Gota a gota en Verema

Cata Centésima Trigésima Octava: Vinos Uruguayos

 El turno fue para Jorge, sus seis vinos; uruguayos. Un país tan pequeño como interesante, con apenas 3 millones y medio de habitantes, colocado entre los primeros cincuenta países con mejor calidad de vida. Más de la mitad de su PIB proviene del sector de servicios.
Con 8,550 ha de viñedos, produce poco más de 90 millones de litros al año. Su consumo per cápita es de 30 litros y tan solo el 3% de la producción se exporta. Los pocos vinos que exporta llevan como destino principal Brasil y Argentina, y son en su mayoría varietales de tannat, así como la malbec en Argentina o la carmenére en Chile, la tannat identifica a Uruguay.
Esta uva es oscura y tánica, aunque francamente no pude durante la cata encontrar su sello propio.
El hallazgo de la noche para mí, fue el primer blanquito, se trata de un varietal de arriloba resultado del cruce de raffiat moncada y savignon blanc en el año de 1954, y comercializada en 1960. Bodega La Cruz de Florida y la marca del mismo nombre; Arriloba Vino Ecológico 2002, con algo de roble francés y sus ocho añitos, presenta un bello color oro viejo, brillante y fluido. Sus aromas me recuerdan el níspero, cera, con alguna nota de queroseno para que al último huela a chicle de menta, en boca es cítrico y con algo de madera que le da un final amargo. Interesante y repetible. El segundo y todos los que siguieron fueron tannat. Castel Pujol 2005, acetona, cedro y alcohol, desequilibrado y amargo, desagradable. De la misma bodega del blanco; un Cuna de Piedra, Oak Reserve 2007, fruta negra con notas de lavanda haciendo una sabrosa amalgama, alguna nota de pimiento en el fondo, frutal y largo. Muy bueno. El cuarto, de Bodegas Carrau, es un Juan Carrau Reserva 2007, Cerrado, madera y alcohol lo que resalta, en boca es aspero, de final amargo. Tosco. El Arerunguá 2007 , pasa de los $400.00 (30 dólares) un precio difícil para competir. Aromas a piedra de río, fruta negra confitada ; zarzamora buen tanino y acidez. El sexto y último; Amat Reserva 2004, sus $429.00 son difícil de justificar, me pareció un vino mucho más complejo y redondo, frutal y de tanino vivo y largo, pero nada que emocione. Me quedo con el tercero de la noche.

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