Pago de Carraovejas en Peñafiel
Pago de Carraovejas
Localidad:
Peñafiel - Valladolid
Cód. Postal:
47300
País:
España
Teléfono:
983878022
Viñedo:
220
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ORIGEN, ALMA Y EMOCIÓN

Pago de Carraovejas marca el origen de Alma en el año 1987, cuando la bodega nace con sus primeras nueve hectáreas y el sueño de convertirse en un referente dentro de la Ribera del Duero. Tras más de treinta años de trayectoria, la calidad, la pasión por el detalle, la sostenibilidad y la innovación son sus elementos tractores. Pago de Carraovejas ha crecido en el corazón de la Ribera del Duero, en Peñafiel, en el valle de Carraovejas. En estos años se han alcanzado las 220 hectáreas, de las cuales 160 están en producción repartidas en más de 100 unidades de manejo distintas según variedad, exposición, pendiente y suelos. El conocimiento y reconocimiento de esta división de las parcelas en unidades de manejo sigue en desarrollo hoy en día, aunque nace de uno de los primeros estudios de suelos desarrollados en España a finales de los años 90.

El viñedo, a una altitud media de 850 metros, se extiende por el páramo y las laderas cercanas al arroyo Botijas. Los suelos son austeros y de geología terciaria en los que se mezclan las margas calizas con la arcilla y las areniscas. En ellos, crecen las tres variedades que se trabajan en la finca desde los años 80: Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot.

Se trabaja una viticultura de precisión adaptada a esa tipología de suelos y variedades y a la singular orografía de la finca, en algunas zonas, exige una viticultura de montaña. En algunos casos, como en la Cuesta de las Liebres, las pendientes superan el 30%, en otros, como en la parcela de El Anejón, el proyecto se ha adaptado al medio diseñando uno de los primeros sistemas de terrazas en la Ribera del Duero.

Desde el año 2013, momento en el que el proyecto comenzó el estudio de flora, fauna y entomofauna de la finca con la Universidad de Salamanca, Pago de Carraovejas ha mostrado una gran sensibilidad por la biodiversidad del entorno. La búsqueda de enriquecer la complejidad de los vinos desde el viñedo pasa por el control biológico de las plagas y la protección del medio en el que se encuentra el viñedo. Se busca el cuidado del entorno bajo un sistema ecológico de viticultura sostenible. Para fomentar las distintas especies vegetales, animales y fúngicas se han implementado bosquetes entre el viñedo con árboles autóctonos como el pino o el almendro para que sirvan de refugio a distintas especies beneficiosas.

Asimismo, con la intención de alcanzar el equilibrio en cada una de las unidades de manejo del viñedo, Pago de Carraovejas ha implementado el último lustro distintas podas de respeto, con el apoyo del equipo de maestros de poda de Simonit&Sirch y en defensa del flujo de savia. Estos nuevos métodos de poda dan una capacidad mayor de la cepa para su supervivencia al paso de los años, así como consiguen extraer la máxima calidad de la uva.

 

EL VALLE DE CARRAOVEJAS

El valle de Carraovejas nace de la parcela homónima. El viñedo del proyecto se encuentra sobre la parcela de Carraovejas, y las parcelas de Vallejos, Pico Santa María, Arenosas y Espantalobos, divididas cada una en múltiples viñedos.

Carraovejas es la parcela original de la finca, donde históricamente el viñedo se cultivaba junto a los almendros. Las más de 30 hectáreas de viñedos que se encuentran hoy en día sobre esta parcela tienen distintas pendientes y exposiciones. Paralelamente, este es el lugar donde se encuentra la bodega.

 

Vallejos y Pico Santa María son la continuación de la ladera de Carraovejas, pero con una orientación en la que predomina el oeste frente al sur. Por encima de los 900 metros de altitud, sobre esta ladera del valle, se encuentra Arenosas. Justo frente a la bodega y orientado al norte, Espantalobos es un pequeño valle que desciende del páramo. En este entorno agreste, la vid halla un mesoclima de gran frescura apoyado por un sistema de plantación en vaso ‘echalas’, propio del Ródano, en el que se obtiene una mayor insolación y un equilibrio óptimo en la madurez de la materia prima.

