Duelo en Ok…Segovia: de rieslings, Borgoñas y otros “vinitos”

Absolutamente impresionante el homenaje a la diva, a la gran dama blanca, a nuestra amada riesling que le dedicaron los amigos del grupo de cata de Segovia el último fin de semana del mes de mayo, a través de cuatro sesiones que contaron con la presencia de  dos de los mayores expertos que conocemos sobre vinos alemanes, como son Lluís Pablo y Florian Miquel Hermann. Fueron tres catas dedicadas a los vinos de riesling más una última en la que entraban en juego y en un duelo estelar junto con cuatro grandes vinos blancos de Borgoña. El extraordinario entorno del Palacio de Quintanar otorgaba el toque de solemnidad a un evento cuyo  fin solidario no hace más que confirmar la pasión por el vino que profesan estos chicos de la ciudad del acueducto.

Nosotros no pudimos asistir a las dos catas del viernes, la primera una introducción a los vinos de riesling a cargo de Lluís Pablo en la que se cataron vinos tan interesantes y variados como un Sekt 2004 de Peter-Jakob Kühn, dos “básicos” como Ruppertsberger 2009 de Bürklin-Wolf y el Qvinterra feinherb 2011 de Künling, un excelente GG como Halenberg 2007 de Schöleber, el delicioso Ziliken Saarburger Rausch Kabinett 2010, el siempre elegante y encantador Fritz Haag Juffer Sonnenuhr Spätlese 2008 y terminando por el brutalmente equilibrado Maximin Grünhauser Abtsberg Auslese 2006, en una perfecta selección para lo que debe ser una introducción de la máxima calidad a estos vinos. Y la segunda fue una impresionante sesión, ya que entraban en juego los grandes vinos secos de Keller, unos de los cinco mejores productores de vinos secos en Alemania y la que se cataron varias añadas de pagos como Hubacker, Morstein, Kirchpiel y Abtserde, sesión en la que además un maestro como Florian estuvo según nos contaron, por lo menos a la altura de los vinos. Parece ser que de nuevo el brutal Abtserde destacó y en especial el 2007, un vino que disfrutamos en Cantabria en febrero y que es el mejor rielsing seco que hemos catado este año. El sábado por la mañana sí que nos dio tiempo a probar los vinos de la interesante cata que el amigo Herr nos planteó y consistía ni más ni menos que en probar 5 vinos diferentes en parejas de añadas distintas para comprobar cómo ésta imprime su carácter a los vinos.

La secuencia de vinos se direccionó de sur a norte y comenzamos con un Fiedrich Becker Schweigener trocken 2009 y 2010, un productor del Palatinado cuya fama estriba más en los vinos tintos que en los blancos, sus spätburgunders tienen fama de estar entre los mejores y los más caros de Alemania. Estos riesling trocken son un correcto ejemplo de vinos de su zona, aunque no nos dejaron huella. Mejor el 2010 que el 2009, esté último más hecho y accesible pero menos profundo. Seguimos con el Wittmann Westhofener “S” 2007 y 2008, aunque este segundo vino no llevaba el distintivo “S”, un plus en la selección de las uvas. Nos pareció más maduro y menos interesante precisamente el “S”, un vino que recordamos nos gustó más cuando lo catamos por primera vez hace un tiempo. Aun así no es tampoco Wittmann nuestro productor preferido en Rheinhessen, aunque ese 08 no estaba nada mal.

