Blog de Eugenio Saenz

Alain Graillot, el Ródano en la sangre

Siempre es un verdadero placer poder catar vinos con quien los elabora, placer que se multiplica si quien los elabora es además la persona que trabaja y conoce los viñedos, lo que en Francia conocemos como "vigneron" y en nuestro país como vitivinicultor. Por desgracia siempre resulta complicado poder realizar este tipo de catas pues debe coincidir con momentos de asueto por parte del protagonista o por visitas in situ al lugar de procedencia, y especialmente complicado cuando existe una cierta distancia física, así que cuando nos enteramos de que Alain Graillot iba a venir a Madrid y de paso a dirigir una cata con sus importadores de Alma Vinos en Latintorería, procedimos a apuntarnos de forma rauda. Alain es un enamorado de España y un gran conocedor de nuestra cultura, de hecho el principal motivo de su visita no fue otro que acudir a la corrida de la Beneficencia, que cerraba los festejos de San Isidro. Es un tipo simpático y abierto, habla un español perfecto y pasamos con él algo más de dos horas de lo más entretenidas hablando de su vida como gran productor que es y por supuesto degustando ocho botellas que forman parte de su excelente gama de vinos. Hablemos primero un poco del personaje y luego de estos.

 

Alain es un vigneron de vocación tardía, pues ni su familia ni él estaban ligados directamente con el vino. Todo hasta que un día decidió dejarlo todo e instalarse en el pueblo de Pont d'Isere, elaborando su primera añada en 1985. Comenzó alquilando bodega y viñedo que posteriormente iría comprando hasta contar en la actualidad con algo más de 20 has de viñedo, casi todas en Crozes-Hermitage. Aproximadamente 18 son de syrah, con viñas de entre 10 y 50 años con las que elabora su Crozes tinto, poco menos de 3 de Marsanne y Roussane con la que elabora su Crozes blanco y de forma casi simbólica, 1 ha en Saint-Joseph y apenas 0,10 has en la mítica colina de Hermitage. Los suelos son de aluviones y arenas, algo que permite un buen drenaje, en Saint-Joseph tienen una mayor composición granítica y en Hermitage arcillosa.

Su secreto en la viña y en las elaboraciones es básicamente…que no tiene secretos. Alain es un creyente del trabajo en viña, de los rendimientos bajos, intenta vendimiar lo más tarde posible sin entrar en sobremaduraciones, no utiliza herbicidas ni levaduras seleccionadas ni entra en terrenos biológicos ni biodinámicos, es digamos, un hombre fiel a unos principios de respeto a la viña y a la tierra que tampoco se complica en las vinificaciones, utilizando depósitos de hormigón y maderas de varias edades, dando lugar a vinos de graduaciones alcohólicas bastante bajas y con un absoluto protagonismo de la fruta con respecto a la madera. La cata en sí fue muy completa ya que probamos un buen número de vinos cubriendo toda su gama y varias añadas de diferentes tipologías, así que sin más dilación vamos a comentar los vinos.

Alain Graillot Crozes-Hermitage blanc 2010

A pesar de que hay grandes blancos en el Ródano norte como los siempre especiales Condrieus o los tremendamente longevos Hermitages, siempre hemos considerado esta zona más de vinos tintos que de blancos, no obstante siempre hay cosas que descubrir como este interesante Crozes blanco que Alain elabora a partir de cepas de Marsanne (80%) y de Roussanne (20%), fermentando un 80% en roble y el resto en acero. No realiza ni battonages ni maloláctica y utiliza tapón de rosca porque lo que quiere es preservar el frescor, realizar un vino de pronto consumo y que destaque por su ligereza y su carácter frutal. Y cierto es que lo consigue, ya que nos encontramos ante un vino muy razonable y bien equilibrado, donde la fruta madura y la piel cítrica destacan, siendo amable en boca y muy fácil de beber y comprender, un vino de pronto consumo y que resulta muy agradable. Sinceramente, nos gustó.

Alain Graillot Saint-Joseph 2007

Un tinto originalísimo. De apenas 1 ha sobre suelos graníticos proceden las cepas de syrah con las que se elabora este vino que a diferencia del Crozes, sí despalilla. Nos encontramos ante un vino muy mineral, ahumado, animal, con cierta profundidad, que en boca resulta ligero, sabroso y de final casi salino, no es muy largo pero sí que deja una huella muy personal, un vino que recomendamos probar a quien busque algo distinto y que muestre terruño por encima de todo. Muy rico y en una añada interesante.

