Quincha Corral: Una vertical soñada. 12 Encuentro Verema
Grandes catas del 12º Encuentro Verema: Primera e Histórica cata vertical de Quincha Corral
2000, 2001, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009
No fue fácil decidir a qué catas asistir dentro del programa del reciente 12ª Encuentro Verema. Había tantas apetecibles que al final opté por aplicar el sistema de eliminación, es decir de cuáles podía prescindir -por el momento- y de cuáles no.
Mi primera selección fue clara y evidente, la primera cata vertical de Quincha Corral. La calidad de estos vinazos es imparcialmente innegable pero además pesaba el hecho de que jamás se hubiera realizado anteriormente por lo que asistiríamos a una premiere de ésas que emocionan.
Y como maestro de ceremonias su creador Toni Sarrión, que no sólo ha creado estos magníficos vinos sino que ha encumbrado la otrora humilde bobal a un nivel que ni ella misma ni el 99% de sus cultivadores hubiera podido soñar, por lo que a sus virtudes como viticultor y enólogo, habría que añadirle la de visionario. Ya no es cuestión de encontrar una parcela de cepas centenarias o prefiloxéricas sino lo que es más importante, creer en una variedad que había sido despreciada hasta por sus propios productores que la vendían para vinos a granel o como relleno inconfesable en otros vinos que declaraban sólo las uvas más prestigiosas.
La cata estuvo jalonada de espontáneas anécdotas pues Toni Sarrión es un gran comunicador, aunque creo que dada la humildad que brotaba de su lenguaje verbal y corporal, ni él mismo lo sabe. Y justo ahora que hablo de la primera comercialización de la botella me viene una a la cabeza especialmente bonita y graciosa.
Tras muchos esfuerzos, llamar a muchas puertas y muchos viajes, Toni por fin consigue vender sus primeras botellas a un importador de EE.UU por la nada despreciable cantidad de 4.000 pta/unidad. Esta conversación tuvo lugar con su padre poco después:
-Papá, he vendido mi primera botella de Quincha Corral
-¿Sí, hijo? ¡Qué bien! ¿Y cuánto te han pagado?
-4.000 pta.
-Está muy bien por la caja de seis.
-No papá ¡4.000 por botella!
Y otra anécdota más sobre esta venta:
Una vez alcanzado el acuerdo el comprador me confesó que si le hubiera pedido 8.000 pta. me las hubiera dado y yo a mi vez le confesé que si me hubiera ofrecido 2.000 pta. también se las hubiera aceptado.
Nos habla de sus inicios, de como el Director de la Escuela de Viticultura de Requena donde se formó le decía que la bobal no servía para envejecer. De sus pruebas y su solicitud de asesoramiento a José Luis Pérez, el gran elaborador del Priorato y padre de la inquieta y grande enóloga Sara Pérez quien inicialmente no acaba de creerse su proyecto de bobal hasta que después de catar una de esas muestras le dijo "Sí, adelante, puedes contar conmigo".
Empezamos a catar porque desde el inicio de su disertación ha pedido que fueran sirviendo los vinos para que obtuvieran la oxigenación adecuada y contar con el tiempo suficiente para degustarlos y analizarlos convenientemente:
- Quincha Corral 2009: 100% bobal
En este 100% bobal del 2009 que Toni Sarrión no reconoce como gran añada para el Quincha Corral, ha influido una vendimia fría tras un verano lluvioso lo que dió como resultado racimos muy grandes.
En un inicio se muestra tímido en nariz para luego mostrar fruta negra muy concentrada que luego se concentrará en claras moras. Media hora más tarde aparecen las chucherías, la canela, la pimienta
En boca da intensas notas de mineralidad debidas a su tanino terroso. Es potente, con mucha acidez por lo que se le augura una larga vida en botella; se comporta como el joven que es, algo duro. Comentando esto, Toni apunta que el general el vino se bebe antes de tiempo y eso que en su caso él intenta retener las botellas de Quincha Corral lo máximo posible.
