Blog de Eugenio Saenz

Paul Pernot et ses fils: Puligny-Montrachet y … ¡punto!

Comenzamos a lo grande un nuevo año de catas con 8 vinos de Puligny-Montrachet, ese pueblo borgoñón de la Côte de Beune cuyos viñedos son a juicio de los expertos los que producen el tipo estilístico ideal de la chardonnay, donde esta uva consigue un perfil de profundidad, elegancia, transparencia, mineralidad y capacidad de envejecer en sus vinos que los colocan en primera línea mundial por su legendaria calidad. Siempre se ha considerado que los mejores viñedos blancos de Borgoña están en este pueblo, pero que los mejores productores, sin embargo, están en los vecinos Chassagne-Montrachet y Meursault, aunque en Puligny encontramos igualmente excelentes elaboradores como por ejemplo Domaine Leflaive, Louis Carillon et fils, Olivier Leflaive o Ettiene Sauzet.

Haciendo menos ruido mediático, con producciones mucho menores, pero con un nivel de calidad por lo menos a la altura de lo mejor de este pueblo se encuentra nuestro protagonista de hoy, el veterano Paul Pernot, que todavía dirige junto con sus hijos los destinos de este Domaine, donde comenzó en 1959. Trabajan unas 20 has en total, una parte propia y otra parte bajo arrendamiento, y una parte importante de su producción ha sido destinada a negociantes como por ejemplo Drohuin, de quien son importantes proveedores. Con la llegada de Paul muchos viñedos fueron replantados en los años 60 y 70, llegando en la actualidad a un momento idóneo para obtener la máxima calidad. El estilo es bastante clásico en su zona, vendimian lo más tarde posible para buscar la maduración de la uva y vinifican en acero inoxidable, con crianzas en torno a los 12 meses y con poca utilización de roble nuevo, en torno al 20%. Un dato importante es que realizan poco battonage, son vinos quizá menos trabajados en la oxidación, más directos, muy minerales, de lenta evolución y de corte austero, auténticos vinos de Puligny-Montrachet sin concesiones a la galería. Así pues nos encontramos ante un productor pequeño y familiar, que vende mucha parte de su producción a negociantes y que lo poco que embotella bajo su propia etiqueta responde a un estilo directo y casi radical, vinos desbordantes de personalidad.

La cata en sí tuvo lugar en la Vinoteca La Fisna y consistió en un repaso a todos los vinos blancos del pueblo de Puligny-Montrachet del productor y de la añada 2010, la última en llegar y de la que hay muy poco vino disponible, se trata de una añada con temperaturas invernales muy frías, una primavera cálida y una segunda quincena de junio bastante fresca, algo que afectó la floración y por tanto a los rendimientos con un julio lluvioso que retrasó la maduración en los viñedos más frescos. Las lluvias de finales de septiembre perjudicaron a los que retrasaron la maduración y los vientos de componente norte provocaron concentración sin excesos de madurez. En resumen, una añada fresca y de muy buena calidad, con menos vino por la bajada de rendimientos. Por el momento y por lo poco que hemos catado (hasta ahora solo blancos), nos gusta mucho más que la 2009, más cálida y madura, más homogénea entre zonas.

La gama de viñedos y vinos del productor en Puligny es espectacular y abarca además de los comunales y villages, algunos de los mejores premier cru y dos de los más legendarios Grand Cru. Repasemos, pues, los vinos catados.

Paul Pernot Bourgogne 2010

Procede de viñedos comunales de chardonnay situados al borde de los premier crus y sobre la Côte de Chassagne. Y si les somos sinceros, pensamos que este fue el vino sorpresa de la cata. Fresco, equilibrado, con la suficiente profundidad y prestancia, es un vino absolutamente perfecto para iniciarse con la máxima calidad en los blancos borgoñones pues resulta un arquetipo de los vinos de esta zona, además daba la sensación de ser un vino con capacidad de mejora en botella. Al final de la cata hicimos una prueba que destrozaría a cualquier genérico y es probarlo después de un Grand Cru (en este caso del Bâtard) y lo cierto es que aguantó el tipo dejando constancia de sus buenas maneras. Uno de los mejores blancos genéricos de Borgoña que conocemos y que nos da la muestra de la categoría de este productor, al fin y al cabo hacer un gran vino con un Pucelles o un Bâtard tiene menos mérito que hacerlo con viñedos comunales. ¡Fantástico!

