Me impresionó la potencia de este vino en nariz. Color zahíno con ribete yodado-oro-ámbar. Lágrima increíble. En nariz es una bomba de balsámicos, orejones, miel, pasas, toques salinos, algas.. complejísimo. En el paladar es untuoso y persistente. Maridado con un cabrales, era capaz de aguantar el tipo limpiando la boca para el siguiente bocado. Una joya que en este país no se sabe valorar.
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