Un bobal necesita al menos cuatro años en botella para mostrarse...
Acaba dándonos un punto anisado.
- Quincha Corral 2007: 100% bobal
En esta cálida añada el propio Toni reconoce un error en la fecha de vendimia lo que ha producido un vino intensamente goloso en nariz pero que desgraciadamente va a tener una vida reducida porque está evolucionando muy rápido. En cualquier caso le augura todavía una andadura de dos o tres años más.
Es aromáticamente profundo, con la oscuridad de los arándanos y el regaliz negro, la chispa de la pimienta negra y la nuez moscada.
En boca es muy potente pero muy goloso también, voluminoso y largo. El tanino es muy sedoso y aunque gradualmente pierde algo de potencia su largura de paso no se ve afectada y aparecen torrefactos y lácteos, dando un goloso postgusto a toffee.
Anteriormente nos ha hablado de la parcela tan especial de la que proviene este vino tan singular, del terreno de suelo calizo bajo cuya costra hay arena, de la labranza en invierno y de cómo sólo vendimian cuatro personas que en cada pasada sólo cogen los racimos más sueltos por lo que a veces tienen que dar varias.
Sus viejas cepas de bobal plantadas en 1945 han engañado a más de uno y nos cuenta la anécdota de un representante de la Guía Peñín, que de visita por la finca le halagó la belleza de sus cepas de cabernet:
¿Cabernet? ¡Si son bobal!!!
Cree por encima de todo en el respeto a la tierra y su comunión con el clima por lo que no corrigen la añada en bodega, de hecho expresa una máxima:
Las cosas se estropean en bodega.
Seguimos catando...
- Quincha Corral 2006: 100% bobal
Este añada es pura seda en nariz que con oxigenación toma la textura del terciopelo y éste, el color de la fruta negra y la oscuridad de la tierra húmeda del bosque, con su matorral y sus ramas.
En boca tiene una acidez "dura" en palabras del propio, Toni, que le augura una larga vida. Es largo y persistente y mucho más pegado a la tierra aunque destacan los frutos negros que con el tiempo devienen en ciruelas pasas.
el vino que gusta nada más acabar la cosecha no va a ser bueno...
- Quincha Corral 2005: 90% bobal 10% tempranillo
Este vino tiene dos diferencias fundamentales que se van a observar muy claramente en la cata, el toque de la tempranillo y el de la madera usada pues la crianza la hizo en ambas.
Sorprende que un primer acercamiento dé unas intensas notas florales, de esencia de perfume. La aireación nos trae terciarios por primera vez en esta cata.
Definida por su creador como gran añada, en boca destaca su sedosidad táctil y su paso pausado aunque ligero. La tempranillo está presente en esa ligereza y en el postgusto mentolado.
- Quincha Corral 2004: 96% bobal 4% syrah
La decisión de añadir este pequeño porcentaje de syrah es provocada por el deseo de añadir frescura a la frutosidad de la bobal, el componente frutal debía quedar asegurado por la utilización de un 90% de barricas nuevas.
En nariz es el año que probablemente se muestre más cerrado aportando brisa fresca y humedad.
La humedad es también protagonista en boca. Es el primero en el que observo notas licorosas siendo la otra nota predominante un tanino secante detrás de la fruta.
- Quincha Corral 2003: 90% bobal 10% cabernet sauvignon
Tercera aproximación a la cabernet sauvignon, esta vez en combinada en solitario con la bobal pues en las añadas 2001 y 2000 fue también combinada con tempranillo.
Dentro de mi propia clasificación que he ido formando a lo largo de los últimos años, tengo a la bobal y a la cabernet sauvignon catalogadas como uvas cálidas y este QC 2003 me lo ha corroborado. Si además consideramos que este año fue más calido nos encontramos con un vino de mayor complejidad aromática en el que los aromas varietales de la cabernet quedan muy bien plasmados en la forma de pimiento verde y rojo, aceituna negra y hoja de tabaco sobre fondo de fruta negra.
