Meursault Les Perrières: un premier cru con alma de grand cru

Hay una serie de viñedos en Borgoña que figuran catalogados como premier cru, pero que por la tremenda regularidad en la calidad de sus vinos, por la profundidad que muestran y por su capacidad de envejecimiento, los grandes expertos en la zona los consideran como verdaderos grand cru de facto, incluso superando a veces en pura calidad de sus vinos a algunos de los viñedos de la máxima categoría. Una lista más o menos consensuada a través de diversas fuentes incluiría los viñedos Clos de Saint Jacques en Gevrey-Chambertin, que en manos de Armand Rousseau compite con los mejores pagos de la AOC de la que hablamos en el artículo anterior, Cros Parentoux en Vosne-Romanée, que vinificado por el gran Henri Jayer alcanzó la categoría de mito, Les Amoureuses en Chambolle-Musigny, cuya férrea elegancia compite con la del mismísimo Le Musigny, Clos des Chênes en Volnay, que bajo la tutela del maestro Michel Lafarge consigue transmitir una magia a la que solo aspiran los más grandes y, por supuesto, nuestro protagonista de hoy, Les Perrières en Meursault, considerado como el gran viñedo de esta legendaria denominación de la Côte de Beune, cuyos vinos consiguen un plus de categoría sobre los del resto de viñedos de su zona.

La AOC Meursault se encuentra al sur de Volnay y al norte de Puligny-Montrachet y los viñedos se encuentran divididos por el pueblo en dos secciones. Los suelos de la parte norte tienen más guijarros y arcilla que componente calizo, más adecuados para vinos tintos que para blancos y los de la parte sur son más rocosos y ricos en guijarros, más adecuados para blancos. Al sureste se encuentra el pueblo de Blagny y es donde están los viñedos más importantes de la zona. Aquí el componente del suelo posee un mayor índice calizo y de margas blancas, en Perrières es más pedregoso y con menos profundidad y desciende hasta Charmes, con suelos más hondos y una pendiente menos acusada. Hacia el interior y el norte los viñedos tienen menos suelo y resultan más pedregosos, pero el componente arcilloso es mayor como es el caso de Les Bouchères y Les Gouttes d’Or. El componente de la naturaleza de la roca es de suma importancia y este sentido la dureza de la base de Perrières, Genevrières y Charmes es la fuente de la calidad de los vinos que nacen de estas viñas, las más prestigiosas de Meursault. Los suelos de esta zona son menos húmedos que los de Chassagne o Puligny, siendo las cosechas menores, algo que no siempre significa mayor concentración pero que por lo general hace que los vinos sean más sustanciosos que los de sus prestigiosos vecinos.

Les Pérrieres es un viñedo de 13,7 has dividido en cuatro subzonas que son Aux Pèrrieres (0,7 has), Perrières-Dessous (8,64 has), Perrières-Dessus (3,31 has) y Clos des Perrières (0,94 has). Dessous se encuentra sobre Les Charmes y contiene el Clos, que pertenece como monopole a la familia Bardet (Albert Grivault). La orientación es sureste y con una importante pendiente, con lo que la correcta insolación está garantizada. La parte alta (Dessus) es de una calidad algo menor, lo cual suele ser contrario a lo habitual en Borgoña. Los suelos son de calizas degradadas, poco profundos y de rocas muy compactas. Limita en Puligny con Champ-Canet y Les Combettes. Los vinos de Les Perrières tienen fama de ser los más minerales, raciales y profundos de Meursault y pueden llegar a ser comparables con los de Bâtard, Bienvenues-Bâtard o Criots-Bâtard-Montrachet. Sus principales productores son Mikulski, Comtes-Lafon, Albert Grivault, Vincent Girardin, Coche-Dury, Jean-Marc Roulot, Ballot-Millot o Jacques Prieur y entre los “negociants” Louis Jadot, Olivier Leflaive, Joseph Drouhin y Bouchard Père et Fils.

