Blog de Eugenio Saenz

Los vinos del “bigotón”, auténtica magia blanca

El último “lunes borgoñón” de la temporada en “La Fisna” resultó un auténtico homenaje al Dios Baco, quizá la única deidad a la que veneramos, ya que entraban en juego los vinos de Michel Niellon, el entrañable “bigotón” de Chassgane-Montrachet y no solo uno de los mejores productores de vinos blancos de toda Borgoña, sino igualmente uno de los mejores a nivel mundial. Además de siete vinos del productor se abrieron un par de botellas más para despedirnos de una excelente temporada de catas y prepararnos para nuevas emociones después de las merecidas vacaciones estivales.

La historia del Domaine Michel Niellon se asemeja a la de otros pequeños productores borgoñones que comenzaron a embotellar su propio vino después de haber sido proveedores de uva a “negociants” durante un tiempo, en este caso Michel comenzó sus propias vinificaciones a principios de la década de los 60. Su padre Marcel ya tenía un pequeño Domaine y al casarse con Lucienne Morey, integró algunas parcelas de su mujer en su producción, entre otras la de Bâtard-Montrachet, con viñas plantadas en 1927. El relevo al frente del productor probablemente estará a cargo de su yerno Michel Coutux y cuentan con una nueva bodega a las afueras del pueblo. Disponen de 7,5 has de viñedo, la mayoría de chardonnay y vinifican en pequeños depósitos de acero inoxidable. Las crianzas son en barricas con un 25% de roble nuevo, con vidas máximas de 5 años por barrica. Los tiempos oscilan siempre por los 10 meses. Es cuidadoso con el uso de battonages. Las producciones son muy pequeñas, desde unas 60 barricas del Chassagne “villages” hasta las 3 del Bâtard o las 5 del Chevalier. El estilo de sus vinos es muy personal, son vinos más potentes y opulentos (no olvidemos que estamos en Chassagne), pero con un balance de registros y una rectitud en boca que los hace realmente apasionantes, vinos cambiantes, personales, que reflejan el terruño del que proceden a la perfección y con una carga de madera magníficamente resuelta.

Los vinos a catar fueron siete, su Chassagne “villages”, cuatro premier cru con la particularidad de que dos eran de suelos de componente argílico y los otros dos de componente calizo, algo que se notaba perfectamente en la copa y finalizando con dos míticos Grand Cru, el Bâtard-Montrachet y el Chevalier-Montrachet. La añada a catar fue la última en salir, la 2010, una añada que nos está pareciendo magnífica para los blancos borgoñones. Los vinos estaban muy jóvenes y todavía se notaba un poco la carga de madera, pero siempre de una madera de gran calidad y tratada con mesura, son vinos de largo recorrido y que necesitan –unos menos y otros más- un prudente tiempo en botella para redondearse. Vamos a ver qué nos dijo cada uno de ellos.

Michel Niellon Chassagne-Montrachet 2010

Si hay una categoría que ha progresado en Borgoña en los últimos tiempos es la categoría básica tanto a nivel regional como a nivel “villages”, puesto que cada vez estamos probando más y mejores vinos en estos niveles, es cierto que igualmente los precios van subiendo poco a poco, pero es igualmente cierto que la calidad acompaña. Y en este caso en concreto estamos hablando de uno de los mejores “villages” que conocemos, un vino que es un perfecto resumen de lo que es el estilo de Chassagne-Montrachet en general y de Niellon en particular.

Intenso aromáticamente, maduro y complejo, con una cierta carga de madera bien integrada y que parece que va a resultar algo más “fofo” en boca, sin embargo su brutal acidez y su carácter rectilíneo hace que tenga un paso directo y sin concesiones, dejando unas fabulosas sensaciones minerales y frutales e invitando a disfrutar de su compañía. Nos gustó ahora mismo incluso algo más que los dos premier cru siguientes y pensamos que es uno de los mejores vinos en su categoría que hemos catado. Puro estilo Niellon.

