Maridaje explosivo
Nunca me he preocupado mucho por el maridaje, la mayor parte de las comidas con vino, lo escojo primero para después pasar al menú. El viernes por la noche salí a cenar con la familia y un amigo a un restaurante, donde me acordé que me habían aconsejado pedir la pizza de anchoas. Dentro de la carta, en la lista de pizzas no aparecía. Así que hablé por teléfono a quien me recomendó la pizza. "No, esa pizza no aparece en el menú, pero pide que te la preparen". Así que sin perder más tiempo pedí que la prepararan y la metieran al horno. Nunca me detuve a pensar que las anchoas no habían sido nunca de mi agrado, desde que tengo uso de razón... por qué me iban a gustar ahora en una pizza. Tal vez la elocuencia de mi amigo a la hora de referirse a la pizza de anchoas me hizo perder de vista ese "pequeño" detalle. Para completar la penosa escena había llevado en mi bolsita de neopreno un Prado Enea Gran Reserva 1995. No sin antes pedir una copita de blanco, un chardonnay de Ramirana, si no mal recuerdo. Alcohólico y amargo, además de caro.
Llegó mi amigo y compartimos la pizza. Al primer bocado le pregunté que si quería más, pero ya no pude evitar una sonrisa sarcástica. Moviendo la cabeza me respondió que estaba muy salada para su gusto... rematando con un:"es toda tuya".
El vino, se mostró con muchas notas ahumadas y animales, para que después saliera la fruta roja. Un vino que fue abriendo, pero que con la pizza hizo corto circuito, plano y con un fuerte sabor metálico...inconfundible resultado del fosfato de algunos pescados como las sardinas, y los taninos. A ésto le llamo un maridaje explosivo. Un blanquito de buena acidez y cuerpo, pudo haber salvado el maridaje, pero no lo salado de la pizza. Ya sé que de las anchoas no puedo esperar otra cosa, tal vez con algunos pimientos, espárragos y unos pequeños, pequeñísimos trozos de anchoas, la cosa podría haber sido todo un éxito. Pero también hay que reconocer que de los errores se aprende más que de los aciertos. Desde hoy en adelante procuraré poner un poco más de atención al maridaje, por lo menos para que no resulte explosivo.
-
-
en respuesta a Francescf Ver mensaje de Francescf Francescf:
Más que delito fue una metida de pata mayúscula, aunque después de unos cuantos buches de agua y un poco de pan, pudimos seguir disfrutando el vino hasta la última gota.
Saludos
-
en respuesta a BenjaminBerjon Ver mensaje de BenjaminBerjon A mí no me llama la pizza... Prefiero la coca de recapte o un bocadillo caliente ;-)
-
No te conozco e intentaré ser lo más respetuoso posible.
ES PA MATARTE!!!
Te lo digo con mucho cariño, pero pedir una pizza, de algo que no te gusta, de pescado, salado, y encima acompañarla con un rioja gran reserva, te lo diré con más suavidad.
PA MATARTE!!!
Saludos y sin acritud (que la acritud ya te la llevaste en el paladar).
-
-
en respuesta a J-Carlos Ver mensaje de J-Carlos Carlos:
Es parte del aprendizaje, hay que verlo con optimismo. :-)
Saludos
-
en respuesta a BenjaminBerjon Ver mensaje de BenjaminBerjon Es que me he reido mucho con tu artículo, cualquiera tiene un mal día.
Yo cada vez intento preocuparme más del maridaje, si no el perfecto, al menos que no le den patadas al paladar.
Ojo, que yo he sido de los de jamón ibérico con tinto del bueno, hasta que aprendí que marida mucho mejor con una buena manzanilla, por ejemplo una sencilla "la Guita" de menos de 6 €. Pero de vez un cuando fuerzo el maridaje con un buen tinto.
Y el maridaje del roquefort o el cabrales lo aprendí a base de ensayo y error, con cada patada al paladar que no te imaginas...
Saludos
-
en respuesta a J-Carlos Ver mensaje de J-Carlos Roquefort, Cabrales, Queso azul cosechas tardías. Y un Chatea D´ Yquem sería como llegar al Paraíso.
Saludos