Alain Graillot Crozes-Hermitage 2009

Alain Graillot Crozes-Hermitage 2006

Alain Graillot Crozes-Hermitage 2001

El Crozes tinto es la razón de ser de la bodega, su santo y seña. Elaborado con uva sin despalillar, fermentado en depósitos de cemento y criado en barricas y fudres, con maderas de varias edades que compra en Borgoña, utilizando solamente un 10% de maderas nuevas. Cada parcela suele criarse en diferentes barricas que se mezclan tras 12 meses en fudres más grandes, continuando así con la crianza. Año tras año es uno de los vinos más regulares de la zona, un vino que siempre es un perfecto representante de lo que esperamos de una syrah del Ródano con el atractivo de un precio muy ajustado para su calidad y nivel que hace de este Crozes una de las referencias en relación calidad-precio entre los tintos franceses.

Comenzamos con el 2009, una añada excelente para Alain, que la considera la mejor desde 1990, un año cálido pero equilibrado, donde consiguió una maduración perfecta de la uva sin llegar a ningún exceso. Es un vino ahora mismo primario pero que nos muestra todo lo que esperamos de este excelente Crozes, es pura fruta, muy floral, varietal, sin perder ese aire animal y balsámico de los vinos de esta zona. Además resulta fresco y equilibrado en boca, todavía algo tánico pero siempre redondo y muy noble, un vino que en dos o tres años estará comenzando su curva ideal de consumo. El 2006 está ya pasando por ese momento, porque para Alain su Crozes es un vino que adquiere su curva de consumo ideal hasta los 5 años y luego se cierra hasta más o menos los 10. Un vino con menos intensidad que el anterior pero más redondo, con todo más en su lugar, muy accesible en este momento donde todo el conjunto resulta muy redondo y agradable. Por último el 2001 está ya en su momento de madurez, la exuberancia que siempre es la característica de este vino en su juventud ha desaparecido y queda un vino tremendamente elegante, complejo en nariz, con notas más secundarias y terciarias, pero manteniendo acidez y sin perder fuerza, los buenos vinos con el tiempo pierden algunas cosas pero ganan en otras, y desde luego este Crozes de Graillot en las buenas añadas es un vino que en nuestra opinión gana y gana mucho, resultando encantador a la década de vida. Magnífica esta tanda con tres vinos muy diferentes y todos de gran calidad.

Alain Graillot Crozes-Hermitage “La Giraude” 2005

Alain Graillot Crozes-Hermitage “La Giraude” 1999

La Giraude es una selección de las que Alain considera las mejores barricas en un año muy bueno o excepcional. Dicha selección se hace en base a la armonía y a la finura y debe tener una base de uniformidad. Cada barrica es un mundo, hay que tener en cuenta que las maderas son de diferentes procedencias y edades y que las barricas pueden variar según sea su situación en la nave de crianza, por lo que la selección siempre resulta un importante salto de calidad. Hay que tener en cuenta además que La Giraude es un vino íntegramente de barrica, que no ve estancia en fudres, así que siempre necesita un tiempo mayor de descanso en botella que el Crozes para integrar la madera, siempre teniendo en cuenta que Alain no es ni mucho menos, un productor que exagere con ésta.

El 2005 nos pareció un gran vino. Añada cálida pero con equilibrio y regularidad. Muy intenso y profundo, casi primario, varietal, poderoso, pero con todos los elementos muy bien integrados, con acidez y un paso por boca que llena el paladar y deja una gran persistencia frutal. Noblemente tánico. Se puede consumir ya aunque pensamos que este es un vino para guardar unos años pero sin exagerar tampoco, ahora mismo está realmente bueno y quizá fue nuestro preferido en la cata junto con el Hermitage del 98. Con el 99 pensamos que no dimos con la mejor botella. Añada encumbrada por la crítica y de enorme repercusión mediática, el paso del tiempo no ha terminado por darle la razón pues la evolución no ha sido todo lo uniforme que se esperaba. Esta botella estaba un tanto apagada, no terminaba por abrirse del todo, era un vino un tanto reducido y con esas típicas notas animales y cárnicas que dan estos vinos con el tiempo, en boca estaba algo mejor y mostraba buenas maneras, aunque quizá carecía de la pegada y la profundidad que sí que tenía la que tomamos hace unos meses en El Bulli, botella que fue de perlas con la parte de caza del menú de Ferrán Adriá. La Giraude es, en cualquier caso, una selección que supone un importante plus de calidad con respecto al Crozes normal, plus que no lleva un importante aumento del precio, por lo que siempre es una opción más que recomendable.