Paul Pernot Puligny-Montrachet 2009
Paul Pernot Puligny-Montrachet 2010

Magnífico “villages” que se constituye como un perfecto ejemplo de vino de su comuna, lo cierto es que resume todas las virtudes que se les asignan a los vinos de esta zona. Procede de viñas de varias parcelas como Les Enseignères, cerca de Bâtard-Montrachet, con viñas en la zona norte de Blagny que aportan acidez y frescura y otras cercanas a Meursault, que aportan su toque más graso para otorgar redondez. Se trata de un vino redondo, eminentemente mineral, vivo, armónico, largo y con importantes perspectivas de mejora en botella. Lo mejor de este vino es que no engaña, es un Puligny sin concesiones, un vino de gran categoría. Todo esto lo aplicamos al 2010, la botella del 2009 salió mucho más apagada, con reducciones que no se disiparon, parecía tener algún problema, en cualquier caso no es un añada que nos guste mucho y menos en blancos.

Paul Pernot Puligny-Montrachet 1er Cru “Clos de la Garenne” 2010

Este clos es un premier cru de 1,53 has, antiguo monopolio del Duc de Magenta, del cual Paul Pernot posee 0,70 en total. De entre todos sus premier resulta el más floral, con algo menos de mineralidad y mayor carácter graso. Francamente redondo, bastante accesible y mostrando una gran finura, se queda un poco corto en comparación con sus dos hermanos de categoría, pero aún así muestra la clase de los vinos de este productor, aunque quizá no merezca la pena el sobreprecio con respecto al “villages”, que casi nos pareció a su altura. Y ojo, esto no es demérito de este vino, sino mérito del anterior.

Paul Pernot Puligny-Montrachet 1er Cru “Folatières” 2010

Con sus 17,65 has es el mayor premier cru de Puligny, además Paul Pernot es el principal propietario con una parcela de 3,08 has situadas en la parte más baja del viñedo, la más cercana a los grand cru. El nombre viene de “tierra loca”, debido a que por las lluvias suele sufrir desprendimientos de tierra, que debe ser remontada. Se advierte un paso adelante con respecto a Clos de la Garenne, aquí hay un vino más mineral, más profundo, más entero, más vino en una palabra. Con un carácter muy Puligny, se trata de un vino cambiante, profundo, compacto y de largo recorrido, joven todavía y que irá mejorando poco a poco. Un excelente ejemplo de vino de su zona.

Paul Pernot Puligny-Montrachet 1er Cru “Les Pucelles” 2010

Un viñedo de 5,13 has de las cuales el productor posee 0,40. Con este vino surgió el debate sobre si se trata de uno de esos premier cru que deberían ser un grand cru, ya que la profundidad, complejidad, carácter mineral, sedosidad y capacidad de envejecimiento de sus vinos es legendaria. Desde luego que lo que hay en la copa no engaña y se trata de un vino excepcional, un paso adelante con respecto a los otros premier cru, su hondura aromática es patente y su paso por boca lleno de potencia perfectamente balanceada, además de su final encantadoramente mineral, son señas de que estamos ante un vino muy especial. Lo que nos sorprendió es que estaba bastante accesible en comparación con los grand cru, a los que se les notaba una excesiva juventud y quizá una mayor capacidad de evolución. Así pues y por este vino, está claro que Pucelles es un premier cru de primer nivel, quizá el mejor de Puligny-Montrachet, lo que igual no tenemos tan claro es si debería figurar en la máxima categoría. Habría que probar estos mismos vinos en 10 años, y eso por desgracia será complicado. Un vino excepcional en cualquier caso.