ELABORACIÓN POR GRAVEDAD

La materia prima en Pago de Carraovejas sigue un exhaustivo control de la misma durante todo el proceso de madurez: un buen muestreo de cada una de las unidades de manejo sustenta parte del éxito de los vinos. Toda la vendimia es manual, en cajas de 15 kg. Tras la recolección en viñedo, realizamos una doble selección en mesa: de racimo y de baya. Solo se escogen aquellas bayas que cumplen con los requisitos óptimos para entrar en bodega. Para obtener la identidad más pura de la finca, en Pago de Carraovejas fermentan la uva con levaduras y bacterias autóctonas propias de la finca.

Las instalaciones cuentan hoy en día con más de 26.000 metros cuadrados de edificaciones sociales y bodega. El transporte de uva hasta el depósito de fermentación se hace siempre por gravedad, sin bombas, tuberías ni mangueras, a través de un pequeño tanque suspendido llamado OVI y pequeños depósitos rodantes de 500 kg llamados ORIs. Pago de Carraovejas fue pionero en trabajar por gravedad en la Ribera del Duero. Para las dos fermentaciones se dispone de diferentes depósitos de acero inoxidable y tinos de las mejores toneleras francesas y cuentan con uno de los pocos Ovum de roble que hay en España, con una capacidad de 2.000 litros.

Las barricas de la bodega, de  225 litros y 600 litros de capacidad, se disponen en dos niveles para facilitar los trabajos de rellenado y análisis. La elaboración por parcelas se mantiene hasta el final de la crianza en barrica. Tras su paso por barrica, estos vinos son clarificados con clara de huevo natural y después ensamblados para conformar el vino de finca o se mantienen separados en el caso de los vinos procedentes de una sola viña, como Anejón y Cuesta de las Liebres. El embotellado se realiza siempre en primavera y la crianza en botella va desde seis hasta treinta y seis meses.

 

LOS VINOS

Pago de Carraovejas

Pago de Carraovejas es la interpretación del valle homónimo; la máxima expresión de la riqueza y diversidad de suelos y exposiciones en torno al valle de Carraovejas. Mayoritariamente tinto fino, unido a un pequeño porcentaje de Cabernet Sauvignon y Merlot. Cada una de las variedades y parcelas se trabaja por separado en viñedo y en bodega. Elaborado con levaduras y bacterias propias de la finca, se adaptan los trabajos durante las fermentaciones a la realidad en maduración cada parcela. Su paso por barrica de roble francés y americano se prolonga en torno a 12 meses. Todo el proceso está definido por la fuerza de la gravedad y el cuidado extremo en cada trabajo.

El Anejón

Elaborado únicamente en vendimias excepcionales de una parcela única. Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot plantado sobre terrazas, las que fueron los primeros bancales de la DO Ribera del Duero. Fermenta en pequeñas tinas de madera con levaduras autóctonas para realzar las características del origen y la añada. La fermentación maloláctica, con microbiota autóctona, se desarrolla en las mismas tinas y realiza su crianza en barricas de roble francés de grano fino de 225litros y 600 litros. En ellas permanece 12 meses. Madurará 36 meses en botella.

Cuesta de las Liebres

Plantadas en 1993 en vaso vertical, las vides de la Cuesta de las Liebres remontan una pronunciada ladera. Es el gran paraje de Pago de Carraovejas, situado sobre la bodega, donde el Tempranillo muestra su expresión más pura. Los suelos son de marga caliza, con afloramientos de sales calcáreas de un tono blanquecino muy característico. Esta geología terciaria, unida al clima extremo propio de la meseta, son elementos esenciales para que el viñedo transmita un carácter lleno de energía y autenticidad. El vino permanece aproximadamente 24 meses en barricas nuevas de roble francés de grano extrafino y otros 24 meses en botella hasta su salida al mercado.

ALMA CARRAOVEJAS

Alma Carraovejas es el concepto que aúna, bajo una misma cultura corporativa, diferentes proyectos vitivinícolas y gastronómicos repartidos por toda la geografía nacional. Alma Carraovejas surge de Pago de Carraovejas, pero se desarrolla durante la historia de la bodega. Alma Carraovejas llega en 2013 a Ossian, un proyecto único de cepas prefiloxéricas de verdejo con una de las historias más largas de la península ibérica.