Alain Graillot Hermitage 1998

El Hermitage es el vino menos conocido de Alain, hay que tener en cuenta que hablamos de una parcela de 0,10 has en la mítica colina, indudablemente el mejor viñedo del Ródano y uno de los más importantes del mundo. Los suelos son de aluviones y arcillas y en este caso la uva se despalilla pues con una producción tan pequeña no rentaría vinificar con raspón. Son 2 barricas y 15 meses de crianza con una producción total de unas 600 botellas. El 98 fue una buena añada, mejor en la parte sur del Ródano pero con buenos resultados en general. El vino se muestra en plenitud, pletórico, es intenso, profundo, mineral, la aromática resulta diferente a la del Crozes, con mayor presencia de la influencia de los suelos y menor fuerza varietal, aunque los años de botella también le han otorgado un mayor misterio. Vino muy elegante en boca, clásico, sutil, de formas muy redondas y final placentero con un tanino realmente sedoso e integrado en un conjunto que da gusto beber y disfrutar. Un gran vino y un gran Hermitage, aunque obviamente no es el vino en el que Alain más se vuelque dada su mínima tirada, pero es una parcela a la que tiene un especial cariño y eso se nota.

Hacía ya mucho tiempo que habíamos descubierto los vinos de Alain Graillot, que teníamos a su Crozes como uno de nuestros tintos de cabecera por su gran calidad y su precio más que ajustado, pero después de conocer a la persona, de haber podido compartir unas horas con él y con sus vinos no nos cabe duda que dicha persona está a la altura del personaje ya que estamos hablando de un enamorado del vino, de un hombre que lleva el Ródano en la sangre, de un hombre que año tras año lleva la esencia de una tierra y una variedad, nuestra siempre querida syrah, a una de sus cotas más elevadas y placenteras. Un Crozes de Graillot es un vino que nunca decepciona y con el que siempre quedarán bien. Un seguro. Que lo disfruten.

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) La fotografía de Alain "en su terreno" es del Blog de Alvaro Moreno http://www.verema.com/blog/alvaromoreno/

  1. #1

    Gediagal

    Muy interesante, como siempre, tus artículos. Pues afortunadamente tengo en casa una botella del Crozes Hermitage 2009 (siguiendo las buenas recomendaciones qoe dais fui buscando el Rasteau de Domaine La Soumade y también me pille este Graillot) y le estaba dando tiempo, pero por lo que comentas ya está accesible, aunque no sea quizás todavía el momento óptimo.

    No creo que lo aguante más allá de este año, especialmente depués de tus positivas valoraciones. Seguramente lo disfrutemos en una cena casera, con que lo tomarías? exclusivamente carnaza?

    Saludos

  2. #2

    EuSaenz

    en respuesta a Gediagal
    Ver mensaje de Gediagal

    Muchas gracias, sí, este tipo de vinos exigen siempre contundencia en la mesa, más cuando están jóvenes. Si vas a tomar pronto el 2009 dale bien de aire en decantador, lo agradecerá sobremanera.

    Saludos,
    Eugenio.

  3. #3

    Jordán C.

    Hola Eugenio,

    Siempre me resulta muy interesante todo lo que escribes.En cuanto a A.Graillot tuvimos el placer de catar su Crozes - Hermitage "La Guiraude" de añada 2007 en noviembre de 2009 (lo recuerdo por la reseña que en su día hice en mi blog), y nos sorprendio a todos los presentes la tremenda acidez que desplegaba en boca, increible!!! estaba para darle mucha botella. De esa cata de varios vinos del Ródano recuerdo el buen sabor de boca que me dejo un Cornas de A.Clape 2003 (a pesar de ser una añada cálida)

    Un saludo

  4. #3

    Jordán C.

    Hola Eugenio,

    Siempre me resulta muy interesante todo lo que escribes.En cuanto a A.Graillot tuvimos el placer de catar su Crozes - Hermitage "La Guiraude" de añada 2007 en noviembre de 2009 (lo recuerdo por la reseña que en su día hice en mi blog), y nos sorprendio a todos los presentes la tremenda acidez que desplegaba en boca, increible!!! estaba para darle mucha botella. De esa cata de varios vinos del Ródano recuerdo el buen sabor de boca que me dejo un Cornas de A.Clape 2003 (a pesar de ser una añada cálida)

    Un saludo

  5. #5

    EuSaenz

    en respuesta a Jordán C.
    Ver mensaje de Jordán C.

    Gracias Jordán, es siempre un placer saber que lo que escribo os puede resultar interesante. Esa Giraude 07 estaría recién sacada al mercado y sería una bomba, me imagino. Son vinos que sobre todo en añadas frescas aseguran una buena capacidad de guarda. Clape es otra cosa, clasicismo a más no poder y vinos de muy largo recorrido.

    Un saludo,
    Eugenio.


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