante. Buena persistencia.

Muy bueno y para durar

Rojo picota, ribete amoratado, capa media-alta.
No es muy intenso en nariz y hay que trabajarlo en copa, pero con el aire nos va mostrando una gran definición frutal y floral, todo bajo un fondo especiado y mineral donde se nota algo todavía la madera con unos finos ahumados y tinta china, pero donde observamos una gran profundidad. Pendiente de desarrollo.
En boca nos muestra su gran clase, vino serio y estructurado, con una magnífica acidez y un paso firme donde deja entrever su peso y concentración, pero siempre con esa elegancia frutal de la casa. Final donde vuelven las sensaciones terrosas y minerales, quedando la fruta ácida. Tanino firme y noble. Persistente.
Un vino que cuenta con todas las papeletas para ir envejeciendo de maravilla, austero todavía pero con un gran fondo y una mejor materia que pide ahora mismo un tiempo de guarda. El “macho” de los parcelarios, vino de gran estructura y profundidad. Unos 80 euros, estos vinos ya cotizan alto.