Blog de Eugenio Saenz

Vinos de Giacomo Borgogno, Barolos clásicos

Es de destacar sin duda el magnífico trabajo en la promoción de los grandes vinos italianos que el amigo Miguel Prohens (Enoteca Barolo) viene realizando en los últimos tiempos. Es igualmente evidente que la perfección no existe y que tiene cosas que mejorar, pero desde luego el programa de catas que viene desarrollando desde hace un tiempo resulta sin duda de enorme interés para conocer a esos que son todavía unos grandes desconocidos, incluso para el aficionado iniciado, como son los grandes vinos del país transalpino.

Esta vez le tocaba el turno de nuevo a nuestros preferidos, los Barolos, y dentro de ellos a los de Giacomo Borgogno, productor de estilo clásico y tradicional, arraigado en el pueblo de Barolo desde 1761 de la mano de Barolomeo Borgogno. Se conserva un documento del inicio de su actividad como proveedores del colegio de hijos de oficiales de la casa de Saboya, fechado en 1868. Sus Barolos fueron elegidos como vinos en la cena de celebración de la unificación italiana en 1861 y el 1866 el Zar Nicolás II fue agasajado con ellos como huésped de la Casa de Saboya. En los años 20 del pasado siglo, Cesare Borgogno comienza la expansión de los vinos de la casa a los mercados internacionales, proceso que realmente se consolida a finales de la segunda guerra mundial, momento en que además, las bodegas quedan totalmente renovadas. En 1967 se cambia el nombre de la empresa a "Giacomo Borgogno & Figli". A la retirada de Cesare Borgono son sus sobrinos Ida y Franco Boschis los que toman las riendas de la bodega. En 2008 la empresa es adquirida por la familia Farinetti, quienes inician una importante renovación física de la bodega, la cual continúa hasta hoy en día.

La casa cultiva unas 20 has de viñedos localizados en las comunas de Barolo y La Morra, de suelos por lo general arcilloso-calcáreos. Además de la nebbiolo (subvariedades michet, lampia y rosé), cultivan igualmente dolcetto y barbera. Los cuatro grandes viñedos que trabajan son Cannubi, histórico viñedo ya citado en 1700, con un total de 1,3 has, exposición sur y sureste con altitudes sobre los 300 metros, Liste, con un total de 4,75 has, exposiciones sur y sureste y alturas que oscilan por los 300 metros, Fossati, con 2,2 has y caracterizado por sus suelos de pura composición arcillo-calcárea y San Pietro, cercano a la iglesia de San Pedro de las Violetas y que nos recuerda el carácter floral intrínseco de los grandes Barolos.

La bodega está situada en el centro histórico del pueblo de Barolo, cerca del castillo y sus pasillos han sido excavados en la roca de la colina. El estilo de elaboración es muy clásico, con crianzas en grandes "botti di rovere" de Eslavonia. Disponen de una gran colección de vinos de añadas antiguas, botellas que decantan para eliminar sedimentos y re-encorchan de cara a su comercialización. Actualmente elaboran Barolos "Riserva" de mezcla de sus viñedos, además del viñedo Liste, que se vinifica por separado. Existe además una versión aromatizada y con azúcar residual (un curioso Barolo Chinato) y los Dolcetto / Barbera d' Alba, además de un Langhe Nebbiolo DOC. En la cata probamos sus Barolos Riserva del 2001, tanto el normal como el Liste y los Riserva del 97, 89 y 82. Pasamos por tanto a comentar lo que nos dieron de sí.

En primer lugar hablamos de los Barolos 2001, los cuales proceden de los viñedos Cannubi, Liste, Rué y San Pietro en el caso del normal y exclusivamente de Liste en el otro caso. La maceración suele ser larga (unas dos semanas), fermentando a temperatura controlada con remontados, proceso que dura entre 10 y 20 días. Dada su condición de riservas, deben ser criados en toneles de roble de Eslavonia durante 3 años y permanecer otros dos en botella antes de salir al mercado. La añada 2004 ha sido la última en comercializarse.

Barolo Riserva 2001

Se trata de un Barolo prototípico, bajo de color, con unos intensos aromas florales, térreos, especiados y balsámicos y una boca de gran plenitud, enorme acidez y final tánico pero noble, que sin duda hace aconsejable la guarda. No es que no pueda tomarse ahora, simplemente es que tiene toda la pinta de ir mejorando al menos durante otros 5 años más. Se nota la excelente añada a la legua por su tremendo equilibrio de registros y por su fuerza floral y frutal, además de su perfecta espina dorsal, se trata de un vino maravillosamente estructurado. Un excelente Barolo sin duda.