Michel Niellon Chassagne-Montrachet 1er Cru “Les Champ Gains“ 2010

Michel Niellon Chassagne-Montrachet 1er Cru “Maltroie“ 2010

Nos explicó Iñaki que dentro de la franja de  los premier cru de Chassagne, hay como una línea imaginaria que delimita la composición de los suelos, siendo los que se encuentran al norte de dicha línea de componente calizo y al sur de componente más arcilloso. De ese modo se cataron cuatro premier cru, los dos primeros arcillosos y los dos segundos calizos, algo que se notó sobremanera en las copas, siendo los primeros más abiertos y expresivos y los segundos más profundos y minerales. Esta es la grandeza de Borgoña.

Champ Gains es un viñedo de 4.62 has y con exposición sureste que suele dar vinos estructurados y opulentos, la parcela de Niellon es de 0,44 has de viñas plantadas en 1988 y Maltroie es un pago algo mayor, de 11,61 has pegado al propio Champ Gains, con 0,66 has de chardonnay plantadas en 1977 y 0,42 has de pinot noir plantadas en 1970 en manos del productor. Son ambos vinos intensos y expresivos, de nariz más madura, más nítido el primero que el segundo, que va creciendo con más lentitud en copa, son vinos con cierta opulencia y ligeramente grasos pero siempre compensados por una excelente acidez y una fina mineralidad que los define. Son vinos que necesitan su tiempo para ir ganando en profundidad y desarrollo, pero que ya muestran su indudable clase y pensamos que más cercanos que los siguientes a lo que sería el gusto español en vinos blancos con madera, al ser vinos más expresivos y poderosos, más anchos que largos.

Michel Niellon Chassagne-Montrachet 1er Cru “Vergers“ 2010

Michel Niellon Chassagne-Montrachet 1er Cru “Chaumées-Clos Truffiere“ 2010

Los dos siguientes viñedos son de componente más calizo y están situados al norte de la AOC, Vergers son 9,41 has siendo la parcela del productor de 0,39 has y viñas en parte replantadas en 2000 por enfermedad de las cepas viejas. En cuanto a Chaumées, se trata de un pago de 7,43 has y una parcela de 0,54 propiedad del productor y situada en la parte más alta del viñedo conocida como Clos Truffiere, con viñas originales de 1930 y algunas replantadas en 1996.

Aquí percibimos unos vinos muy distintos a los anteriores, la nariz es menos expresiva, más austera y profunda, de mucho menos componente frutal y una mineralidad más acusada, son vinos de más lento desarrollo en copa, apretados, de marcada acidez, casi cortantes en el final donde dejan unas inequívocas sensaciones de terruño y enorme personalidad, se muestran cambiantes, muy finos y con elegancia, más cercanos a los vinos de Puligny pero siempre con esa impronta de los vinos de este fantástico productor, ambos vinos muy serios, aunque lo cierto es que Vergers nos termina convenciendo algo más por su perfecta definición, cuando catamos los 2008 fue Chaumées nuestro preferido pero el tiempo va haciendo grande a esta parcela cuyas viñas van poco a poco asentándose. Ojo a este vino que en nuestra opinión y en poco tiempo, puede convertirse en el Grand Cru “de facto” de la zona.

Michel Niellon Bâtard-Montrachet 2010

En la entrega anterior hablábamos de este vino como uno de los mejores de la Borgoña blanca, clasificado como Grand Cru en 1937 y con casi 12 has en total, la mitad prácticamente en cada uno de los dos pueblos (Chassagne y Puligny). Los suelos son de componente arcilloso y calcáreo, profundos y con gravas. Es un viñedo fragmentado en varios propietarios, de los cuales Niellon posee una minúscula parcela de 12 áreas desde 1930 aunque algunas viñas están enfermas, por lo que la producción de este vino es mínima, tan solo unas 3 barricas o 900 botellas.

