Con motivo de un festejo importante para mí, a pesar del exceso de comida y bebida en recientes fechas pasadas, por fin he descorchado una botellita que llevaba guardada desde enero de 2006, y que me costó trabajo decidirme a sacar de la bodega. Chateau Mouton Rotschild 1999. Una añada que Michael Broadbent la describe como: más frutal que la primera vez que la probó en 1998
Revisando algunas viejas notas de cata del año 2001, sacadas de una libreta verde de pasta dura, encuentro algunos vinos interesantes, que en este mismo momento me gustaría disfrutar una vez más. Estos años me han enseñado que las notas de cata generalmente sirven para muy poco, cuando dicen algo, y no sirven para nada cuando se escriben sin el alma.
Fin de año es un buen momento para reflexionar sobre el camino andado, y por qué no, de lo bebido y de lo que se quedó en el tintero... perdón, en los botelleros. Esta reflexión viene a colación, ya que hace un par de días un amigo me decía; que todo lo que guarda en su bodega no está para beberse, sino hasta dentro de varios años, refiriéndose a las añadas del 2000 al 2007...
Como cada año por esta fecha, nuestra peña Vino Por Placer, saca los manteles blancos, los sombreros de copa y deja que corra el vino por el cristal. La razón es que celebramos nuestro aniversario, que en este año es el décimo segundo, la Navidad y la víspera de Año Nuevo. Así que los vinos tenían que estar a la altura del acontecimiento.
Los precios altos, cada vez menos en
Hace casi un año recibí un regalo muy especial de mi amiga Leti. Ella comercializa vinos y exporta a México, generosamente me regaló una botella de Manzanilla No. 8 Las Cañas, saca de octubre de 2007 y otra de La Bota de Fino, Macharnudo Alto, saca de junio de 2008. Dos botellas de calidad probada, que jamás había visto por estas latitudes, y que gracias a Leti, ya podemos
A pesar de que los coloridos adornos navideños y las diferentes ofertas aparecen más temprano cada año, no sé si en una de estas llegarán a los aparadores en junio. Este fin de año veo menos vinos y canastas navideñas, por lo menos esa es mi percepción después de leer en el periódico que la oferta de espumosos, sobre todo champagne, disminuirá ostensiblemente con respecto a
Hay días en los que mis sentidos son todavía más limitados que de costumbre, hoy es uno de ellos. Así que de antemano les digo que los seis tintos de Ribera del Duero de la cata, me parecieron muy similares unos a otros, con algunas minúsculas diferencias. Sé que para los que distinguen de un matorral mediterráneo a uno de la montaña, deben de pensar que mi ejercicio tiene un valor nulo, y
Nunca me he preocupado mucho por el maridaje, la mayor parte de las comidas con vino, lo escojo primero para después pasar al menú. El viernes por la noche salí a cenar con la familia y un amigo a un restaurante, donde me acordé que me habían aconsejado pedir la pizza de anchoas. Dentro de la carta, en la lista de pizzas no aparecía. Así que hablé por teléfono a quien me recomendó la pizza
El turno fue para Jorge, sus seis vinos; uruguayos. Un país tan pequeño como interesante, con apenas 3 millones y medio de habitantes, colocado entre los primeros cincuenta países con mejor calidad de vida. Más de la mitad de su PIB proviene del sector de servicios.
La idea de que los vinos de alta puntuación en la escala de Robert Parker, son muy caros, es bastante generalizada para quienes siguen los consejos del abogado de Maryland y su brazo derecho Jay Miller. De que lo valgan o no, es otro asunto. Menos de diez dólares parecería una ganga. Para mí nunca ha sido referencia Mr. Parker y sus puntos, al contrario, pero tratándose de