Y esta somera introducción no es más que un preámbulo para situarles en la fantástica cata que hace unos días pudimos disfrutar en uno de nuestros restaurantes preferidos de Madrid, El Padre, rodeados de unos cuantos buenos aficionados y bebedores de vinos de Borgoña. Fueron 8 vinos de la añada 2007 servidos en cata ciega y el objetivo no era otro que evaluar la calidad media de los vinos del legendario viñedo y observar los diferentes estilos de cada productor antes de efectuar conclusiones, de destapar las botellas y de terminarlas con algo de comer, así pues no era otro que disfrutar de una tranquila mañana de domingo entre grandes vinos de Borgoña.

La añada 2007 se caracterizó en la zona por ser una cosecha rica y de calidad, con un invierno suave, una brotación temprana a partir del 15 de marzo y unos meses de abril y mayo más bien cálidos y secos, en especial el primero, que provocaron floraciones a partir de mitades de mayo. Sin embargo junio y julio fueron más frescos y lluviosos, comenzando el envero mediado julio. A finales de agosto, el tiempo se hace más cálido y sin percances hasta la vendimia, que tuvo lugar del 3 al 18 de septiembre. Se obtuvo un buen volumen y uvas en perfecto estado sanitario, con mucha acidez, en una añada de corte clásico en la zona y parecida en su estilo al 2004.

Bien, tras todo este "ladrillo teórico" inicial, es pues el momento de repasar los 8 vinos de la cata en el orden servido y las conclusiones vertidas sobre cada uno. La relación resultó muy completa y solo echamos de menos el Roulot, que si bien estaba en la lista inicial, al final no pudimos disfrutarlo pues no llegó la botella, además del Coche-Dury, cuya presencia hubiera elevado en demasía el presupuesto de la cata.

1 – Albert Grivault Meursault "Les Perrières" 2007

La familia Bardet posee en "monopole" la considerada mejor parcela del viñedo, el Clos des Perrières, además elaboran igualmente un Perrières "normal" procedente de viñas de Dessous, que fue el vino que catamos.

Y este es un vino que desde un principio nos gusta, un vino abierto, mineral, con clase, con estilo, serio, fácil de beber pero no exento de la clase y profundidad que esperamos. Tiene acidez, tiene prestancia, es un vino realmente encantador, de esos que pondríamos como ejemplo de un auténtico vino de Meursault. Quizá no sea para guardar muchos años, quizá su evolución termine cuando otros compañeros de cata comiencen la suya, pero ahora mismo destacaba sobremanera por ser el más disfrutable de todos. Una sorpresa pues se trata de su Perrières normal, no de su Clos des Perrières que tiene fama de ser la mejor parcela del viñedo y el monopole del productor. Y además resulta el más económico de la cata. Para beber ahora la mejor opción y si entra en jugo el precio, sin rival.

2 – Domaine Matrot Meursault "Les Perrières" 2007

Domaine familiar con 5 generaciones de historia, actualmente Thierry y Pascal Matrot están al mando del mismo. Dentro de Perrières poseen 0,53 hectáreas, con una edad media en torno a los 55 años. Vinifican en barricas de edades comprendidas entre 1 y 5 años, con 11 meses de crianza sobre lías con una frecuencia de battonages realizados en función de la añada.

Al servirlo un color un tanto subido nos descolocó un poco y lo cierto es que nuestros temores estaban fundados, la botella sufría de una incipiente oxidación prematura que impidió su correcta evaluación. Una pena, pues habíamos catado un tiempo antes su Meursualt "village" y lo cierto es que el estilo del productor nos gustó, cerrado, incisivo y mineral, más cercado a Puligny que a Meursault, así que este Perrières debería haber sido un vino de lo más interesante. En fin, que por desgracia la oxidación prematura casi siempre está presente en una cata de borgoñas blancos y en este caso no faltó. Intentaremos probarlo en otra ocasión.

3-  Domaine des Comtes-Lafon  Meursault "Les Perrières" 2007

Uno de los nombres históricos en la región, actualmente al mando se encuentra Dominique Lafon, quien está buscando un estilo cada vez más preciso y fiel a la legendaria calidad del viñedo que explota. Dispone de dos parcelas en Perrières, en la zona de Dessous, con un total de 0,77 has. Vinificación tradicional con crianzas entre los 18 y 22 meses dependiendo de la añada.