Un paso adelante supone evidentemente el Georg Breuer Rüdesheim Estate, que probamos en sus añadas 2007 y 2008. Este es para nosotros el mejor productor del Rheingau y este básico uno de los mejores vinos en dicho nivel. Y al igual que en muchos otros vinos nos quedamos con 2008, lo cierto es que la 07 es una añada que nos ha dado muchas alegrías, vinos equilibrados, accesibles, con nivel, pero es que la 08 nos parece una pedazo de añada clásica, de vinos largos, minerales y longevos. Otro grande en las categorías básicas es el vino Emrich Schönleber Mineral, que catamos en añadas 09 y 2010. Hablamos de uno de los productores “top” en Alemania, un auténtico monstruo en Nahe. Muy buenos ambos vinos, más cálido, redondo y accesible el 09 y más serio, definido y ¡mineral! el 2010. Un vino más que recomendable. La sesión finalizó en Mosela con el que quizá es el productor que hace los vinos secos más interesantes de la zona, Heymann Löwenstein Schieferterrassen 2008 y 2009. Este vino nos encanta por su originalidad, fuerza interna y brutal personalidad, que representa el estilo a veces radical del productor. Un vino que no es para todos los públicos pero que a nosotros nos parece imprescindible. De nuevo la 2008 destacando por su franca definición.

Cata francamente interesante para poder diferenciar claramente zonas, productores y añadas que son distintas, pero que con los vinos en la copa es realmente como se comprende todo lo que la teoría dice, cómo se nota la influencia climática, la de los suelos y por supuesto el estilo del productor. Eran casi las tres de la tarde y había ganas de picar algo, la idea era darle al cochinillo en José María pero como por la noche había cena decidimos picar algo en una concurrida terraza de la Plaza Mayor con unas botellitas del siempre fiable Blanco Nieva Pie Franco 2011, un gin tonic para refrescar y de nuevo a la tarea pues esperaba la cata de cierre del evento,  nos aguardaban 8 de los mejores vinos blancos del mundo. Para presentar los vinos alemanes obviamente contamos con la presencia de Lluís Pablo y por la parte borgoñona del amigo Iñaki, una de las voces más autorizadas a la hora de hablar de esta zona, que se conoce como el salón de su casa. Entre tanta estrella en las ponencias y en las botellas solamente sobraba el encargado de introducir la cata, que no fue otro que este ignaro aprendiz de cronista. Pues sí, cuando nos propusieron presentar esta cata nos hizo mucha ilusión, al fin y al cabo poder comentar vinos que nos gustan con dos amigos y ante un público que tenía unas enormes ganas de aprender y disfrutar fue todo un placer para nosotros. Nuestro objetivo no era otro que dejar claro que esto no era un duelo (aunque hayamos titulado así la crónica) y que si acaso solamente iba a haber un vencedor en el envite y no era otro que todos los asistentes, ya que íbamos a disfrutar de una serie de vinos excepcionales. Al final creemos que el objetivo se cumplió, pues la cata terminó al filo de las 10 de la noche cuando había comenzado algo más de tres horas antes y se nos pasó muy rápido a todos, una magnífica señal tal y como fue poder ver a un público contento y feliz por disfrutar de  una serie de vinos de indiscutible categoría.

Al final y consensuado con los asistentes decidimos servir los vinos dos a dos en tandas de cuatro, vinos que a pesar de que no tienen nada que ver, sí que servían para comparar lo que son dos zonas, uvas y estilos diferentes de vinificaciones. Y como nos ha gustado el “cachondeíto” del duelo, saquemos a los personajes del mítico duelo en OK Corral. Nuestro particular Tombstone era el palacio de Quintanar.

Duelo nº 1: Wyatt Earp vs Billy Clayborne

Georg Breuer Berg Schlossberg GC 2008

Patrick Piuze Chablis 1er Cru “Montee de Tonnerre” 2009

La cosa comenzó bien. En primer lugar un mágnum del que es probablemente el mejor vino seco del Rheingau, el Berg Schlossberg de Georg Breuer. La “montaña del castillo” es un viñedo situado en una colina escarpada sobre la margen derecha del Rhin con laderas de hasta un 70% de desnivel y suelos de pizarra desmoronada y cuarcita. El suelo drena muy rápido y solo las viñas con raíces más profundas consiguen los mejores frutos. Son unas 2,5 has de viña. Fermenta en los clásicos toneles viejos de entre 1200 y 2400 litros. Las etiquetas son obra de un artista de talla internacional, diferente cada año. La producción es de unos 5.000 litros al año en calidades secas.

