11 Encuentro Foreros de Verema: El viaje y primera parada

Eran las ocho y media de la mañana del viernes 5 de octubre. Nos poníamos en marcha hacia el Penedés con interés, curiosidad y sobre todo, con mucha ilusión.

El camino fue y se nos hizo largo. Seis horas: seiscientos veintidós kilómetros.

Tras abandonar Castilla-La Mancha y adentrarnos por Aragón nos empiezan a asaltar letreros como manzanas invitando al pecado, en este caso  en forma de flechas señalando a Calatayud, Cariñena, Campo de Borja… Llevábamos algunos cientos de kilómetros a la espalda y nuestras columnas vertebrales nos pedían a gritos una parada para estirar las piernas frente a una barra que tuviera un par de copas llenas de vino aragonés que saciara nuestra sed y elevara nuestro cansado ánimo.

Muy al contrario, el acelerador fue castigado nuevamente y ambos nos centramos en nuestro objetivo: llegar al Centric GastroBar de Vilafranca del Penedés antes de las tres de la tarde para no hacer esperar a los foreros con los que nos íbamos a reunir para comer.

Este pensamiento nos daba alas, eran muchas ganas las que teníamos de poner caras a los nombres de usuario y de dar un par de besos a las que ya conocíamos.

Entramos en Vilafranca del Penedés a las 14:00 horas, 30 minutos antes de lo previsto.

No encontramos dificultad apenas en localizar el “Centric” y tampoco fue complicado encontrar aparcamiento. Tras sopesar si registrarnos primero en el hotel oficial del Encuentro, el Domo o ir directamente al restaurante, optamos por lo segundo al no estar seguros del tiempo que nos llevaría.

El local está ubicado en un luminoso bulevar peatonal. La fachada es una combinación de gris grafito enmarcando generosamente puerta y ventanal, y por encima un amarillo ocre. Sobre la acera una agradable y discretamente elegante terraza con toldo en crudo protegiéndola del sol, sillas en el mismo color grafito que la fachada, mesas blancas y grandes toneles de madera.

La decoración interior en la primera estancia, el bar y la salita adyacente, es cuanto menos sorprendente y recuerda mucho a aquellas cafeterías de los años setenta con paredes acolchadas en imitación a cuero, pufs cuadrados en blanco y marrón, iluminación anaranjada…

Todo esto lo podemos observar con tranquilidad puesto que contra todo pronóstico fuimos los primeros en llegar y no estábamos por la labor de volver a sentarnos todavía. Con un par de vermuts blancos en mano, yo Yzaguirre y Javi Martini porque vaciaron la botella del primero en mi vaso ;-) continuamos la inspección:

La sala del restaurante se separa del bar por una escueta barra con sillas y una pequeña mampara de metracrilato. Una planta de considerables dimensiones colocada al final de ésta tiene, entiendo, la misma utilidad

Tras ella, mesas rectangulares en un espacio de la misma forma altamente optimizado. La pared más larga se cubre con un espejo entiendo que con la idea de dar más amplitud, el resto de las paredes están cubiertas con el mismo acolchado anteriormente reseñado. Tres lámparas planas en forma de círculo dan luz amarillo-anaranjada subrayando más si cabe esa estética de diner americano de los años setenta, un poco más y nos sentimos como en American Graffiti ;-).

Llega una pareja que parece esperar a más personas también pero como no se dirigen a nosotros y en el local nos habían comentado que tenían a dos grupos a la misma hora, dimos por hecho que pertenecían al otro y no al nuestro.

Vemos acercarse a José Ruiz y a Ana. Lo reconoce Javi porque para mí era nuestra primera coincidencia. Con un afectuoso saludo le agradecemos haber sido el alma detrás de un montón de actividades complementarias al Encuentro, el también llamado “Off Verema” ¡Gracias José por ser tan gran organizador y mejor anfitrión!

La pareja que había llegado antes resulta que sí eran de nuestro grupo: forera Creixell (Mª Luisa) y Paco. El buen rollo va aumentando.

Casi de golpe llegan varios más, José Enrique, Cath…, y mientras esperamos a Obiwan Ferrán que había tenido que dar clase esa misma mañana, caen las copas de blanco y cava en la barra.

Ya llega el deseado maestro y nos sentamos por fin a la mesa. Allí nos esperaban unas cajitas de cartón. Las abrimos con curiosidad ante la mirada atenta y divertida de José Enrique y nos encontramos con unos tazones de desayuno blancos en los que había impresos los logos de Verema, Jean Leon y Bodegas Torres, y el motivo de nuestra reunión: 11 Encuentro de Foreros de Verema.

 

¡Qué precioso detalle! Alzo mi mirada incrédula y José Enrique nos confirma que los ha hecho todos él para que nos quedáramos con un bonito recuerdo físico que no se diluyera en nuestro organismo como el vino o la comida :-)

¡Él mismo buscó y plasmó todos los logos y transcribió los textos! y ¡quedaron perfectos!!!!!

Muchísimas gracias José Enrique, creo que en muchos desayunos valencianos te vamos a recordar… ;-)

Respecto a las viandas degustadas, hablaré de lo que comí yo pues del resto no puedo comentar pero sí recomiendo encarecidamente la crónica que subió a la sección de Restaurantes José Ruiz en la que detallaba todos los platos de los menús que pusieron a nuestra disposición.

Yo opté por:

• - Timbal de berenjena en escabeche con cebolla tierna:  Muy sabroso, sin que el escabeche resultara pesado ni grasiento.
• - Suprema de salmón con espárragos verdes: Tierna y jugosa la carne del salmón. Los espárragos que imagino congelados o en conserva, no destacaban pero tampoco molestaban
• -Tarta de queso fresco con mango: Rica y sin mayores pretensiones

En general una cocina con clara intención de agradar vigilando mucho el importe final. Consiguen su objetivo y quedamos satisfechos.

En cuanto a los tres vinos elegidos:

• - Acustic blanc 2011
• - Bruberry 2009
• - Finca Viladellops 2008 (caerían dos)

Me quedo con el blanco, el acústico. ¡Dios mío cómo estoy cambiando! Si para mí el blanco era siempre algo de compromiso, de transición…

A la misma altura o mejor todavía el servicio. Rápido, amable, nada pegajoso ni reticente, informal y dispuesto ¿qué más se puede pedir?

 

Miramos el reloj, pasan ya de las cinco, el autobús sale a las seis del hotel, tenemos el equipaje en el coche y todavía no nos hemos registrado.

Nos despedimos temporalmente y salimos zumbando en dirección al Domo.