Vinos tranquilos de moscatel, la nueva tendencia mediterránea. Cata 228 en Delicat.

El 21 de marzo celebramos la cata 228 de la Peña La Verema en el Restaurante Delicat. Una cata interesante y curiosa organizada por nuestro amigo Voro con cuatro vinos tranquilos de uva Moscatel.  Interesante porque cada vez más surgen vinos tranquilos elaborados con una uva tradicionalmente reservada a la elaboración de vinos dulces. Curiosa porque la cata a ciegas pone de manifiesto la dificultad del catador cuando se enfrenta a vinos relativamente desconocidos o elaborados con varietales que no resultan familiares.  Esto demuestra, dicho sea de paso, la importancia del “entrenamiento” extensivo e intensivo que tienen que realizar los profesionales para estar al día. Y para los aficionados, como es nuestro caso, la enorme humildad que hay que tener en la cata. Digo esto porque, teóricamente, la moscatel debería haber sido una uva fácil de reconocer. Deberíamos haber sabido encontrar una uva aparentemente tan notable por dar lugar a vinos perfumados y de carácter terpénico en una cata a ciegas. Es cierto, los moscateles malagueños sí tenían este sello, Paco lo notó en seguida, pero los demás…

Llegados a este punto, creo que es oportuno que explique cuáles fueron los vinos: Dos andaluces y dos catalanes. En primer lugar, Botani Moscatel Seco 2011, un vino de la D.O. Sierras de Málaga elaborado con Moscatel de Alejandría procedente de cultivo orgánico, con una atractiva nariz y un paso ligero. En segundo lugar, Mountain Blanco 2010, vino procedente de viñedos de montaña en alternancia con el olivo, también elaborado íntegramente con Moscatel de Alejandría.  Ambos demostraron un carácter más varietal, más fácil de identificar. El tercero, Flor d’Albera 2010, es un coupage de Moscatel de Alejandría y Moscatel de grano menudo. Bajo el amparo de la D.O. Emporà, tiene una crianza de 12 meses en barrica de roble francés. Esta fue la pista que me llevó a identificarlo con más claridad, ya que las notas ahumadas y cremosas eran destacables. El cuarto y último fue el ganador de la sesión: Gessamí 2012. Elaborado con un 25% de Moscatel de Alejandría, 40% de Moscatel de Frontignan (grano menudo), un 30% de Sauvignon Blanc y un 5% de Gewürztraminer, en la D.O. Penedès. Con una nariz netamente diferente, marcada por la Sauvignon Blanc, tiene unas notas vegetales y cítricas frescas y unos matices muy diferentes. A pesar de que tiene un 65% de Moscatel de dos variedades,  nunca lo hubiera encontrado. Por otra parte, tengo que reconocer que es un vino atractivo. Hacía mucho tiempo que no lo probaba y lo recordaba mucho menos estructurado en boca, de paso muy ligero, mientras que ahora es graso y sus notas aromáticas están bien armonizadas y equilibradas. Supongo que la causa de la mejora ha sido el cambio en el coupage. En todo caso, un buen trabajo de Gramona. No obstante tengo que reconocer que mi preferido fue el Mountain. Me pareció un vino muy original, con notas muy interesantes de higuera e incluso frutos secos, buen paso y ese puntito  gratamente amargoso de la Moscatel en boca.

Resultados de la cata

Gessamí 2012.                                             81.7 puntos.

25% Moscatel de Alejandría,40% Moscatel de Frontignan, 30% Sauvignon Blanc y 5% Gewürztraminer. D.O. Penedès. Graduación 11,5%. Vinificación de varietales por separado con maceración pelicular prefermentativa a 10ºC y prensado suave para obtener sólo la flor del mosto. Bodegas Cavas Gramona. Precio: 8.35€.

Mountain Blanco 2010.                              78.3 puntos.

100% Moscatel de Alejandría. D.O. Sierras de Málaga. Graduación 13,5%.Uva procedente de policultivo con olivos, el mosto fermentó a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable y permaneció en los mismos durante 9 meses. Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez. Precio: 13.90€.

Botani Moscatel Seco 2011.                      77.8 puntos.

100% Moscatel de Alejandría. D.O. Sierras de Málaga. Graduación 13,5%.Uva procedente de cultivo orgánico, tras un prensado suave, el 70% fermento en depósito de acero, permaneciendo 4 meses con sus lías. El 30% restante fermentó en barricas de roble francés de unos 500-600 l. Bodegas Jorge Ordóñez y Co. Precio: 13.50€.

Flor d’Albera 2010.                                     76.9 puntos.

70% Moscatel de Alejandría y 305 Moscatel de grano menudo. D.O. Empordà. Graduación 13,5%.Crianza de 12 meses en barricas de roble francés de 3º y 5º año. Bodega Martí Fabra Carreras. Precio: 9.45€.

La cata y la cena posterior se desarrollaron en el Restaurante Delicat. Situado en pleno centro histórico,  en un pasaje peatonal tranquilo y agradable,  detrás de la Basílica de la Virgen, tiene una ubicación perfecta, especialmente en los días de buen tiempo puesto que la terraza es muy agradable. El local, con una sala pequeña, es también tranquilo y funcional. En sala está Katina, hermana de Juan (Dukala),  atendiendo con amabilidad y diligencia y en cocina Paco. Ambos saben lo que quieren ofrecer y lo tienen claro. No cogen más de lo que pueden abarcar y el único pero de tal limitación es, para el cliente, el de poder conseguir una mesa, de forma que servicio y cocina funcionan perfectamente y sin desfases. Por otra parte, también el concepto de cocina está claro: cocina internacional con precios moderados. Con un punto exótico pero sin estridencias, es un valor seguro. Comenzamos la cena con un salpicón de pulpo y langostinos al estilo asiático, con un aliño fresco y cítrico pero comedido. Continuamos con un delicioso Tataki de atún con algas marinas y aceite de sésamo. Seguimos con unos brioutes de pescado con harisa dulce-cítrico y un mollete chino relleno de queso y shitake con aliño mediterráneo y jamón, curiosa combinación, atrevida pero resultona e intensa. Llegó después la croqueta líquida de pollo ras al hanut, recuerdo de Dukala aunque con una textura curiosa. Terminamos con una hamburguesita tailandesa con mayonesa de ostra y pan chino y secreto ibérico al estilo birmano con puré de patata y wasabi, los platos más sabrosos y contundentes. Me gustó especialmente la hamburguesita, aunque el secreto estaba delicioso. El postre, verdaderamente exótico, consistió en natillas de galangal y Xoco-coco-curry. La primera, una natilla muy aromática, y el segundo, una curiosa combinación de dulce-salado, especiado muy bien conseguida. Acompañamos la cena con blancos, Arbastrum 2011, un blanco gallego fresco y agradable y un atractivo Riesling Kabinett Trocken de Heiner Saüer 2011. El tinto de la noche fue Acústic 2010, un vino interesante pero algo pesado para mí. Me quedo con los blancos.

En conclusión, una cata muy interesante, muestra de las nuevas tendencias mediterráneas y a la vez una nueva cura de humildad en la cata a ciegas. Eso sí, aunque sólo acerté dos, al menos sólo intercambié los malagueños entre sí. Por lo demás, una estupenda cena en un local con una relación calidad-precio extraordinaria. Lástima que la fría primavera no nos hubiera permitido cenar en la terraza…

© Texto Javier de Castro 2013

© Fotografías Paco Higón y Daniel Cervera 2013