El Chablis es un viejo conocido, de hecho hablamos hace poco de Patrick Piuze como uno de los productores en claro ascenso en la zona. El viñedo en cuestión es el mejor premier cru de la denominación, situado junto a los mejores Grand Cru y con una consistencia, regularidad y capacidad de envejecer dignas de la máxima categoría. La parcela de Patrick es de 0,3 has con viñas de 70 años.

Dos vinos muy distintos en la copa pero ambos apasionantes. El riesling procede de una añada fría y el Borgoña cálida, pero el trabajo de Patrick en una añada de este tipo es sobresaliente, resultando un vino fresco, profundo, amplio, que se bebe de maravilla y tiene una fina acidez. El riesling está demasiado joven y más en mágnum, destacando todavía un poco el sulfuroso, algo que para nosotros es bueno y que inicia un interesante debate con algún viticultor presente en la cata. Pero se trata de un vino serio, profundo, largo, delineado, portador de una clase indiscutible, simplemente necesita más guarda, en especial con este formato. Digamos que el Chablis se puede tomar ahora aunque tiene margen de mejora y el Reinghau debe guardarse un poco más. Dos tremendos vinos en cualquier caso.

Duelo nº 2: Morgan Earp vs Frank McLaury

Emrich Schönleber Monzinger Halenberg Lay GG-GK 2004

Domaine Vincent Meursault 1er Cru “Les Cras” 2008

En el segundo acto comparecieron un vino de Nahe y uno de Meursault. El primero es obra de la bodega que probablemente más ha repuntado en los últimos tiempos en Alemania, situándose en la actualidad entre las más punteras como nos han demostrado en las últimas catas, con vinos de una regularidad apabullante. Del fantástico pago de Halenberg la bodega trabaja 5 has con suelos de pizarras azules y cuarcitas. La mejor parcela se llama Lay y está situada en la parte central del viñedo con poco más de media ha. y una presencia pizarrosa más evidente y pendientes de hasta el 70%. Dicha parcela se ha vinificado muy pocas veces en solitario y en 2004 fue una de ellas, además la botella era un escasísimo magnum.

Del Domaine Jean Marc Vincent hemos probado menos cosas y lo cierto es que no conocíamos este vino, que se aportó a última hora para poner un vino de Meursault y de esa forma aportar un participante de cada una de las zonas blancas más importantes de Borgoña. Sabemos que es un pequeño productor familiar de corte biodinámico y que el vino procede de un premier cru situado al norte de la AOC, junto al Santenots-de-Milieu de Volnay.

Aquí el duelo resultó algo desigual, ya que el riesling sencillamente apabulló. Un vino de emoción, de una definición cristalina, de una potencia sin igual, todo terruño, todo fuerza, todo elegancia, un vino de esos que dejan huella. Decíamos hace un rato que el Absterde 2007 de Keller había sido el mejor riesling seco del año…hasta que probamos este vino. Sencillamente extraordinario. El Meursault sufrió la comparación, se mostró demasiado “Bio”, quizá demasiado dominado por la elaboración, más arquetípico de lo que es un Meursault por su opulencia y carácter graso, pero menos de nuestro gusto, aunque era un típico vino de su comuna.

Duelo nº 3: Virgil Earp vs Tom McLaury

Dr. Bürklin-Wolf Forster Pechstein GC 2001

Paul Pernot Puligny-Montrachet 2010

Dr. Bürklin-Wolf es una de las más importantes bodegas alemanas, fundada en 1597 y la mayor explotación vinícola teutona en manos privadas. Los mejores viñedos que trabajan se encuentran en el pueblo de Forst y uno de ellos es Pechstein, del cual poseen 1,60 has plantadas en 1978. La peculiaridad de este viñedo es su composición puramente basáltica, algo único en el mundo y formado por la erupción de un antiguo volcán. Esto da un carácter sumamente especial a los vinos de este viñedo, un carácter de radical profundidad mineral que a nosotros nos apasiona.