El vino "estrella" por fama y precio de la cata no decepcionó pero tampoco fue el favorito, al menos en estos momentos. Vino con mucho misterio, estructurado, poderoso, lleno de sutilidades, pero muy cerrado durante toda la cata, mostrando su grandeza a cuentagotas, diciéndonos que necesita imperiosamente guarda, mucha guarda. A ciegas lo colocamos en un segundo plano en nuestras preferencias, tras Leflaive, Grivault y quizá Dancer, pero la sensación es que con el paso del tiempo el primero y sobre todo el segundo irán decreciendo y el Lafon irá en progresión totalmente contraria, podemos incluso lanzarnos a la piscina y comentar que con total seguridad y en 10 años, este vino destacaría sobre todos. Así pues, si quieren un vino para guardar y lo encuentran a un precio razonable (se trata de un vino muy cotizado), hablamos de una elección segura.

4 - Vincent Girardin Meursault "Les Perrières" 2007

Uno de los principales "negociants" de Borgoña, que además dispone de viñedo propio. En este caso el vino procede de la parte de la "maison", de una parcela de 0,80 has situada en la parte "Les Dessus" con orientación sureste, rendimientos de 45 hl/ha y viñas de unos 50 años. Prensado neumático con extracción lenta, fermentación en barricas de 228 litros y 16 meses de crianza con un 20% de maderas nuevas. Realizan battonages.

Este vino desde un principio es uno de los que menos nos gustan, pues tiene muy marcadas las notas de la crianza, tanto por la madera como por la acción de los battonages, muchos ahumados, balsámicos y lácteos. En boca resulta muy "fofo", graso, con demasiado peso, hay acidez pero no termina por equilibrar un conjunto en el que la elaboración se impone sobre la calidad de la uva. Prescindible.

5 – Olivier Leflaive Meursault "Les Perrières" 2007

Otro productor que aúna la parte negociante con la parte del domaine propio, con una larga lista de vinos y viñedos en su haber. Vinificación en barricas de roble Allier, utilizando un 25% nuevo, con un ligero tostado. Se realiza maloláctica y se tiene el vino todo el tiempo posible sobre lías. El primer trasiego se efectúa a los 12-15 meses, mezclando diferentes partidas en una cuba de acero, clarificando varias semanas más tarde. Se embotella entre los 15-18 meses de crianza total.

Desde el principio este vino nos sorprende a todos por su fina mineralidad, su enorme profundidad, su equilibrio y sus maneras de vino grande, que se hacen especialmente patentes en boca donde su elegancia, su prestancia y su largo final nos cautivan dejando su impronta de soberbio vino. Para casi todos el mejor de la cata y una verdadera sorpresa al descubrirse, pues nunca nos habíamos emocionado con un vino de este productor y lo cierto es que este Perrières resultó apabullante por su calidad y elegancia. Medalla de oro.

6 – Ballot-Millot Meursault "Les Perrières" 2007

Domaine familiar de larga tradición en la zona dirigido en la actualidad por Charles Ballot, quien está volviendo a los métodos más tradicionales de viticultura y elaboración. Elaboraciones clásicas con vinificaciones y crianzas en barricas de varias edades de unos 12 meses sobre sus lías, además de unos 6 meses en depósito de inox previo embotellado. La parcela de Perrières-Dessous tiene viñas de 35 años.

Un vino que nos pareció muy académico en sus formas, ya que mostraba el carácter mineral, la profundidad, la fuerza y el equilibrio que siempre se espera de de todo un Perrières, algo que se confirmaba en boca, dejando una impronta de vino serio y con perspectivas de envejecimiento en botella. Y aún así lo cierto es que se nos quedó algo corto con respecto a los tres favoritos e incluso al Dancer, pero tampoco se puede decir que nos decepcionara, simplemente no estuvo a la altura de los mejores. Un vino que pensamos mejorará con unos años más de botella y un productor interesante, del que hemos podido catar algún Meursault más que nos ha gustado.

