Cato otra añada de este magnífico vino murciano. Se presenta de un cereza picota, tonos violáceos y amoratados y capa media alta. Nariz elegante e intensa con fruta negra madura, la mineralidad tan característica de este vino con canto rodado y tiza, especias como el clavo y la pimienta, aromas a pino y monte mediterráneo, espartos y algún mínimo destello floral. En boca es un vino que demuestra su calidad, potente y delicado a la vez, carnoso y con una frescura que hacen imperceptibles sus 15 grados, con un intenso,largo y mineral final

Parece que en esta añada, no sé si lo mantienen en la de 2018, han cambiado el 20% que acompaña a la monastrell. Ese 20% compuesto  mayoritariamente por shyraz , pasa a garnacha, acierto total!!. Un vino fresco , fino ,frutal y más elegante .Con una asombrosa integración de su alcohol . Etéreo en boca, pero con la contundencia y rotundidad habitual en estos vinos. No pierde calidez mediterránea, ni personalidad, gana enteros en frescura y distinción. Como decía, un acierto en el cambio de coupage.