Y si Forst es un paraíso de grandes viñedos, qué vamos a contarles de Puligny-Montrachet, quizá el pueblo con el mejor viñedo blanco del mundo, ya que en sus aledaños se encuentran pagos tan legendarios como Montrachet, Chevalier-Montrachet, Bâtard-Montrachet o Bienvenues-Bâtard-Montrachet. Un gran productor del pueblo es el veterano Paul Pernot, productor clásico y preciso, que imprime una gran pureza y personalidad a sus vinos, puro reflejo del inigualable viñedo del pueblo. El vino a catar es su Puligny “Villages”, elaborado a partir de 7 has de parcelas en distintos lugares de la AOC.

El riesling es ya un viejo conocido y cada vez que lo probamos nos confirma que continúa con su lenta y segura evolución y más en el formato mágnum que catamos. Los grandes vinos secos de las añadas 2001 y 2002 están ahora en un excelente momento y eso se nota en el vino, un perfecto reflejo de la brutal personalidad de esta parcela. El borgoña es una maravilla, un representante absolutamente modélico de lo que entendemos debe ser un Puligny, elegancia, mineralidad, fuerza, delicadeza, un portento de vino que le hace ser uno de los mejores en su categoría y un perfecto ejemplo de borgoña blanco de libro, que resume en su cata toda la grandeza de los vinos de esta zona. Dos vinazos en esta tanda, tan distintos como apasionantes, puro disfrute.

Duelo nº 4: Doc Holliday vs Billy Clanton

Dr. Bürklin-Wolf Forster Pechstein Auslese “R” 1990

Michel Niellon Chassagne-Montrachet 1er Cru “Vergers” 2010

La última tanda fue la menos homogénea, ya que entraba en juego un auslese, un vino con una cantidad superior de azúcar residual al haber intervenido la botrytis. Estas versiones “R” son vinos que proceden de la reserva de la bodega y se comercializan en la actualidad en formato de medias botellas, algo que resulta muy curioso pues no todos los días se pueden catar vinos con 20 años y por tanto nos sirve para observar la enorme capacidad de guarda y evolución de  estos vinos.

Por parte borgoñona comparecía otro grande, ni más ni menos que Michel Niellon, uno de los mejores productores de vino blanco del mundo, un productor que elabora unos vinos que portan la máxima expresión de lo que es un Chassagne, vinos que parecen más opulentos y poderosos pero que a la hora de la verdad resultan delineados, precisos y con una capacidad de envejecer fuera de toda duda. El vino a catar es su premier cru “Vergers”, un viñedo calizo de gran categoría y replantado no hace mucho tiempo.

Los vinos expresaron sus evidentes diferencias, el auslese resulta francamente equilibrado y armónico, los años de guarda han ido integrando el azúcar residual (en torno a los 60 g/l) resultando un vino semi-seco muy complejo y con acidez, agradable y sumamente placentero, un perfecto vino como aperitivo por su viveza y ligereza. Otra cosa resulta el Chassagne, en nariz parece un vino más amplio y maduro pero en su paso por boca es contundente y radical, largo y poderoso, de gran acidez y con un previsible dilatado recorrido en botella, un auténtico vinazo obra de un productor como la copa de un pino.

Como vemos, la cata resultó sumamente interesante y por encima de cualquier duelo solo hubo un vencedor y fuimos todos los asistentes, lo cierto es que la gente salió encantada y eso fue indudablemente la mejor noticia posible pues los protagonistas por encima de todo eran los vinos y cuando el público sabe apreciar estos grandes vinos siempre supone una alegría. Que los riesling alemanes y los chardonnay borgoñones son los mejores vinos blancos del mundo no es algo que digamos nosotros, es algo que dicen todos los más reputados especialistas del planeta, son vinos a los que se va llegando poco a poco y ellos mismos se encargan de revelarte su grandeza, simplemente hay que dejar llevarse, dejar que su magia nos atrape.

