Viaje a Japón
Este verano hemos tenido la oportunidad - esperada durante años - de hacer un viaje a Japón. Entre otras muchas visitas y actividades - este es un país fascinante con muchos atractivos - pudimos conocer diversos aspectos del whisky japonés.
Anteriormente habíamos escrito algunas entradas en este blog explicando la historia del whisky en este país y también dimos a conocer sus destilerías.
Durante estos días en Japón hemos podido comprobar que el whisky es una bebida muy popular. Destacan dos nombres propios: Suntory y Nikka.
Pudimos constatar también que los whiskys escoceses tienen una presencia muy importante tanto en los comercios como en los bares.
De hecho en los bares, tiendas y grandes almacenes hay mucha más variedad y oferta de whiskys escoceses que de japoneses. Un motivo es que las existencias de whisky japonés - especialmente las whisky de cierta edad - están agotadas. Los maltas más populares - Yamazaki, Hakushu, Yoichi y Miyagikyo se pueden encontrar pero sin una edad específica. Lo mismo ocurre con whiskys de mezcla de gama alta como el Suntory Hibiki o el Nikka Taketsuru.
Cuando encontramos existencias de estos whiskys envejecidos comprobamos que tienen precios estratosféricos tal y como podemos ver en la foto:
Por lo tanto si os tropezais con alguna botella de Yamazaki, Hakushu, Hibiki, Yoichi o Miyagikyo de 12 años o más olvidadas en algun comercio a precios razonables no dudeis en comprarla... en el mercado internacional estas botellas son muy caras.
Otras destilerías como Karuizawa o Hanyu - cerraron y ya prácticamente no quedan existencias. Hay algunas destilerías nuevas pero sus embotellamientos son limitados.
Los embotellamientos que sí se encuentran con facilidad son los whiskys de mezcla más básicos de Suntory y de Nikka, muchas veces se sirven con hielo o mezclados con otras bebidas - lo que ellos llaman «highball». Como whiskys de malta pudimos ver embotellamientos que desconocíamos como un Kurayoshi, pero resulta que este whisky está hecho a partir de maltas importados - principalmente de Escocia (las leyes reguladoras en Japón son diferentes a las que están vigentes en Europa). Aún así no deja de ser un engaño al consumidor.
A pesar de esta «sequía» pudimos ver algunas destilerías y probar maltas muy interesantes.
En las próximas entradas lo contaremos.