Es un vino sencillamente lujurioso, femenino, sensual, delicado, una verdadera maravilla de hondura, elegancia y complejidad. Gana poco a poco en copa y posee una aromática hipnótica, llena de matices cambiantes, además de un paso por boca pleno y en el que confirma su carácter más fino que el Chevalier pero con un brutal equilibrio de registros, siempre predominando la parte más delicada y sensual. Hasta el momento el mejor Bâtard que hemos catado y uno de esos vinos que justifican todo el mito que hay detrás de la mejor Borgoña, uno de esos vinos que te hacen sentir pequeño, una verdadera maravilla.

Michel Niellon Chevalier-Montrachet 2010

Cuando en tu copa tienes uno de los mejores vinos blancos del mundo siempre se está ante un momento especial. Chevalier-Montrachet es un viñedo histórico, también clasificado como Grand Cru en 1937 y con 7,36 has de superficie. Situado sobre Le Montrachet, tiene unos suelos de estructura pedregosa y caliza. Sus vinos tienen fama de ser compactos y poderosos, de largo recorrido, potentes y cerrados, grandes. La parcela de Niellon es de 0,22 has situadas al lado de la de Leflaive. Hace unas 5 barricas, sobre 1500 botellas.

El vino es fiel reflejo de su viña, si bien al principio se destaca el Bâtard por su elegancia sublime, poco a poco el Chevalier va dando más y más y una hora después el espectáculo aromático es impresionante por su complejidad, se trata de una múltiple sucesión de capas. Pero en boca es donde más nos impresiona porque se trata de un vino de una poderosa estructura pero magníficamente balanceada por la acidez y el trasfondo mineral que lleva consigo, una auténtica maravilla de vino que si bien no nos parece superior al Bâtard, sí que deja su huella al final, resultando uno de esos vinos complicados de olvidar, indiscutiblemente uno de los mejores vinos blancos que hemos catado jamás. La pena es no poder probar esta maravilla con 10 años de botella, pues el espectáculo puede ser indescriptible, pero por desgracia apenas hay más botellas de este vino disponibles en el mercado dada su alta cotización. Una maravilla de vino que no sabemos si volveremos a catar.

Lo cierto es que poder probar juntos un Bâtard o un Chevalier, junto con cuatro premier cru e incluso el excelente “Villages” constituyó una cata de esas que son casi irrepetibles por la calidad y escasez de los vinos, todo un homenaje a Baco. Pero hubo más, se nos presentó una botella a ciegas y prácticamente todos concluimos en que era un vino blanco de gran calidad y elegancia, así que lo situamos en Borgoña, siendo Chablis la primera opción por delante de Puligny. Se trataba de un Paul Pernot Puligny-Montrachet 2009, un vino sorprendente no ya por la clase del productor que más o menos ya conocemos, sino por la añada, un año cálido y maduro pero que el maestro Pernot ha tratado a la mil maravillas, jamás hubiéramos apostado por una añada cálida viendo la frescura y rectitud del vino que teníamos en la copa. Y después y para despedir la sesión, una excelente botella de Champagne del Grand Cru de Oger, un soberbio blanc de blancs de José Dhondt, excelente pequeño productor, así que bebiendo, picando unos magníficos embutidos italianos y unos boquerones en vinagre de locura finalizamos nuestro curso de catas borgoñonas con una cosa más que clara: que los vinos de Michel Niellon nos apasionan y que los consideramos los más auténticos vinos de Chassgane-Montrachet que conocemos, quizá junto con Ramonet, pero…eso ya es otra historia, amigos.

Así pues, larga vida al “bigotón” y a sus enormes vinos.