Las horas habían pasado raudas y veloces y el amigo Lucio del Campo nos esperaba en su restaurante Di-Vino, un espectacular espacio situado en el casco viejo de la capital segoviana y recomendable para quien quiera salirse del habitual círculo del cordero y cochinillo, además con una cierta preocupación por el vino. Lo cierto es que el menú degustación que nos prepararon resultó quizá demasiado largo y contundente para cenar, pero estando tan a gusto en el reservado en que nos ubicaron, con grandes vinos en las copas y con una mejor compañía, todo fue sobre ruedas. De esa noche hay que destacar algunos fantásticos vinos como un finísimo, elegante y mineral Champagne Gaston Chiquet Spècial Club 2002, un vino que nos confirma el elevado nivel de esta soberbia serie del club especial que ha unido a varios pequeños productores de gran categoría y que tiene siempre un excelente nivel medio, además si hace poco recomendábamos a ciegas comprar y beber todos los Champagnes que puedan del 96, lo mismo hacemos ahora con el 2002, una excelente añada y en especial para la pinot noir. También hubo dos enormes representantes tintos de nuestra venerada pinot, dos representantes de la mejor Borgoña, un Pierre Bourée Charmes-Chambertin 2007 y un François Bertheau Bonnes-Mares 2007, el primero un fabuloso grand cru de Gevrey elaborado por un productor de marcado clasicismo y realmente delicioso por su equilibrio, siendo el segundo un vino más compacto y serio, del grand cru “macho” de Chambolle y un vino de brutal clase, que necesita de más tiempo en botella pero que ya daba claras muestras de lo gran vino que es. La mejor Borgoña en nuestras afortunadas copas. También catamos una serie de vinos de ese viticultor tan apasionado que es Ismael Gozalo, que además de su vino más señero, un cada vez más afinado Ossian Capitel 2009, nos dio a probar otros vinos como esos interesantísimos trabajos que realiza con la merlot o syrah en sus viñedos de Nieva o un más que convincente coupage verdejo-variedades gallegas que hace con un prestigioso viticultor de la tierra de Rosalía o una francamente fresca mencía vieja de Corullón. La mencía no termina por convencernos, al menos por cómo la tratan la mayoría de productores, a menudo abusando de maderas y extracciones, pero ésta sinceramente se acercaba a lo que nosotros entendemos que debe plasmar este interesante varietal. Francamente loable el trabajo de Ismael. Y otro gran vino resultó el Herrmann Dönnhoff Oberhausener Brücke Auslese 1996, un enorme vino del maestro, aunque quedara un poco por debajo del Hermannshöhle del mismo tipo y año que catamos unos meses antes con el mismo protagonista. Vinazo en cualquier caso para terminar una maratoniana e intensa jornada.

Pero hubo más, al día siguiente no desaprovechamos la ocasión para disfrutar de un copioso almuerzo en uno de esos sitios que hay que conocer, el Bar Yagüe de Bernardos, o lo que es lo mismo, la casa de Casilda y Santos, dos personas de esas que hacen que te sientas como en casa. Casilda nos preparó un potente desayuno a base de tortilla de bonito, de revuelo de espárragos silvestres (bufff!), su inigualable bacalao rebozado (justifica un viaje, se lo aseguramos) y esos escabeches que son auténtica alta cocina casera, en este caso de palometa. Un siempre fiable Do Ferreiro 2010 acompañó el desayuno que rematamos con un tiramisú de esos que provocan una ola. En fin, que ya estamos deseando volver por allí. Y volveremos.

Así pues, disfrutamos mucho de ese fantástico fin de semana de homenaje al riesling en Segovia, aunque solo fuera la mitad de evento, una vez más tenemos que destacar la pasión que nuestros amigos de la ciudad del maestro Cándido ponen en todo lo que hacen, su trabajo en pos de la promoción de la cultura del vino es sencillamente admirable y máxime teniendo en cuenta su trasfondo solidario. Chavales, no merecéis más que un 10. Y contaréis con nuestro apoyo para todo lo que buenamente podamos.

Hasta la próxima.

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)