Barolo Liste 2001

Presentado con una elegante etiqueta negra y con una producción de solo 4000 botellas, este Barolo "single vineyard" parece un tanto más perezoso que el riserva en un inicio y le cuesta arrancar algo más. Sin embargo, con el aire en copa se distancia por su tremenda elegancia, siendo un vino de nariz sutil y mineral, llena de pequeños destellos de profundidad y una boca realmente encantadora por su acidez y por su tanino al mismo tiempo poderoso y noble, que deja una fabulosa impronta de flores y frutas maduras. Quizá necesita, al igual que el riserva, de un tiempo más de botella para terminar por integrarse, pensamos que alrededor de los 5 años, aunque no resulta ni mucho menos un sacrilegio el abrirlo ahora.

Después de los 2001, llegaron tres Barolos Riserva de añadas históricas como fueron 97, 89 y 82. Estos vinos han sido decantados en botellas nuevas eliminando los sedimentos y re-encorchados, figurando en la contraetiqueta la fecha de decantación. Esta práctica quizá no resulte a priori muy ortodoxa, pero cierto es que de alguna manera asegura una cierta calidad en el producto ofrecido.

Barolo Riserva 1997

La añada 97 fue en su momento encumbrada por la crítica americana como una de las grandes, sin embrago con el paso del tiempo se ha mostrado un tanto irregular, ya que algunos vinos han resultado legendarios, cuando menos a la altura de 2001 o 2004 y sin embargo otros no han envejecido con la misma grandeza. Sin duda fue una añada para el lucimiento de la interpretación de los elaboradores y quizá Borgogno no estuvo entre los mejores, ya que el vino se muestra un tanto apagado con muchos toques terciarios y una acidez no tan marcada como en sus hermanos, algo que resulta imprescindible en vinos tan tánicos como estos. Tiene clase y resulta estructurado y amable, pero esa falta de acidez y esa poca expresión frutal y floral terminaron por penalizarle un tanto.

Barolo Riserva 1989

Aquí hablamos de una de las mejores añadas del pasado siglo, que los grandes expertos consideran incluso mejor que la de 1990. La nariz de este vino es prodigiosa por su tremenda elegancia, algo que sin duda nos hace pensar en un nombre: Giacosa. Es ese tipo de perfume de los Giacosas con una impresionante sutileza dentro de la complejidad. Parece que no da nada, pero encuentras de todo. Violetas, ciruelas, toques térreos, minerales, asfalto, balsámicos, animales, cueros. Una nariz de ensueño que se complementa con una boca joven y estructurada, con una soberbia acidez que sin duda le otorga vida para rato. Los taninos continúan ahí estando presentes aunque ya perfectamente integrados en un conjunto realmente apetitoso. Un Barolo en perfecto momento de consumo y que hará las delicias de los amantes de los vinos maduros y equilibrados, de corte clásico y lineal. Una joya.

Barolo Riserva 1982

Otra gran añada en la zona, al igual que en otras grandes zonas vinícolas europeas como Burdeos o Rioja. Al principio resulta mucho más complicado que el 89, ya que muestra una gama de reducciones que incluso nos hacen pensar en un problema de botella, sin embargo y muy poco a poco, se va abriendo y ofrece la gama aromática que uno espera de un Barolo maduro con esas notas minerales, térreas y animales destacando. Incluso nos premia con una cierta gama de flores y frutas, lo que demuestra la lenta evolución de estos vinos. En boca mantiene igualmente acidez y pegada y  resulta tremendamente armónico en el final, con un tanino pulido e integrado y un recuerdo mineral y especiado. Un enorme vino que necesita de aire y paciencia para ser disfrutado. Algunos lo destacaron como su favorito y otros como en nuestro caso, lo pusimos un poco por detrás del 89, aunque no por mucho.

Lo cierto es que la cata fue sin duda un lujo, ya que no es fácil poder probar Barolos maduros y con años, algo que este productor nos pone al alcance a unos precios bastante aquilatados, siempre teniendo en cuenta la calidad y la exclusividad del producto. Los grandes Barolos clásicos son vinos que envejecen con grandeza y esta cata no ha hecho sino confirmarlo. En breve repetiremos con ese 89 que tanto nos gustó. ¡Cómo nos deleitan estos grandes vinos italianos!

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz) 

(*) Las fotografías han sido extraídas de la página web de la bodega (www.borgogno-wine.com)

  1. #1

    in vino veritas

    Hola Eugenio ¿conoces la razon por la que no elaboran Cannubi por separado?

    curioso lo que comentas del 97.

    saludos

  2. #2

    EuSaenz

    en respuesta a in vino veritas
    Ver mensaje de in vino veritas

    Pues la verdad es que no, una putada por que ayer estuve con Juancho Asenjo catando unos Barolos en la Accademia del gusto y le hubiera preguntado la razón. Es curioso porque Cannubi es un pago histórico, quizá más que Liste.

    Lo del 97 probablemente fue un problema de interpretación de la añada. Ayer Juancho me confirmó que para el igualmente el 89 es su mejor añada clásica. Un grande Borgogno.

    Saludos,
    Eugenio.


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