Más que un cava, más que un vino, más que un sentimiento...

• Bodega: Cavas Gramona 
• D.O./Zona: D.O. Cava 
• País: España 
• Tipo de vino: Espumoso 
• Graduación (vol): 12% 
• Varietales: 70 % Xarel·lo y 30% Macabeo 
• Precio aproximado: De 20 a 29,9 €

¿Puedo, puedo decir que para mí este cava es algo especial?

No hace tanto que nos conocemos el III Lustros y yo. Fue en julio del año pasado y sin embargo parece que hace años ya de esa cata que dió tanto que hablar: Cavas Vs. Champagnes - Primer acercamiento exploratorio

Entonces nos engañó de buena o de mala manera ;-) nos hizo creer que era un champagne cuando era un cava, pero ¡qué cava! Me cambió concepto y percepción, desde aquel día veo el cava de una manera diferente, más seria y más placentera a la vez, más exigente y más dispuesta al disfrute.

De julio 2012 a octubre 2013 nos hemos cruzado varias veces, he conocido primero a Toni, luego a Xavier y poco más tarde a Linda (aunque a ella sí la conocía virtualmente de su paso por Verema). Los tres me han transmitido el mismo mensaje de una manera sencilla y cercana: futuro y tradición, innovar, buscar lo nuevo... conservar, mimar lo antiguo, no parar pero sobre todo, no correr.

El III Lustros se empieza a hacer en 1960 y yo no lo conozco hasta cincuenta y dos años después y sin embargo la sensación de juventud, de desafío, de frescura que te transmite es inigualable.

Y ahora volvemos a coincidir en esta casa, en la casa donde todo empezó para mí hace cinco años.

Tenía muchas ganas de conocer a este nuevo vástago de III Lustros: 2006. Sé de su vocación de larga existencia y he de reconocer que me preocupaba descubrirlo tan joven, con tanto recorrido por delante, con tanto por aprender todavía.

Preciosamente engalanado esperaba plácidamente dormido...

La cata:

Viste color amarillo pálido con brillantes reflejos tirando a verdosos ¿Tornarán rosados con el tiempo emulando a su hermano 2005?. La burbuja se inicia oronda pero ágilmente se afina en delgadísimos e interminables hilos ascendentes. La amplia copa de vino en la que nada permite admirar una lágrima casi densa, inédita para mis ojos en un cava.

Los aromas no avasallan sino que envuelven con una fresca capa blanca: bollería y flor, espárrago y pera. Me atrevo a girarlo y agitarlo suavemente, sin empujones ni aspavientos: regalo de levadura de panadería y tostado de horno que crece en intensidad sin jamás perder gentileza.

Me huele a madera sutil y elegante pero no hay, es ese sueño tranquilo de siete años arropado por la levadura que no oculta a la fruta sino todo lo contrario, la realza y la sublimina con fragancias de manzana ácida y finura cítrica de flor de azahar.

La boca es amplia y larga pero ni pesada ni ampulosa, fresca, ágil, de paso ligero y burbuja fusionada con costuras invisibles. La almendra y el anacardo van dejando rastro para que les siga la vainilla y la canela que armoniza con el final ligeramente amargoso que te invita a seguir bebiéndolo.

Quería acabar esta cata con una frase que me permitiera transmitir lo que este cava me hace sentir pero hace rato que la busco y no la encuentro. Sobrepasa lo sensorial y se acomoda en lo emocional, es más que un cava, es más que un vino ¿más que un sentimiento?

© Mara Funes Rivas -  Noviembre 2013