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) la fotografía de Michel Niellon y sus sucesores es de www.chassagne-montrachet.com

  1. #1

    graciano

    Cada vez que leo una de tus crónicas de cata, me entra envidia de la mala. Me imagino como debiste disfrutar, quién pudiera¡. De todas formas agradecerte estas crónicas que me están ayudando mucho a conocer la Borgoña, sus crus y sus vinos. Tanto es así que estoy planeando para el año que viene un viaje a esas tierras y tomo buena nota de las bodegas y vinos que catas.
    Un saludo y gracias.

  2. #2

    EuSaenz

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    Fue una de las mejores catas que he hecho este año, con eso ya te digo todo, pero no ya solo por los vinos que fueron excepcionales sino por lo bien que lo pasamos y el buen rollo que se creó entre todo el grupo. Me imagino que no tendrás problemas en visitar a cualquiera de estos productores, pero si quieres organizar algo con tiempo me lo comentas y te remito directamente a los importadores a ver si ellos pueden facilitarte alguna visita.

    Saludos,
    Eugenio.

  3. #3

    graciano

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    Muchísimas gracias, por tu ofrecimiento, si al final sale lo del viaje, si no te importa seguramente contactare contigo para que me recomiendes las mejores bodegas en tu opiniòn y poder organizarme una ruta y las visitas con tus consejos.
    Que sigas disfrutando de los vinos con la emoción que transmites.
    Un saludo.

  4. #4

    Obiwan Ferran

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    Totalmente de acuerdo contigo: da envidia de la mala mala. Lástima que no tenga relativamente cerca algún sitio donde monten catas de ese nivel. Es la única manera de probar según qué vinos. Y totalmente de acuerdo con lo del viaje a la Borgoña, sólo que yo me voy de aquí a 10 días :D Ya os contaré. Saludos,

    Ferran

  5. #5

    EuSaenz

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    Bueno, es una de las pocas ventajas que tiene vivir en la capi, hay más posibilidades de organizar cosas como estas pero tampoco te creas, somos un grupo de no más de 7 personas, esto no deja de ser algo minoritario, además esto son reuniones de amigos más que catas en lo más estricto de la palabra, de todas formas no te quejes que por allí cerca tienes al gran monstruo de la Borgoña que es Carlos Orta, lo que daría yo por tener el Villa Mas al lado de casa y poder disfrutar de su carta de vinos en su terraza playera, jeje.

    Venga, ya nos irás contando qué tal por Borgoña y el Jura, mis últimas noticias son que ha habido unas granizadas muy potentes por la Côte de Beaune y que va a afectar a la cosecha de este año…

    Echa un vistazo por aquí y ya verás que “piedros”

    http://bourgogne.france3.fr/info/sud-bourgogne/bourgogne--une-tempete-de-grele-en-juillet--74742988.html

    Saludos,
    Eugenio.

  6. #6

    Obiwan Ferran

    en respuesta a EuSaenz
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    Bueno, ventajas e inconvenientes hay en todas partes ;) pero lo que daría yo por poder disfrutar de esas catas por aquí. Por cierto, ya vi que comentabais tú y Jesús (Gómez) el otro día lo de las granizadas en la côte. Las imágenes acojonan pero bueno, a veces estas tormentas son muy localizadas y no afectan grandes extensiones. Espero que no haya sido muy grave. Saludos,

    Ferran

  7. #7

    Gondorff

    Una locura de cata, cada vez son mejores. He estado pensando estos días en los vinos que nos bebimos, pero sobre todo en el Bâtard y el Chevalier y sigo sin saber cuál me gusto más de los dos.
    Un abrazo y enhorabuena por el artículo.

  8. #8

    EuSaenz

    en respuesta a Gondorff
    Ver mensaje de Gondorff

    Gracias amigo, esto es como la pregunta de si quieres más a papá o a mamá, jeje. La verdad que los dos me parecieron vinos de clase mundial y además distintos, Bâtard pura fineza y Chevalier pura potencia. Grandiosos vinos.

    A ver qué nos prepara Iñaki en septiembre, el listón está muy alto, pero esa doble ciega promete…

    Saludos,
    Eugenio.


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