Cuerpo de tinto, alma de blanco, corazón rojo
VINO ARRAYÁN ROSADO
BODEGA: Arrayán (Sta. Cruz del Retamar)
TIPO DE VINO: Rosado
VARIETALES: Merlot, syrah, cabernet sauvignon, petit verdot
GRADUACIÓN (Vol.): 13,5
PRECIO APROXIMADO: 6€
PUNTUACIÓN: 8,5
El diseño de la etiqueta con el dibujo a carboncillo de una cara con trazos duros cuyas mejillas están cubierta por un racimo de uvas y un hoja de parra respectivamente, tiene clara vocación rompedora que distingue a esta marca en un lineal con lo cual indudablemente consiguen el efecto de singularidad deseado pero que, reconozco, no es mi estilo. Estas tonalidades grises apagan el vibrante color del vino que tapa.
El corcho es de buena silicona y desde aquí quiero romper una lanza en favor de este tipo de corchos para los vinos jóvenes, sean del color que sean, porque hacen su labor a la perfección y por igual precio, un corcho tradicional sería de peor calidad.
Visualmente es de gran belleza. Su color frambuesa es intenso en la base de la copa y va aclarándose hasta llegar al anaranjado de la piel de cebolla cercano al ribete, para luego hacerse totalmente trasparente.
Es tan limpio y brillante que aunque el color no coincidiera, inmediatamente me hizo recordar las guindas de las tartas. Una lágrima fina barniza el cristal con sutileza como pinceladas de almíbar.
Fruta roja muy fresca es su primer saludo aromático, la frambuesa como protagonista; la golosina las envuelve. Con el transcurrir de la cata, tímidas pero claras notas florales acarician la fruta: violetas, lavanda… Sigue destapándose y muestra la fruta tropical, esencia de mango y lichis, y ya casi al final, cuando creí que ya no encontraría nada más, aparecen notas de azahar.
En boca es un vino goloso, cremoso y voluminoso desde el primer contacto. La cereza y la frambuesa en primer plano, el mango en la retaguardia.
Ostenta una notable estructura para un rosado, un buen recorrido y un post-gusto ligeramente ácido. Su aterciopelada untuosidad es comparable a la de un buen albariño.
Veinticuatro horas después, la golosina es menos perceptible en nariz pero la intensidad frutal no ha disminuido ni un ápice, acaparando la atención la fruta tropical y la blanca. Su franco sabor frutal, su marcado cuerpo y su rica mantequilla siguen aportando delicia al paladar.
Un gran rosado, plenamente recomendable y con un precio razonable; los hay buenos más baratos pero se merece los 6€
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Pedazo de rosado. Lo único malo es no haberlo podido compartir juntos :-(
Un besito.
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en respuesta a Anubis7 Ver mensaje de Anubis7 Es que precisamente lo que no quiero es eso, no quiero acostumbraros ;-)