Paul Pernot Bienvenues-Bâtard-Montrachet 2010

Un pequeño grand cru de 3,68 has, dentro de las cuales Paul Pernot controla una parcela de 0,37 has. Se trata de un viñedo algo más soleado y con vinos más maduros, de más pronto consumo que los “otros” Montrachet. Nos encontramos ante un vino extraordinariamente elegante, de gran clase, fondo floral y perfecto balance, muy joven todavía, pide botella a gritos, pero desde luego que nos dice algo muy especial, algo así como “¡oiga usted, déjeme unos añitos encerrado que le compensaré sobradamente!”. El problema es resistirse a estas cosas, claro, además con las pocas botellas que hay y al precio al que cotizan, complicado será encontrarnos con muchas más. Un vinazo que justifica todo el mito que hay detrás de la Borgoña.

Paul Pernot Bâtard-Montrachet 2010

Viñedo de casi 12 has, de las  cuales el productor dispone de 0,60, en una zona más cercana a Chassagne-Montrachet. Probablemente se trata del tercer gran viñedo de la zona, junto con Chevalier-Montrachet y por supuesto, el mítico Le Montrachet. En sus suelos hay un componente más arcilloso que en estos últimos, más grava y menos roca fragmentada. Hablamos quizá del vino más completo de la cata, brutalmente complejo con una paleta llena de especias, flores y frutas maduras, incluso miel, un vino cambiante y a veces hipnótico, algo que confirma con su paso por boca, lleno de peso y prestancia pero con todo perfectamente compensado y balanceado por una perfecta acidez, dejando al final muchas sensaciones y una profundidad mineral realmente soberbia, un vino para catar en 10 años mínimo pero que ya muestra aunque sea a cuentagotas todo lo que puede llegar a ser. La clasificación de un viñedo es por algo y este enorme Bâtard así lo demuestra. Luego, el productor es el que debe saber estar a la altura y Pernot lo está, pero la categoría del viñedo es indiscutible. Uno de los grandes vinos blancos del mundo.



Como resumen final, debemos decir que los vinos de Paul Pernot nos han sorprendido muy gratamente. Elabora también tintos, aunque por lo visto no alcanzan este nivel, pero estos blancos son desde luego vinos de su zona, de su comuna, auténticos Puligny sin concesiones, austeros, minerales, transparentes, profundos, elegantes, vinos de una precisión y delineación formidables y más en una añada como 2010, que por lo poco que hemos probado en blancos tiene muy buena pinta, aunque por desgracia los precios han subido mucho debido a la más baja producción. Está claro que un buen productor debe demostrarlo en sus vinos más básicos, en los genéricos y en los “villages”, y aquí los vinos de Pernot son indiscutibles, con dos de los mejores ejemplos que hemos visto en toda la Borgoña.

Así pues les recomendamos que se apunten el nombre de este productor y lo tengan en cuenta cuando hablamos de grandes vinos blancos de Borgoña, porque sus vinos son solamente eso: Puligny-Montrachet y …¡punto!

Un saludo,
Eugenio Sáenz de Miera Arnau
(EuSaenz)
 

(*) La fotografía de Paul Pernot es de borgovinsl.wordpress.com/

(**) La fotografía de los viñedos es de http://en.wikipedia.org y podemos observar Chevalier-Montrachet en primer plano seguido a la derecha por Le Montrachet, Bâtard-Montrachet a la izquierda y al final a la derecha, Bienvenues-Bâtard-Montrachet.

 

  1. #2

    IGLegorburu

    Seguiremos intentando "pulignear", que deberían incluirlo como verbo de la primera conjugación ;-)

    Un saludo

  2. #3

    EuSaenz

    en respuesta a IGLegorburu
    Ver mensaje de IGLegorburu

    Eso siempre, Iñaki. Tampoco está mal “chablisear”, “chassagnerar” o “chambollear”, ¿no? Venga, a por esos Savigny-les-Beune.

    Saludos,
    Eugenio.


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