En boca sin embargo resulta muy goloso y ancho, produciendo un cierto desequilibrio con la compleja nariz. Un vino realmente curioso, de esos que te hubiera gustado catar por solitario.
¿Qué pasó con la etiqueta original, Toni?
Y ahora viene uno de los momentos más divertidos de la cata:
Como recordaréis, antes os conté que la añada 2000 salió como Vino de Mesa y en la propia etiqueta se imprimió el año de la cosecha, por lo que decía: Vino de Mesa 2000. Pues bien, las autoridades agroalimentarias prohibían poner añada en los Vinos de Mesa pero a Toni no le preocupó demasiado pues apenas se había comercializado en España. El problema vino cuando contra todo pronóstico, el vino empezó a cosechar altísimas puntuaciones en el extranjero, y éstas llegaron a oídos del Instituto Valenciano de Calidad Agro-Alimentaria que se llevó las manos a la cabeza ante la infracción y cursó la correspondiente denuncia instándole a retirarlas del mercado. El problema es que como a Toni no le quedaban ya botellas no podía hacerlo y sólo le quedaba el recurso de pedir a sus importadores que lo hicieran.
- Lo siento pero tengo que pedirte que retires mis botellas del mercado.- ¿Y eso? ¿Por qué?- Pues porque resulta que el etiquetado es ilegal- ¿Me estás diciendo entonces que el vino es ilegal?- Pues sí, ahora que lo dices lo es- Pues no lo retiro ni de broma, si este vino es ilegal ¡lo vendo mucho mejor!!!!!!
- Quincha Corral 2001: Mayoritariamente bobal con un pequeño porcentaje de cabernet sauvignon y tempranillo
Aromas de las uvas importadas: aceituna verde y eucalipto.
En boca también se paladea el eucalipto pero muy goloso. Está increiblemente vivo y vibrante, con notas lácteas y torrrefactas que evocan el café con leche. Realmente quedé sorprendida de la vida que tenía todavía este vino.
Anécdota: El batonaje de este vino se realizó con un palo de golf ;-)
- Quincha Corral 2000: 76% bobal, 20% tempranillo, 4% cabernet sauvignon
La absoluta honestidad de Toni es lo que ha hecho que traiga este vino sobre cuyo estado ni él mismo abrigaba muchas esperanzas. La nariz confirma las peores expectativas encontrándose totalmente pasado de rosca, con fuertes notas de hidrocarburos. Fue el último de la cata por lo que no disfrutó de la oportunidad de la oxigenación pero sinceramente dudo que tuviera la capacidad de remontar.
Sin embargo en boca sorprende con un sabor muy dulce, sedosidad en el paso y con una acidez mantenida a lo largo de estos trece años. Para ser el primer vino de una bodega emergente ¡chapeau!!!!
Me despido con un triple homenaje.
El primero a su sencillísima y bella etiquea en la que orgullosamente se plasma su categoría de Vino de Pago.
El segundo al sentido nombre del vino, Quincha: viña muy, muy vieja en lenguage local, Corral, porque era alrededor de un corral donde estaba esa viña muy, muy vieja.
El tercero a Toni Sarrión, por su pasión, por su capacidad para transmitirla, por su fe en sí mismo y en la bobal, por su cercanía y por atenderme cuando le solicité ayuda para redactar esta crónica.
Un lujo, un honor y sobre todo, un placer haberte conocido.
© Mara Funes Rivas - Marzo 2013
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en respuesta a Bodega Mustiguillo Ver mensaje de Bodega Mustiguillo Pasión absolutamente contagiada e imposible de curar. Tampoco es que quiera... ;-)
Muchas gracias a vosotros, por vuestras palabras pero sobre todo, por vuestros grandísimos vinos, engendrados y madurados con el mejor ingrediente ¡la pasión!
Mara
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