7 – Vincent Dancer Meursault "Les Perrières" 2007

Un joven vigneron de poco más de 30 años que trabaja diferentes zonas de la Côte de Beune. Su primera cosecha data de 1996 y su filosofía se basa en la mínima intervención en la elaboración, dejando protagonismo absoluto a la viña. Su parcela de Perrières se encuentra en "Les Dessous", entre la de Roulot y la de Comtes-Lafon. Se vinifica en barrica con 17 meses de crianza en total, 12 en barrica y 5 en depósito inox, tras los que se embotella sin filtración.

Buen vino este de Dancer, nos atrae por su magnífica definición y por su transparencia de terruño, un vino fino y mineral, de buena acidez, muy redondo, con perspectivas de evolución, cambiante y complejo en nariz, mostrando viveza y elegancia en boca, dejando una larga huella persistente y mineral. Entre nuestros preferidos en la cata, un vino y un productor a los que habrá que segur de cerca.

8 – Joseph Drouhin Meursault "Les Perrières" 2007

Otro de los grandes "negociants" de la zona con su parte igualmente de viñedo propio, por tanto con su facción "Domaine" y la facción "Maison". Sus vinos, en especial los tintos, tienen fama de estar entre los mejores de su categoría. Este vino forma parte del "négoce" y se vinifica en barricas (un 25% nuevas), con un total de crianza de 12 meses.

A este vino le notamos una importante falta de carácter, sus notas en nariz le hacían asemejarse con muchos vinos blancos de otros lugares, incluso con extraños toques de frutas tropicales. Poco incisivo en boca, falto de la profundidad mineral que debe ser santo y seña de Perrières, lo cierto es que supuso una gran decepción para todos, pues Drouhin es indudablemente uno de los mejores negociantes de Borgoña, con blancos y sobre todo tintos de un enorme nivel, sin embargo el que catamos nos dejó muy fríos por su falta de personalidad. Un vino sin mayor interés.

Como conclusiones de la cata lo principal que debemos recalcar es que para casi toda la concurrencia los vinos impares fueron los más destacados, con Olivier Leflaive a la cabeza, un vino de muy alta categoría y Grivault en segundo lugar, un vino encantador y perfecto para consumir ahora y en pocos años. Lafon es grande y lo será mucho más a medida que pase el tiempo y cerrando el cuarteto ganador el Dancer, vino de mucha precisión e interés. Por detrás figuran Ballot-Millot, con un vino muy bien ejecutado y falto de botella y las decepciones, un Girardin demasiado opulento y un Drouhin un tanto apagado, falto de carácter. No evaluamos el Matrot al no estar la botella en condiciones.

Y como notas igualmente remarcables, el hecho de que catando a ciegas siempre hay sorpresas, en este caso positivas con Grivault y Oliver Leflaive y negativas con Drouhin. Que en Borgoña es fundamental la calidad del productor, que dentro del mismo viñedo hay vinos de calidad muy dispar en precios parecidos y que por tanto hay que catar mucho y llevarse muchos chascos para poder llegar a un gran vino. Que a nosotros y salvo casos muy contados, no nos convencen mucho los vinos de "negociants". Y que por encima de todo el pago "Les Perrières" sí que parece que tiene algo especial, conjugando un poco la mineralidad de "Les Geneviéres" con la fuerza de "Charmes" y posibilitando unos vinos de gran categoría a los que luego el productor debe saber dar vida. Siempre es complicado evaluar con vinos tan jóvenes, pensamos que los mejores vinos de este pago necesitan en torno a los 10 años para dar lo que llevan dentro, además habría que catarlos junto con otros pagos de Meursault o junto con otros Grand Cru de la zona (Chassagne y Puligny), pero está claro que Meursault Les Perrères es uno de los grandes y que la cata, sin obtener una regularidad pasmosa, sí que cumplió con sus objetivos. Y el principal de ellos fue pasar una mañana divertida y provechosa. Y a fe que así lo hicimos.

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)