En 2017 nace, junto a las instalaciones de Pago de Carraovejas en Peñafiel, el nuevo Restaurante Ambivium, reconocido hoy con una Estrella Michelin, dos soles Repsol y una recientemente conseguida Estrella Verde que reconoce la labor y el trabajo por la sostenibilidad del entorno por parte de cocina, sumillería y sala. En 2018, fruto de años de trabajo en la zona, surge Milsetentayseis, el proyecto asentado en Fuentenebro. Este término es la parte sur y con más altitud de la Ribera del Duero donde se pretende reinterpretar el pasado auténtico del viñedo del municipio.  

Alma Carraovejas llega a Galicia en 2019 para dar continuidad de dos proyectos que aspiran a rememorar la historia de Ribeiro, una de las zonas vitivinícolas más antiguas del mundo: Viña Meín y Emilio Rojo.

El año 2020 se cumple un sueño para el equipo de Alma con la llegada a Leza, en Rioja Alavesa: nace el proyecto Aiurri con viñedo en la ladera izquierda del valle del Ebro bajo la influencia de la Sierra de Toloño. Paralelamente surge SV wines, la importadora de vinos de Alma Carraovejas con la que se pretende acercar elaboraciones únicas de viñedos singulares de todo el mundo.

El nacimiento de la fundación ‘Cultura Líquida’ se cierra en 2021: una nueva apuesta por fomentar la cultura del viñedo y del vino en nuestro país. Previamente, se había continuado con el sexto proyecto vitivinícola de Alma Carraovejas: Bodega Marañones. El viñedo de indudable valor de San Martín de Valdeiglesias, en las estribaciones de la sierra de Gredos, acerca a Alma hasta la DO Vino de Madrid.

 

AMBIVIUM, UNA EXPERIENCIA ÚNICA EN TORNO AL VINO

Ambivium es la apuesta gastronómica de Alma Carraovejas en Peñafiel. Desde su origen en 2017 busca ofrecer una experiencia diferente en torno al vino. Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas, decide poner en marcha este proyecto con la intención de crear un nuevo concepto de unión entre la cocina y el vino, entre la tradición y la innovación, y de convertirse en un referente gastronómico en la zona.

Adentrarse en Ambivium es viajar por el mundo del vino. Descubrir paisajes y regiones a través de armonías singulares. Un recorrido por la geografía mundial vitivinícola que se inicia por su nueva bodega, ubicada frente al restaurante; y que continúa por su laboratorio de armonías, su cocina, y como no, su sala, que alberga una cristalería con más de medio centenar de modelos de las marcas más prestigiosas. Uno de los detalles que se suman a otros tantos, por los que este periplo anhela permanecer en el recuerdo de quienes lo disfruten.

LA BODEGA DE AMBIVIUM

Ambivium mantiene como uno de sus principales valores su apuesta, única en España, por generar experiencias en torno al vino y estructurar su cocina a través de su propuesta enológica. El pasado 2022 abrió las puertas de su nueva bodega que permite, a quienes visiten el restaurante, contemplar en directo su completa carta. Con una capacidad para 7.500 botellas, alberga una colección de referencias única. Un espacio funcional con dos plantas conectadas por una escalera de caracol y custodiadas por una solemne mesa con base de madera del Pino Macareno, todo un símbolo para Peñafiel.

CELLARIUM Y SUS ARMONÍAS

Las armonías marcan un menú de cocina sincera denominado Cellarium II. Un nombre que hace un guiño al término latín clásico con el que se nombraba a la bodega o el lugar en el cual se almacenaban los vinos y los alimentos; es la evolución de este concepto que arrancaba la pasada temporada. Sus platos están basados en los métodos de conservación que forman parte indispensable de las elaboraciones tradicionales de la gastronomía castellana.

 Los productos de temporada y de proximidad son quienes brillan en este menú íntimamente ligado a las técnicas heredadas de nuestros antepasados y a otras actuales, técnicas más innovadoras desarrollados desde nuestro departamento de i+d+ I. Ambivium sigue apostando por el vino como hilo conductor a través de una cocina volcada en ofrecer el mejor bocado para cada copa.

LA CREATIVIDAD

El Laboratorio de Armonías es una zona a solo un paso de la cocina y la sala, pero lejos del bullicio de éstas, que permite trabajar con tranquilidad en las pruebas e ideas que el equipo va generando para la renovación de los menús degustación y de sus armonías creadas a partir del vino. Un lugar para pensar y cultivar la creatividad, que supone uno de los elementos diferenciadores de las propuestas de Ambivium, junto al trabajo de I+D+i, en el que se desarrollan minuciosamente las propuestas de cada temporada.

 

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